El periodismo no es como antes, ha evolucionado
15 de Mayo de 2024
ARTURO GUERRERO BENÍTEZ
Hace 34 años (1990), con apenas 19 de edad comencé a trabajar en el diario Ocho Columnas (UAG). Aquella labor, de la que no conocía nada, se convirtió en mi forma de vida. Gracias al periodismo y a la comunicación, lo único a lo que me he dedicado, con mi modesto talento, me ha dado muchas satisfacciones y momentos amargos también, los menos.
Muy joven, no elegí ser periodista, la oportunidad se presentó y la acepté. Si regresara el tiempo volvería a aceptar la invitación, volvería a andar este camino que me ha permitido hacer muchos amigos, conocer muchas personas y sacar adelante dignamente a los míos, como alguna vez me lo propuse y me orientó mi madre.
Treinta y cuatro años después, el periodismo ha evolucionado, la comunicación corre por canales inimaginables para mí en aquellos años. No hay aquel romanticismo en la tarea, no hay casi reglas, no hay casi respeto, no hay casi nada de aquello que conocí en 1990. Los líderes de opinión de los medios formales no existen porque el periodismo como tal, con esos esquemas no existe tampoco, hay influencers en plataformas digitales.
Trabajé en una decena de medios, a veces de tres a la vez para juntar lo necesario, yo tenía -como hasta hoy- muchas ganas de salir adelante y es que en 1993 me casé con Patricia y al año siguiente nació mi primer hijo, Jorge. El segundo, Sebastián, vino hasta 1999.
Conocí patrones mezquinos, también la generosidad de otros.
Soy de los periodistas que conocieron el chayote-chayote, el que se entregaba en sobres amarillos, el que se recibía por apoyar tareas de comunicación y que resultaba, en suma, mucho más que los 200 pesos quincenales que me pagaban en el Ocho Columnas.
Aprendí de periodistas como Paco Ocampo y Pedro Pulido, de Bernardo Macías; recibí buen trato, como trabajador, de José Torres Zamora “El Cocoy”, de Edgar Arellano, todos ellos ya fallecidos. Otros patrones fueron Ezequiel Parra, don Jorge Mondragón (DEP), a quienes también recuerdo con gratitud.
He trabajado en áreas de comunicación, en el ayuntamiento de Tepic (1996) con don Félix Torres Haro. En 1999, Antonio Tello, mi gran amigo y compadre desde hace casi 30 años, me abrió las puertas para incorporarme a la campaña de Antonio Echevarría Domínguez en cuyo gobierno fui coordinador de comunicación en el DIF Nayarit al lado de una mujer que admiro y por quien guardo gratitud, Martha Elena García y luego Director General de Comunicación Social del gobierno.
Entre 2005 y 2017 hice diversas tareas, como escribir un libro, coordinar tareas de comunicación en la Sección 20 del SNTE y también trabajé en un noticiero de radio, lo hice en Álicamedios, empresa que dirigí de 2013 a 2017. En el gobierno de Antonio Echevarría García fui director general de Comunicación Social y Director General del DIF Nayarit, mi primera y única responsabilidad no relacionada con medios o a la comunicación.
Hoy, 34 años después, con casi 53 de edad, veo perfecto al muchacho aquel que fui, emocionado con su primer nota y su primer modesto salario, lleno de sueños.
Tengo la certeza de seguir siendo aquel que soñaba, sigo teniendo anhelos, queriendo legítimamente mejor vida, pero nunca a costa de lo que sea. Siempre he querido ser mejor, como también a mí me lo dijo mi madre.
Solamente he querido recordar y compartir que hace 34 años inicié mi labor como reportero y comunicador, que la he pasado bien, como la vida es, con camino cuesta arriba, con cima y con caídas. Al final, de eso trata la vida, de vivir y de hacerlo intenso, de entrarle a lo que venga y así lo he hecho, así lo seguiré haciendo.
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