Historia de Acaponeta

-Primera de tres partes-

Cronista e Historiador Vitalicio del Municipio de Acaponeta.

Este artículo histórico, es una parte extractada y muy resumida del capítulo II de mi libro “Historia de Acaponeta, segunda edición corregida y aumentada” aún inédito. De ella, extracté varios datos históricos que se refieren exclusivamente a los orígenes remotos de AZTLÁN-CHICOMOSTOC y AZTLÁN-AZTATLÁN, basándome en la información obtenida durante muchos años de lo escrito y publicado por numerosos historiadores a través de varios siglos, y la escribí con el fin de informar a quienes aún tienen dudas acerca de estos tan históricos e importantes lugares, relato que se refiere y se identifica en mucho con nuestra propia historia regional a través de miles de años. 

También, para externar mi particular opinión y para aquellos que se aferran a negar que alguna vez existió al norte de nuestro país, la antiquísima patria primitiva de los aztecas llamada AZTLÁN-CHICOMOSTOC, considerándola un mito, una simple leyenda que existió únicamente en la imaginación de Pantécatl y otros historiadores antiguos. 

Los llamados AZTECAS, de origen Náhoa-chichimeca, fueron habitantes de la región nórdica de Huehuetlapallan (lugar de la tierra bermeja), que fue fundada por los náhoas en el año 544 d.C., entre los ríos Gila y Colorado cerca de Amecameca, capital de los Nahoas-chichimecas.  Fueron los aztecas la última de las siete tribus nahuatlacas que abandonaron la región cercana a las 7 cuevas o cañadas, quienes sucesivamente fueron abandonando aquella desolada región aproximadamente en el año 1050, para venirse a asentar a lo que hoy es nuestro país. 

Los aztecas provenían de AZTLAN, que significa: “lugar de blancura o lugar de garzas”. Se les llegó a llamar AZTECAS por provenir de ese lugar llamado Aztlán, y Mexicas o mexicanos, por su líder y guía Meczitli o Mexitli, también llamado Huitzitón o Huitziltón. Ellos fueron los últimos en abandonar la región de Chicomostoc en dos etapas, aproximadamente en el siglo XII d.C. (Dice Pérez Verdía que en el año de 1160, pero el notable historiador chalca Chimalpaín, lo sitúa entre los años 1050 y 1065). 

El ya citado historiador y sacerdote jalisciense Don Luís Pérez Verdía, en su obra “Historia Particular del Estado de Jalisco. 1910”, nos dice que el nombre original es AZTATLÁN, proviene del náhuatl: AZTATL = GARZA y TLAN, locativo de lugar, y que la palabra AZTLÁN es una palabra sincopada o abreviada. Agrega que AZTLÁN es lo mismo que AZTATLÁN, lo cual es corroborado por el historiador Dr. Gutierre Tibón. 

Otros historiadores dicen que AZTATLÁN significa, pobladores de AZTLÁN. Igualmente, han dado en llamar AZTLAN-AZTATLÁN al que fundaron los aztecas en lo que hoy es el norte de Nayarit y AZTLÁN-CHICOMOSTOC, para referirse al primer Aztlán que existió al norte de nuestro país.

Fray Bernardino de Sahagún, dice que los aztecas eran un sub-grupo muy antiguo de las tribus náhoas-chichimecas que habitaron el antiguo y legendario Aztlán-Chicomostoc, cerca de donde estaban las siete cuevas o cañadas que, según El Ing. José López-Portillo y Weber, eran lugares sagrados o adoratorios.  

Durante muchos años, los historiadores han tratado de situar a la mítica y legendaria Aztlán-Chicomostoc, tratando de ubicarla en muy diversos lugares, pero la teoría más aceptada y reconocida, nos dice que se hallaba al norte en El Nuevo México entre los ríos Gila y Colorado, en una enorme isla situada en el medio de una región lacustre, desértica en su mayor parte. Eso explicaría la existencia de garzas en el lugar, que le dieron su nombre. 

Acerca de esto mismo, el notable historiador italiano Dr. Gutierre Tibón nos dice: “El actual Seattle U.S.A., se encuentra en el corazón de AZTLÁN, la antigua patria de los aztecas. Un poco al sur de Seattle se encuentra Tacoma, lugar que el nahuatlato reconoce como un primitivo TLACOMALLI, o comal de tierra. Actualmente, es capital de un condado y como Seattle, también se levanta a orillas del fiordo de Puget. Se trata pues de una región acuática, lacustre, marítima como la del AZTLÁN según los códices”. 

En el códice Boturinni, en una de sus partes se puede apreciar la figura de un azteca saliendo de una isla en una canoa, lo cual especifica claramente que el antiguo Aztlán-Chicomostoc era una región lacustre. 

El Padre Fray Antonio Tello (Libro 2º. Capítulo III, de su Crónica Miscelánea) nos informa de un relato del antiguo cacique de Tzapotzingo originario de Acaponeta, el cronista e historiador indígena Don Francisco Pantécatl, en donde en una de sus partes leemos: “decía haber escuchado a su padre Xonacatl Tayorit, (Hueytlahtoani de Aztlán), señor de la provincia de Acaponeta (Aztlán), indio de mucho renombre, que de sus abuelos y antepasados sabía que, de lo más interno del norte de una provincia llamada Aztatlán, salieron varias familias en dos diversos tiempos y entraron por El Nuevo México, Tzíbola, Sonora, Tzinaloa, Acaponeta, Tzenticpac, Xalisco, Aguacatlán,  por Tonallán y por la provincia de Ávalos y Colimán, pasando por la sierra de Mechuacán para ir a parar de asiento en Texcuco” 

El histórico y afamado explorador de las regiones de la pimería Alta, la apachería, Sonora y Nuevo México,  el Padre Eusebio Kino, S.J., en la obra “Aventuras y desventuras del Padre Kino” (página 12), dice que por noviembre de 1694, encontró en el Nuevo México, en una región lacustre entre los ríos Gila y Colorado,  unas muy antiguas ruinas a las que los indios pimas de la región llamaban “Las casas grandes”, en donde había muchos vestigios que una muy antigua civilización que ahí existió y agrega que sin duda, ese es el lugar de donde salió la gente de Moctezuma: 

“Por noviembre de 1694, entré con mis sirvientes y algunas justicias desta Pimería Alta hasta La Casa Grande, que así la llaman estos pimas y en el río caudaloso de Gila que sale desde El Nuevo México y tiene su origen cerca de Acoma. La Casa Grande, dícese la dejaron y despoblaron los mayores de Moctezuma, perseguidos por los cercanos apaches. Salieron al oriente y de ahí tiraron hacia el sur y sureste y se fueron a fundar la gran ciudad y corte de México. En esta ocasión y en otras después, he sabido y oído y a veces visto, que más al oriente y al norte y al poniente hay más destas casas grandes antiguas y las ruinas de muchas ciudades enteras con muchos metates y ollas quebradas y  carbones y serían sin falta las siete ciudades que refiere el apostólico varón Fray Marcos de Niza el cual, en su larga peregrinación, vino hasta el Bacapa, ranchería destas costas que dista como 60 leguas de las casas grandes al sudeste y está como a 20 leguas de la mar de La California”.

Continuará