Un desagradable espectáculo
Ulises Rodríguez
09 de Noviembre de 2023
Se cuenta que, varios meses después del triunfo de la república sobre la intervención francesa y el fallido imperio de Maximiliano, en alguna de las fiestas que solían ofrecer en honor a los generales vencedores, la orquesta comenzó a tocar la melodía de la popular canción paródica que hacía mofa de la desgracia y partida de Carlota, la emperatriz que fue a Europa en busca de apoyo para sostener el gobierno de su marido. Apenas habían avanzado unos segundos de la música cuando un hombre se atraviesa en la pista y, con los brazos extendidos solicita a la orquesta que suspenda la canción. Se trataba del militar, escritor y político Vicente Riva Palacio, autor de las estrofas referidas quien, con lágrimas en los ojos según el relato referido, pidió no hacer mofa ya de una mujer que había sufrido las desventuras que sufrió Carlota. Independientemente de la veracidad de la historia, me gustó mucho cuando la leí y la recordé de manera particular la tarde de ayer, durante la sesión pública donde se aprobó el acuerdo que destituía a la diputada Alba Cristal Espinoza como coordinadora de la fracción parlamentaria de MORENA y, de facto, como presidenta de la presente legislatura.
Durante los últimos dos años fui crítico de la gestión de la diputada por su arrogancia, su manejo discrecional de los recursos públicos, por el dispendio que la caracterizó y las decisiones que tomó en perjuicio de la sociedad. Sin embargo, sentí un malestar seguramente parecido al de Riva Palacio al ver la forma tan cruel en la que fue defenestrada por aquel al que ella tanto sirvió.
El pecado de la diputada no fue su peculiar forma de conducirse. La corrupción en el congreso, el dispendio y la soberbia son situaciones de las que el gobernador tenía pleno conocimiento y que toleró sin mayor problema. No así cuando Alba Cristal se atravesó en el camino de la única persona a la que no podía tocar: la licenciada Elizabeth López Blanco, directora general de los SEPEN y la funcionaria más cercana al afecto del gobernador Navarro Quintero. Alba no supo leer las señales: cuando Adán Casas se percibía como un candidato para la alcaldía de Tepic que podía darle al frente por México una alta votación en Tepic y poner en riesgo la elección de López Blanco como presidenta municipal, a Casas se le hizo de su conocimiento sobre algunas carpetas de investigación con su nombre... pero también la posibilidad de entrar por la puerta principal al grupo político del gobernador, nada menos que como candidato a diputado federal. Y es que, para el doctor Navarro, la elección de Tepic es prioritaria más por un tema personal que político.
Esto no lo entendió la extitular del Poder Legislativo, quien desobedeció al inquilino principal de palacio de gobierno y comenzó a hacer su talacha en el municipio, pese a que ninguna encuesta le daba posibilidades de competir realmente.
La filtración de los documentos de la Auditoría Superior de la Federación donde hace observaciones serias al Congreso por la inconsistencia en el manejo de poco más de veinte millones de pesos fueron la advertencia del gobernador para la diputada Alba Cristal, una llamada de atención que no supo entender o no quiso atender.
La mañana de ayer, muy temprano, mientras en sus redes sociales Alba Cristal publicaba una imagen que pretendía posicionar su nombre rumbo a la elección interna de MORENA para elegir candidata a la elección de Tepic, un grupo de legisladores disidentes se reunían con el gobernador, seguramente en algún privado del restaurante las Higueras -espacio adoptado desde hace más de tres lustros por el actual gobernador como una especie de oficina alterna- para operar lo que horas más tarde se ejecutó con eficacia. Como buen golpe de estado, ella fue la última en enterarse.
Las primeras señales de que algo andaba mal seguramente llegaron con el aviso de alguno de los diputados que dijeron que no a los golpistas y se mantuvieron firmes en el equipo de la diputada Alba Cristal. Para ella, que tantas llamadas recibió por parte del titular del Poder Ejecutivo para recibir instrucciones, no hubo una llamada de cortesía que le avisara lo que estaba por ocurrir, para evitar al menos los bochornosos momentos que se sucedieron entre sí durante el resto del día.
¿Alba provocó su propia caída? En gran medida sí. Sus desplantes y humillaciones con varios de los diputados que firmaron ayer el documento que pedía su sustitución fue un factor determinante. Los manejos irregulares del presupuesto, la prepotencia, fue lo que puso el contexto para su caída, sin embargo, no deja de generar cierto malestar, insisto, hasta en quienes fuimos sus críticos, observar la facilidad con la que aquel al que sirvió con tanto esmero la quita del mapa de un plumazo.
Mención aparte merecen los empleados que le juraban lealtad y que ayer mismo se mostraron felices por lo ocurrido y que fueron los primeros en correr a tomarse la foto con la nueva diputada presidenta. Ayer, ninguno de los medios que ella pagaba la defendió. El Chato Huízar -personaje que ha hecho de la adulación una forma de vida- no subió sus acostumbradas selfies con la diputada y sí en cambio compartió el boletín oficial distribuido desde la oficina de prensa del Congreso, seguramente para no perder los 300 mil pesos anuales que cobra en el Poder Legislativo.
Ayer, la diputada Alba Cristal se marchó por última vez en la camioneta asignada para su uso. La escoltaron también por última vez los guardaespaldas que la acompañaron a todos lados los últimos dos años. No hubo tristeza en el Congreso, sino un ambiente de silencioso regocijo, mucha sorpresa y también lamentable oportunismo. Se rumora que la diputada solicitó licencia a su cargo y es entendible. Volver al edificio que ella llenó con su ego en la condición de simple mortal, significaría un duro golpe.
Seguramente comenzarán las auditorías, las investigaciones, las solicitudes de renuncias y el escarnio de aquellos a los que la diputada, de una u otra forma pisó en sus días de mayor soberbia.
El espectáculo de ayer no deja de ser triste, sin embargo, cuando observamos el carnaval que se desató tras la caída de Alba Cristal y cuando pensamos en la forma tan cruel en la que el gobernador Navarro pagó la lealtad de alguien que le sirvió tan lealmente.
ESCENA POSTCRÉDITOS: El Congreso y la nueva titular del Poder Legislativo tienen la obligación de investigar el manejo de los recursos públicos y rendir un informe detallado a los nayaritas al respecto. Anualmente, el Congreso maneja casi 400 millones de pesos de presupuesto, lo que no es una cifra menor.
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