Inicialmente 62 fueron las hectáreas expropiadas al ejido El Molino para dar paso a la Ciudad de la Cultura, terreno destinado para erigir los edificios que albergarían escuelas y facultades de la Universidad Autónoma de Nayarit.
Corría 1967 cuando el gobierno de Nayarit lanzó el decreto expropiatorio en beneficio de la universidad. El decreto se promulgó y se dio posesión de las 62 hectáreas al patronato fundador de la hoy máxima casa de estudios.
Con base en decires, el secretario general del SETUAN, Luis Manuel Hernández Escobedo, sostiene que el trámite de expropiación no se concluyó. “En su tiempo nadie se preocupó por el asunto, cayó en la desidia”.
Voces de alerta se dieron cuando hijos de aquellos ejidatarios a quienes fueron expropiadas sus tierras, hacían presencia en la universidad en exigencia del pago correspondiente, “seguramente azuzados por su abogados”.
Hace como 20 años, en la administración rectoral de Francisco Alberto Rivera Domínguez, para ser más precisos, se buscó la manera de regularizar la situación ante el reclamo de los nuevos ejidatarios, destaca Hernández Escobedo.
En 2004, la delegación en Nayarit del Registro Agrario Nacional (RAN) puso en marcha y práctica el famoso Procede, que consistía en regularizar los predios de zonas urbanas, entre otros. Para tal fin se notificó a la universidad, pero ese documento no llega a su destino. “Alguien, perversamente, firmó con un garabato como de recibido y le dio para atrás”.
Nunca la universidad se enteró para hacer gestión ante las autoridades agrarias correspondientes, era necesario que corroboraran los años de posesión pacífica, la existencia de un decreto expropiatorio, etcétera, para que el título de propiedad se expidiera a favor de la universidad, añade Luis Manuel.
Le parece al dirigente del sindicato de empleados y trabajadores argumento válido que la Procuraduría Agraria no puede otorgar ningún título agrario a personas morales, excepción hecha al ejido, pero no se notificó al concejo universitario que tenía autorización plena de conceder al rector personalidad jurídica acreditada para recibir el documento a nombre de la UAN.
“Una vez hecho esto, el rector en primera acción lo donaría o cedería a la universidad ¿Por qué? porque la primera acción para enajenar un predio con título agrario no causa impuestos y nada de eso. Sin embargo, de manera perversa hicieron esta jugada, nunca se enteró la universidad y sale el título en 2006 o 2007, no recuerdo, porque yo era diputado, por eso lo sé, a nombre del ejido El Molino, ya no a nombre de los ejidatarios que eran los dueños del terreno, sino de la persona moral que es el ejido.
“Hoy nos enteramos que el ejido tiene 41 socios, la mayoría hijos de aquellos viejos ejidatarios, por tanto hay que hacer un trámite ante ellos para que la asamblea apruebe la donación a la universidad, pero para que ello suceda habrá que liquidarles. Hoy como terreno urbano tiene un valor de cientos de millones de pesos.
Luis Manuel Hernández Escobedo tiene conocimiento de la negociación con el ejido El Molino para solicitar a la Procuraduría Agraria resarcir este tipo de daños a través del fondo de focos rojos. Con base en ello, a los ejidatarios expropiados deberá liquidarse cantidades acordes a la realidad que se vive.
“Creo que los ejidatarios piden a la universidad se les construya el edificio del comisariado ejidal y una lanilla que no tiene exigencia extrema, sino que es salvable, no tengo precisa la cantidad de dinero que exigen, pero sí se hará el trámite ante la Procuraduría Agraria nacional para finiquitar el asunto.
“Aunque hay incertidumbre, se puede decir que nadie podrá sacar a la universidad del terreno de su aposento. Pero el asunto no es ese, sino que hoy la norma federal para acceder al financiamiento de proyectos, la primera exigencia es regularizar la tenencia de la tierra.
“A la Universidad Autónoma de Nayarit ya se le fueron siete millones de pesos que se emplearían en la construcción de la pista olímpica porque no tenemos en propiedad el terreno, impedimento vital para nuestra institución.
Es importante agregar, manifiesta Hernández Escobedo, de esas 62 hectáreas, creo que solamente 48 tiene circular, porque lo demás ya está otorgado con título de propiedad a particulares y escuelas. Este edificio donde estamos -SETUAN- era parte de ese polígono, pero con la autorización del consejo general universitario hicimos el trámite para que el gobierno nos escriturara a nombre del sindicato.
“También se escrituraron 52 lotes que el sindicato entregó a madres solteras o trabajadores con más de 50 años de edad. La ley de Infonavit de entonces te obligaba a tener dos dependientes económicos directos a fin de conceder un crédito. Yo le decía al delegado, entonces van a obligar a nuestras compañeras que tengan otro muchacho para estar en condiciones de acceder a la vivienda.
“Muchos a quienes el sindicato entregó los 52 lotes no supieron valorar el beneficio, algunos los enajenaron; inclusive yo tuve que comprar a un compañero porque daba tristeza ver la manera que se deshacían de ellos. Actualmente unos viven a tres minutos de distancia de su chamba, mientras que otros están arrepentidos de haber vendido.
Finalmente son 20 hectáreas con problemas de posesión, se redujo el asunto, sostiene Luis Manuel Hernández Escobedo, quien opina a favor de la obligación de buscar solución a partir del apoyo del ejecutivo estatal y las instancias federales, es necesaria la regularización.
“Estoy de acuerdo en conceder beneficio a los actuales ejidatarios de El Molino, están en pleno derecho. Aunque ellos quieren mucho a la universidad, tienen necesidades que debemos subsanar”.
Durante la sesión del Consejo General Universitario, el pasado viernes 5 de julio, en que el rector de la UAN, Juan López Salazar, rindió su tercer informe general de actividades, Luis Manuel Hernández Escobedo al hacer uso de la tribuna denunció que en el terreno donde se realizaba la reunión no es propiedad de la universidad, es patrimonio del ejido El Molino. La UAN, patrimonio de los nayaritas, no tiene suelo propio, dijo.
Por su parte, el gobernador Roberto Sandoval pidió al representante del Poder Judicial de Nayarit, Pedro Antonio Enríquez Soto, intervenga para resolver este asunto. En defensa del patrimonio universitario, el mandatario demandó sea intocable el terreno de la Ciudad de la Cultura “Amado Nervo”, asiento de la Universidad Autónoma de Nayarit.
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