Suculenta zanahoria al PRI
Francisco Cruz Angulo
22 de julio de 2013
El Partido Acción Nacional de facto se colocó como el único interlocutor frente al presidente Peña Nieto para sacar adelante la tan anhelada Reforma Energética de carácter Constitucional. Su líder nacional, Gustavo Madero acompañado por los coordinadores de las bancadas en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República propuso una iniciativa de Reforma a los Artículos 25, 27 y 28 de nuestra Carta Magna con el propósito de abrir al 100% a la iniciativa privada, nacional y extranjera en la exploración y explotación del petróleo en aguas profundas, así como la inversión privada en la totalidad de la industria petrolera.
La iniciativa panista es una buena estrategia para posicionarse en la agenda nacional de cara a las próximas elecciones federales del 2015 y 2018. Al presidente de la república le urge sacar sus dos reformas de gran calado, esto es, la Energética y la Hacendaria en la perspectiva de sacar adelante su ambicioso proyecto de desarrollo económico y social.
Tiene claro el mandatario federal que por la vía del “Pacto por México” no logrará tal propósito en tanto que el Partido de la Revolución Democrática no estará en la mesa del Pacto y debatir una reforma energética que implique cambiar los principios del Artículo 27 Constitucional que para toda la izquierda mexicana es un dogma cuasi religioso.
Uno de sus principales gurús, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas durante un foro expuso que no es necesaria una reforma Constitucional para modernizar y hacer competitivo a Pemex en el mercado internacional. Argumentó que lo primero que tiene que hacer el Gobierno Federal y el Congreso de la Unión es darle plena autonomía a esa paraestatal a efecto de quitarle esa enorme carga tributaria de poco de más del 30%; lo segundo es acabar con las millonarias fugas de dinero que benefician a funcionarios corruptos y líderes sindicales porque entre ambas partes engordan sus bolsillos apropiándose ilegalmente de la renta petrolera que es de todos los mexicanos.
Acepta el Ing. Cárdenas que en la refinación, transporte y en la industrialización de la petroquímica puede haber inversión privada, tal y como hoy ocurre mediante contratos de servicio o el usufructo de franquicias como es el caso de las gasolineras. Esta posición del Ing. Cárdenas es la de todos los partidos políticos de izquierda.
Es tal la presión hacia la dirigencia nacional del PRD que preside Jesús Zambrano que todas las corrientes de ese partido incluido la del actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera solicitaron que el PRD abandone la mesa del “Pacto por México”.
Del lado de los radicales de izquierda agrupados en el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) cuyo líder indiscutible es Andrés Manuel López Obrador se lanzarán a las calles una vez que se anuncie la reforma Energética y Hacendaria.
Ante el probable escenario que el PRD no apoye una reforma constitucional para modernizar a Pemex, los dirigentes nacionales del blanquiazul le tienden la mano a Peña Nieto y le refrendan su apoyo a sacar adelante esa reforma al inicio del primer periodo ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión a celebrarse en septiembre próximo.
Como todo tiene un precio, no faltaba más le advirtieron que primero en sesión extraordinaria de la comisión permanente se debe aprobar la reforma política electoral. ¿Cuál será el precio a pagar de Peña Nieto a los panistas? Si la reforma panista va en el sentido de cambio de régimen político, es decir, segunda vuelta electoral, gobierno de coalición, Primer Ministro, Instituto Nacional Electoral, reelección de alcaldes, diputados estatales y federales, senadores y una fiscalía autónoma en delitos electorales. Dudo mucho que el PRI esté dispuesto a seguirle los pasos a Peña Nieto. No es nada menor: estará en juego la continuación del PRI en la silla presidencial en el 2018.
En resumen, esta posición radical neoliberal de los panistas, contrasta notablemente con las posiciones del tricolor, ya no se diga de los grupos de izquierda que todavía en la idolatría de la expropiación petrolera del general Lázaro Cárdenas del Rio, continúan sin entender las nuevas realidades de la industria del petróleo en el mercado internacional.
La suculenta zanahoria que les lanzó el PAN al tricolor debe ser examinada con mucha responsabilidad dado sus consecuencias políticas y sociales difíciles de prever.
Recuérdese que las reformas privatizadoras de Carlos Salinas de Gortari en Telmex, la banca comercial, ferrocarriles nacionales y otras paraestatales dejaron una profunda irritación popular a todo lo que oliera a privatización. Hasta hoy el ex presidente Salinas sigue siendo el ex presidente más denostado por los mexicanos. Al amparo de la Ley y con la protección del estado se amasaron las grandes fortunas familiares que hoy conocemos como la de Carlos Slim y Ricardo Salinas del grupo Televisión Azteca.
El PRI en su calidad de partido en el poder debe mantener los equilibrios para no despertar el México bronco que todos llevamos dentro. En consecuencia abrir las puertas de par en par de Pemex al 100% de la inversión privada sin el consenso de todas las fuerzas políticas sería apostarle a la ingobernabilidad. La posición centrista del tricolor de abrir la inversión en Pemex; regulada y controlada por el estado es lo más sensato.
Habrá que analizar si para ello es necesario hacer la tan mencionada reforma Constitucional. Peña Nieto tiene ese gran reto. Los panistas sacaron la zanahoria porque está en juego la superación de su propia crisis interna. De la mano del PRI pretenden volver a Los Pinos.
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