Urge la izquierda en México

El extraordinario resultado de las negociaciones del PRD, PAN y PRI en la mesa del Pacto por México son las llamadas “Reformas estructurales” las cuales después se envían al Congreso de la Unión para su legitimación. En este proceso de asociación entre dirigencias partidistas no han faltado las purgas ni las represiones.

Estos sucesos son relevantes para mostrar las actuales condiciones de las nuevas relaciones de producción, las cuales se encubrían con prácticas no-legítimas que hoy ante la inmoralidad hecha moral social, se transforman incluso hasta en normas de conducta jurídicamente vigentes.

Estas “reformas estructurales” ya muestran a los mexicanos las novedosas “relaciones entre el capital y el trabajo”, entre los capitalistas y los asalariados.

Por otra parte, el “Pacto por México” dejo traslucir no únicamente su función de instancia negociadora entre los tres grandes partidos políticos del país, sino que develó la verdadera naturaleza de tales partidos. Del Partido Acción Nacional no hay duda. Desde su constitución ha estado vinculado a los intereses del capital extranjero y en sus 12 años presidenciales su función fundamental fue esa, de ser servil de los intereses transnacionales. Por su parte el PRI que tras la segunda guerra mundial en el siglo pasado impulsó una política nacionalista a favor de la creación de una burguesía nacionalista que defendiera los postulados de la Revolución Democrático-Burguesa de 1910, desde el gobierno de Miguel de la Madrid hasta la fecha se ha dedicado primero, a desmantelar todo lo que construyó en el pasado y a echarle tierra como lo hacen los gatos con su suciedad, para evitar el “pestilente olor” del Estado de la Revolución Mexicana. Y después, emulando a la “dama de hierro” inglesa y Bush padre, construir las condiciones jurídicas con políticas de corte neoliberal para el desarrollo del capitalismo mundial en México. Por lo que corresponde al PRD, se ha empantanado primero en el “reformismo democrático-burgués” y después ha virado hacia la derecha. Incluso ha rebasado al PRI en esa dirección con la justificación pragmática de no perder las posiciones políticas ganadas.

El PRD y el PAN en la supuesta “alianza estratégica contra el PRI” por conseguir más posiciones políticas dentro del Estado Neoliberal Mexicano han condicionado su apoyo a la “Reforma Energética” a la aprobación de la “Reforma Político-Electoral” la cual se propone desaparecer a los partidos pequeños y medianos con el propósito aligerar las “negociaciones políticas” entre los tres partidos. Para conseguir tal propósito no se requiere de mucho esfuerzo. Basta con elevar el porcentaje de la votación global al 5% como condición para que un partido político-electoral tenga registro de validez política. Con esta condicionante seguramente desaparecerán varios partidos,  entre otros, el de Elba Esther, el del Dr. Sími, el de Dante, el de Beto Anaya y el de AMLO no obtendrá su registro.

Urge una verdadera “izquierda compensatoria” de los excesos de los partidos políticos neoliberales al servicio de un Estado por demás errático que lejos de crecer, está hundiendo al país en la peligrosísima parálisis económica y en la consecuente agudización de las contradicciones sociales. La miopía política y falta de oficio de la actual clase gobernante pone en riesgo la estabilidad del país. Sus políticas públicas hunden a más mexicanos en la pobreza alimentaria. Y para “colmo de males” las desastrosas condiciones climáticas agravan más la situación muchos mexicanos y la llevan hasta la miseria. Se requiere de una nueva fuerza de izquierda que por lo menos sirva de muro de contención para los excesos.