Periodismo de investigación acarrea serios riesgos
Oscar González Bonilla
24 de Abril de 2023
Miguel Badillo es un reportero que ha acumulado vivencias en el quehacer periodístico independiente durante cuarenta y cuatro años. Ha sufrido arresto, producto de sus investigaciones sobre corrupción empresarial.
Como reportero del diario El Financiero ganó tal credibilidad que, por ejemplo, Badillo fue uno de los tres periodistas en quienes el subcomandante Marcos confiaba para entregar información de primera mano, cuando desde 1994 inició la sublevación indígena en la sierra de Chiapas.
Tiene muchos más y destacados atributos de prensa, pero Miguel Badillo en la actualidad es el director de las revistas Contralínea y Fortuna, además de exponer semanariamente sus opiniones en la columna Oficio de papel.
Badillo estuvo en Tepic para ofrecer a periodistas locales un curso sobre Periodismo de Investigación, materia que maneja al dedillo no sólo por sus vastos conocimientos teóricos (es egresado de la UNAM), sino por sus relevantes aprendizajes prácticos.
Al concluir el curso de nueve horas, el reportero de la gente entrevistó a Miguel Badillo con el interés de que éste definiera en qué consiste el periodismo de investigación. Sin aspaviento aceptó hablar.
“El periodismo de investigación es un concepto adoptado por países europeos, incluso clasificado por Naciones Unidas, modalidad de periodismo que consiste en descubrir a profundidad temas ocultos, sobre todo aquellos que tienen que ver con los poderes político y público, pero además con el sector privado, que rompen el statu quo y afectan a la sociedad, sostiene Badillo.
“Para fines académicos, los especialistas mantienen en clasificación teórica al periodismo de investigación bajo tres características fundamentales: la información deberá surgir de la iniciativa práctica del reportero, que la información oculta sea descubierta por el periodista y que la investigación sea al margen de documentos o informes previos elaborados por autoridad alguna”.
En apreciación de Badillo esto último requiere una explicación más amplia, pero afirma que son el sustento del periodismo de investigación, “relevante para el ejercicio de nuestra profesión”. Es de alto riesgo el periodismo de investigación, pero realizado de manera profesional disminuye el peligro del periodista a él dedicado, apunta Miguel Badillo, en un tiempo reportero de El Universal.
Más que ser clasificado como género periodístico (tiene que ver con los géneros interpretativos, como el reportaje), el entrevistado considera que el periodismo de investigación debería ser adoptado por las universidades para junto con los alumnos de comunicación profundizar en su estudio.
COMPROMISO SOCIAL
“La adrenalina la mantiene uno hasta arriba”, expone Miguel Badillo al hacer referencia sobre alto riesgo que conlleva la práctica del periodismo de investigación.
Si lo sabía, ¿por qué abrazó esa modalidad?
“Joven estudiante de preparatoria empecé a trabajar en redacciones, me llamó mucho la atención ese periodismo atrayente. Entiendo perfectamente el deber ser, lo práctico, y aunque yo lo hago, no me pertenece sino a la sociedad. Mi único compromiso desde que inicié en el periodismo hace ya muchos años es con la sociedad, con nadie más”.
Al fondo de su ser debe haber algo más para desarrollar periodismo de investigación, indago.
“Sí, claro. Combatir las injusticias y mejorar las condiciones de vida de la sociedad, me parece un concepto básico desde el periodismo cambiar las cosas para que tengamos un mundo mejor, una vida mejor.
“Que poblaciones y las personas que enfrentan severos problemas económicos, políticos y sociales tengan información para tomar mejores decisiones, también para que los gobernantes conozcan a detalle la problemática social, asimismo que los hombres del poder económico convertidos en entes públicos transparenten sus riquezas para ser conocidas por la sociedad, que sus fortunas no surjan de la explotación del hombre por el hombre, en fin, que haya justicia en este país.
ARRESTO, AMENAZAS Y ALLANAMIENTOS
Miguel Badillo Cruz es investigador en temas como corrupción gubernamental y empresarial, delitos de cuellos blanco y lavado de dinero, seguridad nacional y pública, así como temas energéticos, entre muchos otros.
