Las Iglesias no deben participar en cuestiones políticas

En el portal de meridiano.mx de ayer miércoles 8, aparece una nota firmada por la redacción con el encabezado: “Iglesia y empresarios por la libertad y la democracia”. Y en el principio de la nota dice, entre otras cosas, que se tuvo como invitado al obispo de Tepic, así como profesionales independientes. La reunión fue convocada para promover una amplia participación ciudadana libre e informada en el proceso electoral local y federal.

Que se hayan reunido empresarios está bien, así como otros integrantes de la sociedad; sin embargo, la presencia del obispo de Tepic, monseñor Luis Artemio Flores Calzada no concuerda con la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, ya que esta señala en su artículo 14 que se refiere a los ciudadanos mexicanos que ejerzan el ministerio de cualquier culto que podrán votar, pero no ser votados para puestos de elección popular, en su segundo párrafo señala claramente que “Tampoco podrán los ministros de culto asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.

Y en esta nota en cuestión se refiere claramente a una reunión política, así sean empresarios los que la convocaron, pues se habla de situaciones políticas debido a que se exponen los próximos procesos electorales y, además, porque se habla abiertamente de política, ya que en una parte de la nota se establece que “los jóvenes deben ser más activos en temas políticos para garantizar un futuro con progreso y justicia para todos”.

Y por si fuera poco por la presencia del obispo de Tepic, los ahí reunidos anunciaron que “estarán activos en el conjunto de la sociedad para apoyar a candidatos que promuevan los principios de la libertad, la justicia y fortalezca la economía, ya que el empleo es el único camino para vencer la democracia”. ¿Para vencer la democracia? Tal vez esta frase haya sido un lapsus de quien la pronunció o escribió, porque ¿cómo es esto de vencer la democracia? ¿Acaso se trata de derrotar, hacer rendir, ponerse por encima de ella, etcétera?

Así que queda muy claro que monseñor Flores Calzada está muy fuera de lugar en esta reunión; sin embargo, a la mejor se busca su apoyo por la fuerza que tienen las Iglesias sobre sus feligreses, pues por esto mismo, es que no pueden ser votados para puestos de elección popular ni se les permite participar en cuestiones políticas a los ministros de culto, precisamente por la influencia y manipulación que ejercen sobre sus seguidores y que les pudieran sugerir y ordenar que lleguen a votar por determinados candidatos o partidos políticos que vayan de acuerdo a las creencias acordes a los intereses eclesiásticos y desde luego, ahora hasta empresariales.

En esta reunión en comento resaltó la presencia del exgobernador Antonio Echevarría Domínguez, quien dijo, entre otras cosas que “no debemos permitir que lleguen a México ideologías anacrónicas como el comunismo, debemos de seguir disfrutando nuestras libertades en plena democracia”.

¿Ideologías anacrónicas? ¿Qué acaso las creencias religiosas que hoy profesan la mayoría de los mexicanos no pertenecen ya a ideologías anacrónicas? Igual, hablar de comunismo en estos tiempos ya es algo muy sobado, algo que no ha sido una realidad en el mundo sin pasar más allá de ser precisamente eso: una ideología que, debido a la naturaleza del ser humano actual es prácticamente imposible de establecer en alguna nación y menos en la nuestra que está al lado de un gigante capitalista que con tan solo oír esta palabra de comunismo de inmediato sataniza a quien la pronuncia; así que ya se puede saber qué no haría contra el país que quisiera implantar al menos una parte de esta ideología, ya que ni el socialismo pudo funcionar precisamente debido a esa naturaleza humana que todo lo descompone. 

Se dice que un filósofo afirmó que todas las ideologías serían perfectas si no se entrometiera el ser humano. Así que por lo mismo se podría pensar que tanto el comunismo como el socialismo, el fascismo, el capitalismo, la monarquía, la oligarquía, las dictaduras, etcétera, siendo bien aplicadas podrían funcionar en bien de las sociedades; sin embargo, la mano del ser humano llega a echar a perder cualquier sistema, por más viable que pareciera ser.

Desde luego que los ministros de culto mexicanos no dejan de ser ciudadanos y con derecho al voto; y en este acaso que nos atañe, don Luis Artemio Flores Calzada debe de hacerse a un lado y dedicarse a su ministerio y nada más.

Sea pues. Vale.