El capitalismo dominó al socialismo
Octavio Camelo Romero
07 de octubre de 2013
Vale la pena reflexionar sobre la existencia del socialismo y su derrota frente al capitalismo en estos tiempos de transformaciones en Cuba. Es oportuno preguntarse si fue posible construir esa forma social intermedia entre capitalismo y comunismo la cual llamaron socialismo. Finalmente es necesario saber por qué fue derrotado el socialismo por el capitalismo.
En varias ocasiones hemos dicho en este espacio que el dinero de por sí no es capital. Para su transformación en capital, el dinero se inserta en un proceso al final del cual se recupera la inversión inicial más un excedente o ganancia. De allí surge la finalidad del capitalismo, la cual no es otra que obtener ganancias con las inversiones iniciales de dinero. Las ganancias tienen la misma suerte, para convertirse en capital requieren invertirse y producir a su vez ganancias. A esta fase se le denomina reproducción ampliada del capital o acumulación del capital. Sin embargo no se puede producir ganancias sin la intervención de los obreros. Los trabajadores productivos son los generadores de la plusvalía porque convertida su fuerza de trabajo en mercancía y el valor de su fuerza en salario, tienen la capacidad de producir más valor que el valor de su misma fuerza de trabajo. Como cualquier otra mercancía, los compradores de la fuerza de trabajo son los dueños temporales del uso y de los resultados de ese uso d
e la llamada mano de obra. Por esa circunstancia, se apropian del excedente de valor que producen los obreros. Y es así, de esa manera como surge la ganancia que transforma al dinero invertido inicialmente en capital.
El proceso de producción capitalista produce mercancías, produce plusvalía y a la vez, produce y reproduce al mismo régimen del capital, al capitalista por un lado y al obrero asalariado por el otro. La clase obrera es un atributo objetivo, es una propiedad social del capital, aun fuera del proceso directo del trabajo, al igual como lo son los instrumentos inanimados. Por eso su consumo individual o personal es un simple factor del proceso de reproducción del capital. La reproducción ampliada del capital reproduce ampliadamente las relaciones de explotación, reproduce de manera ampliada la fuerza de trabajo subsumida bajo el mando del capital. En este sentido se puede decir que la clase obrera es “objeto” en la medida en que es resultado simple de la acumulación capitalista. Y sería “sujeto” solamente en la circunstancia de que la clase obrera se autodeterminara y actuara como clase, de que pasara de “clase en sí” a “clase para sí”.
Si se pierde de vista esta cuestión fundamental para la existencia del capitalismo y se piensa que el desarrollo científico-tecnológico es fundamental en el socialismo, en realidad no se diferencia ese “socialismo” del capitalismo. Competir con el capitalismo en el desarrollo de las fuerzas productivas es equivalente a comportarse como otro capitalista en una lucha competitiva por el mercado. Y aquellos aspectos esenciales para terminar con la enajenación social como son la “propiedad privada” y la “división del trabajo” se hacen intocables. La letanía de “dar a cada quien según su trabajo” en un régimen de asalariados equivale a decir “cada quien adquiere parte del producto social según su salario”. No hay diferencia sustancial entre socialismo y capitalismo, ambos son iguales. Por ese motivo en la URSS y demás países “socialistas” incluyendo Cuba el capitalismo no se exterminó. Los mejores aliados del capitalismo mundial han sido las burocracias político-partidistas. A lo que más se llegó fue a una especie de “capitalismo de estado”. Sin embargo el bloque socialista con todas sus carencias y errores sirvió de muro de contención de los excesos del capitalismo a ultranza. El keinesianismo existió por la presencia del campo socialista y porque al paso del “ejército rojo” por los países éstos adoptaban el socialismo. Por ello la URSS sirvió de contrapeso y de fuerza social para que el capitalismo flexibilizara sus pretensiones de la sobreexplotación de la fuerza de trabajo. La evidencia de esto está en que a la caída del bloque socialista viene el desmantelamiento de los estados de bienestar social y el surgimiento del neoliberalismo.
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