Recordando al Juan Diego nayarita

En el periódico, Nayarit Opina, del día de ayer lunes 26 del presente mes de agosto, aparece una nota firmada por el reportero, Rafael Delgado Gutiérrez, en la que señala que grupos indígenas piden la reforma al artículo 2º de la Constitución, para proteger los lugares sagrados 

En el grueso de la nota, entre otras cosas se informa que el pasado 09 de agosto se celebró en la Ciudad de México el Día Internacional de los Pueblos Originarios, por lo que dio a conocer la diputada, María Belén Muñoz que, en la reunión del Consejo Nacional de los Pueblos Originarios, se elaboró un pliego petitorio que se entregó al Congreso de la Unión, en donde piden la reforma al artículo 2º constitucional, para que lo analice y, en su caso, lo apruebe la nueva legislatura federal.

En la misma nota, la diputada local Muñoz Barajas, revive el tema de la presa hidroeléctrica de las Tres Cruces, en parte del trayecto del río San Pedro, proyecto al que se oponen grupos de indígenas debido a la posible afectación a sus lugares sagrados, tal y como ha sucedido con la construcción de otras presas, como sucedió en la de Aguamilpa.

Pero es bueno recordar que con la construcción de la mayoría de las presas hidroeléctricas en nuestro país no nada más han desaparecido poblaciones originarias y, por ende, sus lugares sagrados milenarios, sino que también han desaparecido poblaciones ya establecidas, poblaciones que se dejan ver cuando baja el nivel de agua de dichas presas sobresaliendo en algunos lugares las torres de templos, así como ruinas de antiguas haciendas.

Se tiene entendido que el proyecto de la presa hidroeléctrica de las Tres Cruces saltó a la palestra en el sexenio del entonces gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda (2011-2017). Desde el primer momento comenzaron a surgir protestas no nada más de los pueblos originarios asentados en la zona de donde quedaría dicha presa, sino también de conocedores y versados en el tema ecológico quienes afirmaron que se afectaría gravemente la flora y fauna de esa zona, así como la afectación del medio ambiente, pero sobre todo, se hizo ver que en el estado de Nayarit el río San Pedro era el único río que aún quedaba sin ser afectado por una construcción de este tipo, por lo que se debería de valorar de bien a bien si este proyecto era viable o no, porque Nayarit ya cuenta con tres presas: Aguamilpa, El Cajón y La Yesca y que sin embargo, a pesar de esto, en sí no se han visto grandes beneficios para la entidad ni sus habitantes, sobre todo, cuando las tarifas de la luz en algunas zonas del norte del estado no son nada baratas para muchos campesinos.

Recuerdo una entrevista banquetera que los chicos de la prensa le hicieron en su momento al entonces gobernador, Sandoval Castañeda en donde criticaba las quejas de los pueblos originarios que posiblemente serían afectados con la construcción de la presa Tres Cruces, señalando que los indígenas se quejaban porque desaparecería una piedra sagrada. Lo que dijo al respecto Roberto Sandoval a quienes lo entrevistaban, fue lo que más se me quedó grabado: “fíjate nomás, una piedra, adoran una piedra”. Como ya me rebasó la tecnología, por más que busqué esta entrevista en Google no la pude encontrar o tal vez no la supe buscar como es debido; sin embargo, más de algún reportero de los que estuvieron presentes aquella vez la recuerden.

El problema es que nadie de los ahí presentes en dicha entrevista le cuestionó a Roberto Sandoval que para los pueblos originarios una piedra significa mucho en su cosmovisión religiosa; y menos, que él adora imágenes de yeso o madera, cuadros con pinturas o grabados religiosos, pero que esa piedra ya existía desde siglos antes de que llegaran a nuestro país las imágenes religiosas en las que él, Roberto, cree, adora y que se hinca y reza ante ellas.

Y precisamente las creencias religiosas de la mayoría de nuestros gobernantes es lo que ha perjudicado en gran parte a nuestra Nación debido a que anteponen sus creencias y pesares al bien común, pues olvidan que nos rige un Estado Laico que no prohíbe ningún culto, sino que por respeto hacia otras múltiples creencias que hay en nuestro país, las creencias personales se de quienes nos gobiernan deben de pasar a segundo plano.

¿Alguien recuerda cuando se criticó a Roberto Sandoval Castañeda cuando en un viaje a la Sierra portaba un zarape o tilma con la imagen de la Virgen de Guadalupe al frente y que en algunos medios alguien lo señaló como el Juan Diego Nayarita?

Sea pues. Vale.