Aquellos tiempos...
Oscar González Bonilla
09 de Septiembre de 2024
URGE CAMBIAR LA ESTRUCTURA LEGAL DE LA UAN
Muy racional resultó que en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) estallara la crisis después que, durante muchos años, imperó la corrupción y los malos manejos en la administración de la institución de educación superior, pues al interior nunca se logró armonizar políticas de solución a esta desmesurada problemática.
Corresponde la opinión a Antonio Aguilar Ramírez, en la actualidad catedrático jubilado, mismo que conoce las entrañas de la UAN desde su calidad de estudiante (1970), funcionario de la administración rectoral, maestro de aula y representante sindical de maestros jubilados, entre otras responsabilidades universitarias que se le confiaron.
A pesar del trillado eslogan la universidad nació por el pueblo y para el pueblo, considera Antonio Aguilar es un lema que al paso de los años quedó en el olvido. “Uno de los principales problemas que repercuten en la actualidad es que la Universidad Autónoma de Nayarit se desvinculó, se olvidó, del pueblo, la sociedad y los sectores productivos y económicos de la entidad”.
Trae a su memoria que el análisis académico de la universidad giraba en torno a la vocación económica de Nayarit. Nace esta institución con el interés de coadyuvar al desarrollo económico de la entidad, por tanto, la obligación era egresar profesionales y técnicos con el afán de integrarse con preferencia al tema, pero ha sido un propósito fallido.
“Las funciones sustantivas de la UAN por siempre han sido docencia, investigación y difusión de la cultura. En las dos primeras líneas, hay que decirlo, existen excelentes académicos y excelentes investigadores, pero desvinculados con la sociedad y el sector productivo”.
El entrevistado hace una somera reflexión para indicar que “no recuerdo en los últimos años convenios de participación, por ejemplo, con organizaciones de productores, cooperativas de pescadores, ganaderos, prestadores de servicios turísticos, entre otros, no los hay”.
No ha habido voluntad política para resolver la problemática de la universidad. No ha habido voluntad política para aumentar los recursos propios, vía unidades de producción. Actualmente tenemos unidades académicas que pueden generar importantes unidades de producción y apoyar organizaciones productivas del pueblo de Nayarit.
Prosigue:
¿Y por qué digo malos manejos y malas administraciones? Todavía en años anteriores, hablo de cinco, seis años atrás, más o menos, arriba del 50% del gasto del presupuesto, se lo llevaba el gasto administrativo. Producto del incremento de nóminas, independientemente también de falta de apoyos, de aumento de subsidios. Podemos decir que alrededor del 38% del presupuesto universitario proviene de la federación. Los del gobierno del Estado y los recursos propios de la universidad no han aumentado en la proporción que ha crecido la UAN, mucho menos a las necesidades de desarrollo del Estado de Nayarit. Obviamente que la deficiente situación tenía que llegar a hacer crisis.
Hubo administraciones rectorales que no pagaban impuestos a la federación, no pagaban cuotas al INFONAVIT, no pagaban al Seguro Social. Las cuotas al INFONAVIT eran descontadas del salario del trabajador universitario en general. Sin embargo, no pagaban. Pudiera ser que no se pagaba porque no les alcanzaba el presupuesto, producto de incremento en nóminas.
Hace tiempo sostengo que urge la refundación de la UAN. La nuestra es universidad adulta, pero aún con el manejo de esquemas añejos. Es necesario adecuar la universidad a los nuevos tiempos, a las necesidades actuales. Sin embargo, sus estructuras legales se han convertido en fundamental problema. ¿Cuál es la ley orgánica que norma el funcionamiento de la Universidad Autónoma de Nayarit?
Explica Toño Aguilar que la anterior administración gubernamental se envió al Congreso del Estado iniciativa de reforma a la ley, pero fue rechazada por universitarios mediante el amparo, incluso se habló de la integración de una comisión para estudiar el asunto, pero allí quedó todo. Asegura que la inmensa mayoría de universitarios desconoce cuál es la ley orgánica vigente, que norma el funcionamiento de la universidad.
“En la universidad se ocupan cambios y reformas estructurales, mismos que forzosamente deben partir de la estructura jurídica legal. Sobre qué estatuto de gobierno, reglamentos, tiene que funcionar la UAN. Obviamente esa ley debe establecer reformas a los órganos de gobierno. Es el caso del consejo general universitario, máxima autoridad, caracterizado por antidemocrático, manipulado, controlado en gran medida por el sector estudiantil. Padecemos el poder de la alumnocracia, poder concedido por administraciones rectorales pasadas”.
-Las bondades del dinero mal habido son difícil de esconder. ¿Sabe usted de algún rector enriquecido?
-No, mi estimado Oscar. Y yo no me atrevería a acusar a algún rector, a ninguno. ¿Por qué? Ellos también fueron víctimas. Conocí a la mayoría. Desde Alfredo Corona Ibarra hasta Ignacio Peña González. A algunos los traté, a otros no. Si dentro de sus equipos de trabajo, existen áreas que realizan malos manejos, en ocasiones el rector ni se entera.
05 de septiembre de 2017
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