El pretexto de una enfermedad, para pasarla bien

En la entrega anterior en que nos referimos a las especulaciones que generó el estado de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), me topé con varios y diversos comentarios que me hicieron llegar algunos camaradas, conocidos y hasta familiares; todos, con un punto de vista coincidente: el pretexto de una enfermedad para desaparecer de la opinión pública o de una acusación y hasta de un proceso penal.

No faltó quién dijera que qué casualidad que de pronto se enfermara AMLO, cuando estaba por llevarse a cabo la reunión para la Alianza de Latinoamérica; comentario que en realidad no tiene o tendría nada qué ver, pues esta cumbre será nada más para que las naciones latinoamericanas se pongan de acuerdo para convivir con más armonía con acuerdos económicos, ambientales, etcétera.

Alguien más dijo que ahora el covid-19 sirve y servirá para que los funcionarios y demás servidores públicos lo tomen como pretexto para irse a descasar unos días, por lo que existía la posibilidad de que AMLO haya preferido descansar unos días y así, aprovechar para dejar la víbora chillando para ver la reacción de sus adversarios y, también comprobar las cargadas tanto de sus mismos colaboradores como de sus afines, respecto a los posibles candidatos y candidatas para el 2024.

Sobre la reacción de sus adversarios y de quienes no les cae nada bien esta administración federal, esta no se hizo esperar, pues en las redes sociales ya lo daban por muerto; adversarios que, posiblemente debido a la memoria olvidadiza tan común en el mundo informático, político y de parte de la opinión pública, se les olvidó la reacción de aquella primera vez en que se dio a conocer que AMLO resultó positivo a covid-19, pues hubo reacciones muy similares a las de hoy en día; pero ahora más, porque hay comunicadores que insisten en que ahora no ha aparecido AMLO en un video como aquella primera vez en que sí apareció en un video el propio AMLO para dar a conocer su estado de salud. Así que ahora mucha gente clama que haga lo mismo, pues si no aparece, entonces querrá decir que sí está más enfermo que las otras dos veces anteriores.

Sin embargo, se ha informado desde el primer instante y lo han confirmado tanto el secretario de Salud, doctor Jorge Alcocer, así como el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, doctor Hugo López-Gatell que, debido a que AMLO tiene ya administrado el cuadro de vacunas contra el covid-19, los síntomas y padecimientos tienden a ser más leves. Por lo que señalan que el presidente AMLO se encuentra estable y bien, por lo que no hay por qué alarmarse más de lo debido.

Desde luego que hay personas que piensan sobre aquel infarto que le dio al presidente de México, por lo que consideran que podría haber algo más de preocupación, porque en algunos medios y obviamente en las redes sociales se habla también de otra afectación cardiaca, algo que posiblemente no sea más que un rumor.

En cuanto a que AMLO se haya tomado unos días de descanso, pues, nada tendría de raro porque lo merece, ya que ha dado muestras de ser prácticamente casi incansable, pues para los que tenemos su misma edad y hasta menos, eso de tener que levantarse diariamente muy temprano para atender sus conferencias matutinas, viajar casi todos los fines de semana a varias entidades, etcétera, pues vaya que si lo consideramos como algo muy agotador debido a que un cuerpo con casi 70 años de edad ya  no reacciona igual que uno de 50 o menos años, por más vida sana que pudiera uno tener, pues huesos, músculos y mente ya no reaccionan igual. Así que nada de raro haya tomado como pretexto el covid-19 para reposar unos días y para tal vez, reflexionar y pensar sobre los acontecimientos políticos y, obviamente, hacer la mosca chillar dando pie a especulaciones tanto cercanas a la veracidad como hasta lo inverosímil; reacciones de algunos de sus adversarios y odiadores que, de lo chusco, hasta risa dan.

Pero como sea, esperemos que todo esto, en caso de ser cierta su enfermedad, salga avante y en los próximos días esté de nueva cuenta en sus funciones.

Y a propósito de que ahora se ponen de pretexto las enfermedades, es bueno recordar al chileno Augusto Pinochet, quien supuestamente estaba enfermo de gravedad; pero en cuanto llegó a su país sanó mágicamente. Pero para no ir tan lejos, lo mismo se dijo de la dizque “maestra” Elba Esther Gordillo Morales, líder del magisterio, cuando estaba en el bote y, una vez que Salió libre, igual, se recuperó y se casó.

Sea pues. Vale.