La música, uno de tantos factores que inciden en la criminalidad
Oscar González Bonilla
19 de Julio de 2024
Benito Madera De la Paz, en Nayarit luchador social, hizo público un comunicado que comedidamente dirigió al licenciado Luis Francisco Gómez Ibarría, quien se desempeña como consejero Jurídico del Ayuntamiento de Tepic.
De entrada, en su escrito, Benito Madera propone “la digitalización de los aparatos públicos de escucha musical”. Argumenta que en la mayoría de los cientos de sinfonolas que se hallan en el mismo número de lugares públicos, “las expresiones musicales son de carácter rijoso, misógino, violento y pendenciero que crispa, tensa y deforma el carácter de las personas afectando su salud mental, y que es precisamente uno de los factores más importantes que han contribuido a generar el clima de violencia que en todas su formas y manifestaciones padece actualmente la sociedad”.
La idea es que, al través de los avances tecnológicos, vía internet, a los aparatos musicales disponibles al público asistente sea aplicado procedimiento capaz de incluir música que tiene su origen en países del mundo, con atinado acento la clásica. El repertorio sería tan amplio como los gustos personales de los escuchas. Con ello se evitaría el predominio de música tóxica, primordialmente los narcos corridos. No se trata de eliminar esta última clase de música, sino de aumentar el repertorio.
Canciones que envenenan la mente llevan como títulos Mi orgullo es ser traficante, Hijos de su perra madre, Malandrín de corazón, Me voy a poner bien pedo pa’ que chinguen a la suya, Chingón de chingones, Morrita acelerada, el cartel de los pesados, El calza grande. Y así cantidad de denominaciones que identifican canciones, “cuya manifestación más evidente lo constituye los altos niveles de violencia que se registran en amplias zonas del país, incluyendo desafortunadamente nuestro estado”.
En su comunicado por escrito sentencia: “Frente a esta realidad, resulta un contrasentido que mientras el estado mexicano libra una guerra sin cuartel contra la delincuencia organizada, desde estos lugares públicos (sitios con rocola) se martille a diario la mente de los jóvenes y adultos con expresiones que hacen apología del crimen, haciendo héroes a quienes persigue la autoridad por sus actos delictivos”.
Benito Madera De la Paz fue diputado plurinominal por el PRD en la 26 legislatura, durante el periodo 1999-2002, convencido afirma que, en la ocasión presente, “estoy detonando una revolución cultural, porque una de las lacras que actualmente sufren la sociedad mexicana y la nayarita también, es la violencia. La violencia en todas sus manifestaciones: secuestros, trata de blancas, intrafamiliar, de género, etcétera. Muy seguido hay crímenes, y bueno, nuestra autoridad muy proclive a colocar veladoras y rasgar vestiduras. Pero no es suficiente con eso, hay que buscar la causa de los problemas para estar en condiciones de combatirlos en su origen, y no nada más quedarse en las ramas”.
“Yo he observado, es la música que escucha la gente. La música es una expresión cultural, pero hay otras expresiones culturales. México está catalogado como país con sociedades con más bajo nivel cultural, porque aquí, en Nayarit, la gente no lee, no va a las exposiciones de pintura, no va a los recitales de poesía, ni a los de opera cuando hay aquí. Mientras usted y yo platicamos, hay como 120 lugares con aparatos públicos donde la gente escucha música, que yo le llamo tóxica, porque incita a conductas antisociales, al crimen en todas sus manifestaciones, así como el consumo de drogas. En esos sitios se gestan monstros de violencia, saldrán con el propósito de ver con quien se desquitan, echar fuera complejos que se acentúan al escuchar música inconveniente”.
“Lo único que propongo es que se amplíen los repertorios para tener acceso a música que es cultura, porque no toda la música es cultura. Cultura es todo aquello que hace mejor al ser humano, que lo eleva en calidad, pero a los narcocorridos y a la música tóxica no les doy la categoría de arte. Ese es el sentido de mi iniciativa: combatir, desde una de sus causas, que yo considero principales, la razón de tanta violencia”.
“Solicito la intervención de la consejería jurídica del Ayuntamiento de Tepic porque considero a esta el área clave, está dentro de su competencia tomar acciones preventivas en contra de la violencia. El municipal es el gobierno que más cercanía tiene con la sociedad, por tanto, debe actuar. No prohibir, como se ha hecho en otras ciudades del país, sino ampliar el repertorio para tener más opciones de escuchar música en público”.
Y en su texto, sustenta: Por cierto, en algunos lugares del país, como ocurrió recientemente en Cancún, se ha prohibido estas expresiones musicales pendencieras que contribuyen a la propagación de la violencia, aún en contra de algunas opiniones que consideran ésta medida un atentado al derecho de la libertad de expresión, pasando por alto el principio, según el cual, no hay derechos absolutos, y que estos deben ser regulados para que el derecho de unos no implique la afectación del derecho de la sociedad a vivir en un ambiente de paz y tranquilidad.
Sostiene que la música no es la principal causa de la generación de violencia, sino que hay otros muchos más factores que complementan la descomposición social en nuestro país.
“La predisposición a la violencia tiene que ver con el nivel cultural de las personas. México es un país de un bajo nivel cultural. Y si a eso le agregamos las malas influencias (“música”), pues se dan las condiciones para hacer una sociedad tan violenta y degradada como la que vivimos en estos momentos. Otros aspectos que influyen, por ejemplo, el 90 por ciento de los mexicanos profesamos la religión católica-cristiana, y no los fundamentos del cristianismo que se basan en amor al prójimo, y la gente que mata a otra, la secuestra o la denigra no son cristianos, aunque se digan, y vayan a misa a darse golpes de pecho. El amor al prójimo es el fundamento principal de nuestra cultura judeo-cristiana, si fuéramos consecuentes nos ajustaríamos a ese valor”, refiere Benito Madera De la Paz.
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