Chisgarabís
Oscar González Bonilla
22 de Febrero de 2024
Caminaba por la calle Mina luego de asistir al edificio del PAN, rúa de la ciudad de Tepic, cuando al pasar la Querétaro fue enorme mi asombro al descubrir sobre la banqueta la figura al desnudo del joven con trastorno mental. El medio pantalón con que se cubre sus partes pudendas estaba tirado al lado, cuando camina la prenda siempre la sostiene con la mano derecha por el frente. Enseñaba las nalgas y otra cosa mientras sobre la pared de una casa hacia serie de desmanes.
Había pasado buen trecho cuando me dije: ¿Por qué no le tomé una fotografía? ¡Qué pendejo!, se me olvidó que soy reportero de la gente. La verdad es que le tuve temor, bajé la banqueta cuando pasé frente a él, porque he sabido de algunas personas que el loquito es agresivo. Si le tomo la fotografía a lo mejor me agarra a chingadazos. Mejor no arriesgar.
Este enfermo mental es muy conocido en la ciudad capital de Nayarit, porque a diario se le observa caminar por las diferentes calles. En él se afectan el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento. Es delgado, greñudo, siempre con el torso desnudo, descalzo, sólo se tapa con un pantalón corto que para que no se le caiga agarra con la mano. Esta vez dijo fuera ropa, y la poca que porta la aventó al piso de la banqueta y se exhibió tal como es, sin pudor alguno, más se alarmaron escasos transeúntes y quienes en automóvil por allí pasaron.
Desconozco si esta escena tuvo un final feliz.
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