Una imposición anunciada
Ulises Rodríguez
29 de Marzo de 2024
La semana pasada, en la oficina principal de la casona que es sede nacional de MORENA, ubicada en la colonia Roma de la Ciudad de México, una reunión incómoda se estaba llevando a cabo. Con los ojos más desorbitados que de costumbre, el dirigente nacional Mario Delgado recibió a la arquitecta Zaira Iturbe, dirigente en Nayarit del mismo partido. Ambos sabían el motivo de la reunión y su expresión corporal los delataba, no había mucho más qué hablar. El tema sobre la mesa era la dimisión de la arquitecta como presidenta de MORENA en el estado, para poder entregarle esa posición al gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero.
Para que se sintiera menos el golpe, Delgado Carrillo se comunicó en ese momento con la Dra. Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de su partido, para comunicarle que “el tema de Nayarit” había quedado planchado y que la arquitecta Zaira Iturbe aceptaría ser la delegada de su campaña en Michoacán.
—Así son estas cosas, lo lamento. Vendrán tiempos mejores, pero ahora hay que asegurar un triunfo con un buen margen de diferencia —le dijo Mario Delgado a la arquitecta, en un tono de voz que trataba de expresar comprensión.
El enroque se da en medio de una coyuntura política que cargó los dados en favor del mandatario estatal. Hace un par de meses, la pérdida de poder del doctor Miguel Ángel Navarro era notoria y en las mesas de negociaciones para elegir candidaturas resultaba evidente que no podría imponer a sus principales alfiles en los puestos claves a disputar en junio próximo. Por citar un ejemplo, durante estas negociaciones primero perdió la tan anhelada candidatura a la presidencia municipal de Tepic para Elizabeth González Blanco y después para Adán Casas. No se la pudo arrebatar a la familia Galván Ponce.
Perdió también la candidatura a la alcaldía de Bahía de Banderas, donde pretendía imponer a Héctor Santana desde el principio -aún existe la posibilidad de que ello ocurra- y Mirtha Villalvazo se hizo con la candidatura para un periodo más al frente del ayuntamiento. Fue precisamente el escándalo de corrupción destapado en Bahía de Banderas lo que cambio las reglas del juego: dentro de las pesquisas realizadas por la fiscalía general del estado, se habrían encontrado documentos que revelan negocios inmobiliarios de la presidenta con licencia que se encuentra prófuga, donde estaría involucrado el propio Mario Delgado.
Sabedores en la Ciudad de México del conflicto que existe desde hace poco más de dos años entre Mario Delgado y el gobernador, así como de los arranques de ira del último, el dirigente nacional no quiso arriesgarse y cedió ante las peticiones del mandatario local. El cambio es muy notorio, el gobernador pasó de perder en sus intentos porque no fueran candidatos Jasmín Bugarín ni Pavel Jarero al Senado de la República, de perder las alcaldías que más le importaban, Tepic y Bahía de Banderas, a imponer de repente a la mayoría de los candidatos de MORENA en los diez distritos y a buen número de candidatos a presidentes municipales. El temor de un escándalo que involucrara a una presidenta municipal con el dirigente nacional del partido en el poder, en medio de la campaña presidencial de Sheinbaum, se convirtió en una poderosa herramienta de negociación.
UN PARTIDO DE SANDOVALISTAS
Desde octubre del año pasado, el gobernador trató de adueñarse de los cuantiosos recursos económicos y humanos que maneja el partido en Nayarit. La intención era aprovechar los mismos para posicionar la candidatura a la presidencia municipal de López Blanco y para ello comenzó a adueñarse de espacios claves: Alicia Villaseñor, cercana al ex gobernador Roberto Sandoval, se hizo con la coordinación estatal de la promoción del voto; Mayra Rodríguez y Gerardo Aguirre, ambos consejeros estatales de MORENA electos en el 2022 y de cuna sandovalista, operaron financiera y políticamente la agenda que el doctor Navarro pretendía imponer en el partido.
Con el tiempo, las disidencias fueron más y se creo una especie de TUCON (Todos Unidos Contra Navarro), un grupo que aglutinó a alcaldes, diputados locales y federales, liderazgos municipales e integrantes de las dirigencias estatal y municipales del partido fundado por López Obrador. Su cenit fue el músculo mostrado en la marcha del 27 de enero, donde dejaron claro que no había punto de retorno.
Nadie pudo haber anticipado por aquellos días que el escándalo de Bahía de Banderas cambiaría tanto el panorama.
Hoy Elizabeth López Blanco ha sido impuesta como dirigente estatal de MORENA. No sólo controlará el gobierno estatal con la complacencia del gobernador, sino que seguirá manejando a su antojo el Congreso del Estado -mientras el diputado presidente, Francisco Piña se entretiene con su juguete nuevo, el voluntariado-, ahora también decidirá el destino de MORENA en Nayarit y tendrá mano en la lista de plurinominales.
Luis XIV, el monarca francés al que se le atribuye aquella aseveración de “el Estado soy yo” se ve tonto cuando uno lo compara con la joven funcionaria que se ganó los más sinceros afectos del gobernador, pero también que supo hacerse de todo el poder de un estado sin estar preparada para ello.
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