Confiesa que ha vivido situaciones complicadas en el curso de su actividad periodística. Sufrió arresto policíaco el 16 de enero de 2009. La revista Contralíena surgida a la opinión pública en 2002, desde entonces ha resistido acoso al igual que sus colaboradores, bloqueos y amenazas a consecuencia de su línea editorial.
Han enfrentado múltiples demandas judiciales, así como allanamientos a las instalaciones de la revista. El último asalto a éstas, que se ubican en la avenida Río Churubusco 590, colonia Del Carmen, en Coyoacán de la ciudad de México, fue la madrugada del 24 de junio de 2014, se llevaron expedientes, discos compactos con información editorial, 19 equipos de cómputo, una cámara de video profesional, grabadoras, libretas y tres televisiones.
Elementos de policía bancaria lo arrestaron el 16 de enero de 2009. A Badillo los uniformados lo bajaron de su automóvil en las inmediaciones de su domicilio. Le achacaron supuesto delito de daño moral en la demanda que en su contra presentó Jesús Alonso Zaragoza López, accionista mayoritario del Grupo Zeta Gas.
El periodista admite que se trató de un enjuague entre empresarios, autoridades judiciales y policías para ser detenido. Sostiene que fue un juicio amañado que no procedía, pero se usó la complicidad.
Badillo afirma que fue una acción sorpresa, más bien pareció secuestro. Pretendieron trasladarlo a Cuernavaca, pero vía telefónica logró que su petición de que el asunto se ventilara en el D.F. fuera escuchada. Fue víctima de abuso de poder, tráfico de influencias y corrupción, pero no lograron el objetivo de refundirlo en el bote.
Intervinieron sus abogados y el mismo día de su detención quedó en libertad. “No cumplí condena alguna, pero realmente es de las cosas complicadas que he vivido, pero no suficiente para cambiar mi línea periodística, tampoco mi compromiso de seguir haciendo periodismo a favor de la sociedad”.
CONSCIENTE DEL RIESGO DE PERDER LA VIDA
¿Teme por su vida?
“Estamos preparados para ello, entendemos el riesgo que corremos. Cuando uno está consciente de que el trabajo de investigación puede provocar atentado contra tu vida, ello hace que disminuya la presión y tensión permanentes, las controlas. Pero cuando no tienes conocimiento de lo que puede pasar, la sorpresa te puede enfermar, incluso morir por la impresión. Estamos en riesgo permanente, no podemos decir que creo que no me pasará nada, sé que me puede pasar algo, estoy consciente de ello”.
¿Sabe usted que el periodismo de investigación escasamente se practica en Nayarit?
“Tal vez no se practica con tal rigor como lo plantean textos teóricos y la propia Naciones Unidas, pero creo que algunos reporteros hacen sus propios trabajos de investigación. Entiendo que hace falta preparación, que hace falta parte teórica, que hace falta regresar a las escuelas, traer seminarios que hablen de esto, es muy ilustrativo para los periodistas de Nayarit. Yo soy muy respetuoso del trabajo que realizan en los estados, porque también entiendo que lo hacen con mayores dificultades, con mayor riesgo que nosotros en la capital del país”.
¿Su trabajo de expositor lo paga el gobierno de Nayarit?
“No. Yo no cobré absolutamente nada, vengo en solidaridad con la Casa de los Derechos de Periodistas, soy parte de ella; pero además con mucho interés de platicar con periodistas en los estados. Aquí me agradó la convocatoria por el buen número de periodistas interesados en el tema e intercambiar ideas, por lo cual estoy muy agradecido con todos ustedes. Pagaron boletos de avión y comidas, no necesito que me paguen por venir a platicar con ustedes, sino más bien un gusto y placer”.
Miguel Badillo Cruz nació hace 66 años en el pueblo Castillo de Teayo, en la huasteca norte de Veracruz. Hijo de un matrimonio de campesinos. Sus padres ya fallecieron.
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