Nadie por encima de la ley

Muy pocas personas en México están plenamente conscientes de lo acontecido, cuando el presidente expresa con todas sus letras: 

“Por encima de la ley, está mi autoridad política, mi autoridad moral”.

Esa frase tiene un peso y un significado muy profundo. 

A pesar de oírlo de sus labios y constatarlo con sus acciones, nadie ha calibrado lo que significa que un presidente se haya proclamado “la autoridad moral” que está por encima de las leyes.

Un presidente que se proclama “por encima de la ley” es un presidente fuera de la ley. 

Es un presidente que expresa y específicamente ha roto con el régimen constitucional. 

Se trata del anuncio del fin de la legalidad, del estado de derecho, de las garantías individuales, de la democracia.

Un presidente que se proclama por encima de las leyes, no va a reconocer una derrota electoral. 

Él nunca lo ha hecho y menos ahora que está en el poder y mediante ese dicho nos anuncia a todos los ciudadanos, que más allá de lo que le obliguen las leyes, está su muy particular decisión al respecto. 

No va a soltar el poder. 

Hay convencimiento de que si pierde su candidata en junio, AMLO vomitará fraude en las elecciones a los cuatro vientos, proclamará un estado de excepción y se quedará hasta repetir las elecciones tantas veces sean necesarias, para que se haga su voluntad.

Si gana su candidata, él seguirá siendo “la autoridad moral” que, como dijo, estará por encima de las leyes.

Esa es la decisión que tomaremos en las urnas el 2 de junio: un país de libertades, un país de igualdades o una autoridad por encima de las leyes.

De ese tamaño, es la próxima elección...