El cerro “gritaba”, y otros celebraban

El día 24 de abril del presente año, se registró la visita a Tepic de la jefa de gobierno de la ciudad de México (CDMX), la doctora Claudia Sheinbaum, en su habitual ‘paseo’ proselitista por los estados de la República, para hablar del ‘gran’ trabajo que está realizando como gobernante, y en consecuencia facilitar ideas, consejos e intercambiarlos por simpatía y adhesiones. 

Como es costumbre con la presencia de un personaje de tal ‘perfil’, no tardó en observarse a diversos personajes de la política y del ejercicio de gobierno local con la aspirante presidencial, desde la presidenta municipal de Tepic Geraldine Ponce Méndez y la diputada federal Jazmín Bugarin -que la acompañaron en sus consabidos eventos, uno en el Instituto Tecnológico, y otro, una comida en un conocido restaurante de carnes y mariscos-, a la diputada local Alba Cristal y la magistrada presidenta del Poder Judicial Rocío Esther González, estas últimas con quienes, según se dio a conocer posteriormente, habría sostenido un encuentro por separado para recabar un diagnóstico mayormente fidedigno tocante de su proyecto. 

En lo que concierne a la Alcaldesa Ponce y colaboradores del Ayuntamiento capitalino, fue palpable que sacó la ‘mejor vajilla’ y extendió los manteles largos para la llegada de quien se considera dentro del oficialismo, militantes y simpatizantes de su partido, una de las cartas – o “corcholatas”, de acuerdo a la peculiar nomenclatura del presidente AMLO- con mayor peso en la carrera por la presidencia de la República.

Sin embargo, mientras una parte de la clase política festejaba, la sociedad tepiqueña en general, esperaba un pronunciamiento sumamente oportuno y eficaz, y por consiguiente, el respaldo, gestión y esperanza con respecto al terrible ecocidio acaecido a través de las voraces llamas en la reserva ecológica de San Juan. Al más puro estilo de cuando tradicionalmente tenía lugar la visita del presidente de la República, y todos los problemas desaparecían “debajo de la alfombra”, tres de las principales figuras con gran representatividad en el municipio, estuvieron con la Doctora Claudia Sheinbaum: la diputada local Alba Cristal, la presidenta municipal Geraldine Ponce y la diputada federal Jazmín Bugarin, y el de la devastación medioambiental del San Juan, simplemente no fue tema que se tocara, siquiera como un factor que permitiera observar la unidad solidaria y gubernamental en la emergencia, del conocimiento y aprecio sobre la valía de conservar y, en este caso, pelear en un solo frente con quienes si lo estaban haciendo, por el rescate de la naturaleza del municipio. 

Ninguna de estas figuras ha hablado a detalle de la reunión que sostuvieron con la gran aspirante a la presidencia de la República, o tal vez, como ha sido típico en sus esquemas de “comunicación”, se lo guarden para en su momento difundirlo a granel con significativa algarabía en las redes sociales o programas de radio (caso Geraldine); pero queda claro, por ahora, que se olvidaron de los problemas del estado, del municipio, del medio ambiente, de la naturaleza, del dolor y sufrimiento de miles de especies que cayeron víctimas de la injusticia, de la maldad, y fueron a escuchar, qué bien van las cosas en la Ciudad de México, se olvidaron que el cerro de San Juan gritaba, gritó con fuerza y ahora llora a su flora, a su fauna caída; y la espesa bruma contaminante nos lo recuerda y lo hará, aunque se haya disipado, en el recuerdo indeleble de un antes y un después de la devastación del San Juan. Hoy solo queda esperar que la lección del daño ambiental, permita entender a todos, gobierno y sociedad, que la vida es más que respirar, es más que estar, sino que comporta el saber propósito y sentido de ello, y luchar unidos todos por ganar el privilegio de vivir, de saber estar para servir.