Nayarit: urge el cambio de reglas para producir camarón
Miguel González Ibarra
17 de septiembre de 2013
Ahora, que se han detectado contaminantes, los cuales, de forma seria y responsable, al margen de fatales alarmismos, nos preocupa a todos; mismos que, evidentemente, han impactado con mucha fuerza al crustáceo que se cosecha en el sistema de granjas camaroneras; cuya razón, nos hace concluir, que es mega urgente que se revisen a fondo las reglas actuales que rigen esta actividad productiva; y, por consecuencia, se resuelva y aplique un cambio real en las estrategias de esta importante rama de la economía en el Estado de Nayarit.
Ello, sin lugar a dudas, es responsabilidad, en primer lugar, de la autoridad en sus tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal; también de los poderes legislativo, tanto a nivel nacional, como de la Cámara de Diputados local; igual, que de las entidades pertenecientes al Sector Social de la Economía, como son los ejidos y organizaciones de pescadores, en particular, aquellas dedicadas a la producción, cosecha y venta del camarón.
Al mismo tiempo, por lo delicado del asunto, es obligación de toda la sociedad nayaritense, involucrarse en esta cuestión; virtud a que el referido marisco, muy a pesar de la crisis económica que golpea a la mayoría de los hogares de esta tierra mexicana, es un alimento que llega a todos los platos de cada uno de los humanos que habitamos esta comunidad de la República.
LO QUE MAL EMPIEZA MAL ACABA
En el tema, ya están jugando un rol de primerísimo orden, las asociaciones de ambientalistas; así como, de forma individual, los expertos que todos los días estudian, analizan y están en la investigación de la materia, que no es menor, pues, valga la redundancia, está relacionada con la economía y la alimentación de todo el pueblo nayarita, por consecuencia, tiene que ver, ciertamente, con el problema de la salud general de la población.
Desde hace algunas semanas atrás, se detectó el mal. Se han escrito muchas cuartillas al respecto y, sobre la cuestión, mismas que, intensa y profusamente, han difundido el hecho en medios de la localidad, nacionales e internacionales; por supuesto, las redes no son la excepción; éstas, ocupan un sitio de primera importancia en la propaganda de tan acuciante asunto.
Se observa, que la especulación de los insaciables e irracionales capitales privados, están por encima de los superiores intereses comunitarios; cuando debería ser al revés; es decir, el pueblo debe ser prioritario y, primero, en todas las políticas que se llevan a cabo.
Hace dos décadas y media que inició la camaronicultura en Nayarit. Tenemos ocupadas 6 mil hectáreas en esta actividad. Hay 169 granjas, distribuidas en varios municipios de la costa.
Desde que arrancó este sistema productivo, nació mal. La producción de camarón a través de su cultivo en granjas, ha sido desordenada.
Aquí se puede aplicar aquel dicho, de que lo que mal empieza mal acaba.
EL AUGE DE LA CAMARONICULTURA EN NAYARIT COMENZÓ CON SALINAS
Estamos sufriendo ya los impactos de aquello que inició al margen de la norma y del rigor con que debe tratarse la naturaleza y el medio ambiente.
Con la naturaleza y el medio ambiente, no se juega. Hacerlo, es criminal. Sin embargo, no debemos perder el optimismo ni la fe ni la esperanza: estamos aún a tiempo.
Hay que decirlo con la contundencia que el caso amerita, la mayoría de las granjas camaroneras en Nayarit, se han instalado sin el correspondiente permiso, que es la Manifestación de Impacto Ambiental; es decir, en términos de la normatividad, funcionan en la ilegalidad.
Desde 1989 que se dio el banderazo a la fiebre de las granjas camaroneras en nuestra entidad, se hizo sin acudir absolutamente a ninguna planificación; todo se hizo con la mayor irresponsabilidad del mundo; atendiendo solamente los espejismos del mercado, comprobándose aquí, una vez más, que las reglas de éste, son completamente ciegas e inhumanas.
Aquí, entre paréntesis, hay que señalar que aquella fue la época negra y turbia del salinismo, cuando todo se medía en función de la venta de la patria y su entrega al extranjero; incluso, se decía que la empresa que inició (con el auge de) la camaronicultura en Nayarit, era propiedad del expresidente, por cierto, de muy triste memoria para los mexicanos.
ESTANQUES EN LUGAR DE LO MÁS RICO QUE TIENE LA NATURALEZA
Otro de los puntos muy negativos al arrancar la producción de camarón a través de cultivarlo en granjas, fue la falta de capacitación técnica del personal, lo cual, fue muy grave para las dimensiones de un proyecto de esta envergadura, por lo que, ahora estamos ya viviendo las consecuencias de aquellas letales omisiones.
Del mismo modo, el diseño de las instalaciones acuícolas, definitivamente, no fue el adecuado, tal cual, se comprueba por la práctica, a casi treinta años de iniciada esta fórmula que lleva por nombre camaronicultura.
Los estanques se construyeron a diestra y siniestra. Sin considerar los graves daños que se ocasionaron a la ecología, al medio ambiente y a la biodiversidad. Estanques, en lugar de manglares, que son la parte más sobresaliente de los ecosistemas de mayor riqueza y diversos del planeta, es el panorama natural que ahora tenemos.
Nunca se tomó en cuenta que los humedales, destruídos para edificar los depósitos de ahora, son los ecosistemas más productivos y diversos del mundo, donde se mezclan las aguas saladas con las dulces, y ello hace posible la creación de una infinita riqueza natural, que se puede sintetizar con el surgimiento de los manglares, tipificados como las insustituibles incubadoras del mar, donde se reproducen infinidad de especies marítimas, avícolas y terrestres.
Tenemos que cambiar, por tanto, las reglas en esta vital actividad de los nayaritas. El interés de los particulares debe ser rebasado. En la producción de camarón, debe prevalecer el interés del pueblo de Nayarit, a partir de rescatar y proteger nuestros excepcionales ecosistemas y nuestra biodiversidad fuera de serie. Es una tarea, no para mañana, sino, para este momento.
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