Tal vez AMLO ya sea víctima de la soberbia

Entre varios conocidos, amigos y familiares, coincidimos en que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se vio mal, muy mal el pasado miércoles 12 del presente mes de julio en la respuesta a los cuestionamientos del periodista y comunicador Ernesto Ledesma, de “Rompevientos TV”, sobre todo cuando le dijo al periodista que su planteamiento era “politiquería”.

El señor Ledesma es ampliamente reconocido por su seriedad y veracidad en sus reportajes de todo tipo, sobre todo en las vejaciones que sufren pobladores de lugares rurales en donde poca o nula atención se les pone a estos sufrimientos.

Se dice que un presidente de México en turno es el más informado en cuanto a lo que sucede en el país; sin embargo, también puede ser el más engañado, pues se ha visto que la mayoría de los presidentes de nuestro país, si no es que todos ellos, son presas de aduladores que con tal de quedar bien se le dice que todo está bien, que el país marcha de maravilla y tal vez, el mismo AMLO ya cayó en el garlito aquel de que al preguntar qué horas son, de inmediato se le responde: “las que usted diga, señor presidente”.

El periodista Ernesto Ledesma es muy serio en su trabajo y así se lo dijo a AMLO en su conferencia matutina, pero el presidente minimizó o como hace y ha hecho en varias ocasiones cuando recibe quejas y reclamos con documentación en mano de los quejosos, dice por lo regular que eso que reclaman no puede ser posible porque él “tiene otros datos”; y he aquí el problema, porque si quienes están a cargo de informarle sobre detalles de lo que acontece le dicen otra cosa, a la mejor les cree más a sus asesores por tener la convicción de que son honestos e incapaces de mentirle al presidente de la República.

A varios de los reporteros que preguntan en la mañanera algo que incomode a AMLO, les dice que lo que señalan son sus planteamientos -de los reporteros- y, si son de algún medio al que AMLO considera como un medio de manipulación, menos les cree a esos reporteros. Y esto porque tal vez ya vea moros con tranchetes debido a tantos ataques que ha sufrido mediáticamente, ataques a los que eso sí, no ha reprimido bajo ningún concepto, los acepta como parte del sistema democrático que hoy impera en el país; aunque claro que siente las ofensas, pues a cada rato las saca a flote diciendo que hasta el 10 de mayo le han recordado, aparte de otros epítetos que le han dirigido no a su investidura presidencial, sino a su propia persona, es decir, ataques claramente personales.

En esto de que AMLO les crea más a sus colaboradores, le ha hecho que se vea mal y hasta más cuestionado, pues muchos de los reporteros que le han presentado quejas y reclamos lo hacen con documentos en mano y a pesar de esto, nada más les dice AMLO que les dejen los papeles a Jesús Ramírez Cuevas, su jefe de prensa y comunicación social.

Un caso muy claro que de no haber sido porque el mismo periodista Julio Hernández López (Astillero) se hizo presente para confirmar lo que en la mañanera se había tachado como una mentira respecto a un reportaje en la columna “Astillero” del periódico La Jornada, sobre una posible devastación de miles de hectáreas supuestamente protegidas, en la Sierra de San Miguelito, en San Luis Potosí.

Así que cuando el periodista Julio Astillero se presentó en la mañanera para confirmar con pelos y señales que lo escrito por él en su columna periodística no era mentira y, precisamente estando ahí presente la secretaria de la SEMARNAT, María Luisa Albores González, esta ya no tuvo más remedio que reconocer la posible devastación que se pretendía hacer con fines inmobiliarios, sin tomar en cuenta el daño ecológico afectando a las especies en sus hábitats ancestrales.

Volviendo al periodista Ernesto Ledesma, el trato que recibió por parte de AMLO sí que fue irrespetuoso, siendo que es uno de los comunicadores más objetivos y sin afanes partidistas y políticos, tal y como el mismo periodista se lo hizo ver a AMLO.

Ojalá y AMLO recapacite y sopese lo que le dicen sus colaboradores, porque si bien el presidente dice conocer la mayor parte de los municipios, tal vez ya no recuerde que, cuando se sabe de la visita de un presidente a determinado lugar, se trata de ocultar todo lo malo, se barren calles, se recoge la basura, se blanquean bardas, etcétera y una vez que se va, todo vuelve a quedar igual como antes de la llegada de un gobernante.

De ahí que el señor Ledesma le haya dicho a AMLO que lo que él hace es trabajo de campo.

Sea pues. Vale.