Historia de Acaponeta
Néstor Chávez Gradilla
07 de Junio de 2024
-Segunda de tres partes-
El historiador Don Francisco Xavier Clavijero en su Historia Antigua de México, 1779, págs. 65-66, nos dice:
“Los mexicanos o aztecas que fueron los últimos pobladores de la tierra de Anáhuac, vivieron en Aztlán hasta más de la mitad del siglo XII, provincia situada a mucha distancia del Nuevo México hacia el noroeste… Betancourt pone a Aztlán distante de México 900 leguas en algunas cartas geográficas de La América publicadas en el siglo XVI, en donde sitúa a la dicha provincia al norte de California y según parece, esa es su verdadera situación.”
El eminente escritor e historiador jalisciense Dr. y Prof. Alfonso Rivas Salmón, en una interesante conferencia que dio en el año de 1979, durante el III Festival Cultural de Nayarit en Acaponeta, dijo que, a la histórica piedra del sol, erróneamente se le ha dado en llamar calendario azteca, puesto que dicha piedra, en realidad es una narración escrita en piedra de su peregrinar desde su salida de AZTLAN-CHICOMOSTOC, hasta su llegada a Teocolhuacán y agrega que en ella se lee lo siguiente:
“Nuestra vida, nuestra historia, nuestros días todos y nuestros huehuelixtlis, según la cuenta que han llevado Quetzalcóatl y Xólotl de 4 en 4 años hasta el año 13 caña, comprenden 4 épocas que vimos y que vivimos nosotros al calor del sol, una época en la que fuimos destruidos por las fieras, otra época por la sequía, otra por los huracanes y otra por las inundaciones que finalmente nos obligaron a abandonar nuestras casas en la región de Aztatlán-Chicomostoc, durante las grandes lluvias del año pedernal”; y continúa con la narración de la dicha peregrinación azteca con escalas en Teocolhuacán, Acaponeta, Mechuacán, Tonallán y otros lugares.
Acerca del lugar donde estaba AZTLÁN-CHIMOSTOC, el Padre Fray Antonio Tello nos dice: “Hasta hoy, no se sabe por cosa cierta a donde está la provincia de Aztatlán ni ninguno de nuestros españoles la ha visto, solo se tiene noticias della y se sabe que cae hacia el septentrión”, Y en este escrito se basan muchos para considerar un mito o fantasía la existencia del antiguo AZTLÁN-CHICOMOSTOC.
A su salida de AZTLAN CHICOMOSTOC, los aztecas o mexicas llevaban como guías en su peregrinación, a los sacerdotes Cuauhcóatl, Apanécatl, Texcacóatl y a la sacerdotisa Chimalpa.
El ya citado Códice Boturinni, o tira que narra la peregrinación azteca desde Aztlán-Chicomostoc hasta la provincia de Teocolhuacán (lugar del cerro gordo de los abuelos divinos), dice que en ese trayecto duraron 188 años, pero la mayoría de los historiadores lo rechazan, mencionando un tiempo mucho menor. Véase también en esa lámina, la representación del dicho cerro de Teocolhuacán y la marca de pisadas que nos indican su peregrinar.
Los eminentes historiadores de antaño, Fray Bernardino de Sahagún y José Alvarado Tezozómoc, nos dicen que, respecto a la venida de esos mexicanos muy antiguos, ellos vinieron de una parte de tierra y casa antigua llamada Chicomostoc y ellos eran de origen náhoa-chichimeca.
Después de haber estado un tiempo (no se han puesto de acuerdo los historiadores acerca del tiempo que estuvieron en ese lugar) en la provincia de Teocolhuacán, continuaron su peregrinación con rumbo al sur. Es muy importante mencionar la llegada de los aztecas a lo que hoy es Nayarit, pues ahí comienza la historia del segundo AZTATLAN. Es por eso que me permito nuevamente mencionar el escrito del Padre Tello en donde nos habla de la llegada de los aztecas a la provincia de Acaponeta (Tomo II, Libro 1, Cap. 3) en donde nos dice lo siguiente:
“Y dice Don Francisco Pantécatl que en lo que a ella se refiere, lo oyó contar y decir de sus antepasados y abuelos y de las gentes que llegaron a estas tierras, procurando echar dellas a los naturales; vinieron de en medio de la tierra, colíxese haber sido de la provincia de AZTATLÁN, así por lo dicho en el capítulo pasado, porque aquellas gentes fundaron un gran pueblo en tierra caliente llamado AZTATLÁN, y dice Don Francisco Pantécatl que cuando llegaron a las tierras de ACAPONETA y las otras poblazones questaban en aquellas regiones calientes que caen al poniente y mar del sur, hicieron guerra a los naturales con ánimo de irse apoderando dellas con que los obligaron a dexar sus pueblos y retirarse a otros puestos donde pudieran estar seguros de sus adversarios”.
Y agrega el Dr. Gutierre Tibón: “Al mencionar AZTLAN-CHICOMOSTOC, se trata, claro está, del primitivo AZTLAN o tierra de blancura, al que recordaron los antepasados de Pantécatl, (que menciona cuando esos peregrinos) llegaron y fundaron un gran pueblo en tierra caliente al que llamaron AZTLAN-AZTATLAN, (en memoria de su lugar de origen).
Y continúa el padre Tello: “. y viendo los de Acaponeta y los demás pueblos la gran pujanza de los mexicanos y su mayor destreza en pelear, temerosos de no ser desbaratados, rotos y vencidos en batalla, dejaron sus casas y se retiraron a las sierras vecinas, con que los mexicanos se quedaron en los pueblos y aumentaron así su gentío”.
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