El muralismo no se entiende, se siente

La muralización de Palacio de Gobierno en 1973 se inició durante la administración gubernamental en Nayarit de Roberto Gómez Reyes.

Durante su estancia en nuestra entidad fue el propio José Luis Soto González, artista plástico nacido en Celaya, Guanajuato, radicado en Michoacán, quien plasmó las primeras pinceladas en el inmueble, hoy sede del Poder Ejecutivo estatal.

En entrevista, las versiones corren por voz del ameritado poeta Octavio Campa Bonilla, personaje que como director de 1993 a 1996 presidió el Instituto Cultural y Artístico de Nayarit (ICANAY) y de manera secundaria intervino en la realización de este complejo conjunto de arte visual.

A la pregunta de quién surgió la idea de pintar en el mencionado edificio público, Campa Bonilla sostiene que fue colectiva, “entre esos muchos estuvo mi sugerencia”. Luego argumenta: “Se hizo así porque se supone que allí acude todo tipo de gente: pobres, ricos, lumpen, estudiantes, etcétera, etcétera. Quién no va a Palacio de Gobierno a pagar o hacer algún trámite. Es un lugar extraordinario, es un museo de paso”.

Un factor decisivo lo fue Rigoberto Ochoa Zaragoza, gobernador de Nayarit en la época a que se refiere el intelectual Campa Bonilla. “Rigoberto era una esponja, nunca se negó a hacer las cosas. Tan es así que con él se hizo el muro de la escuela secundaria federal 2 (visto por la avenida Insurgentes entre las calles México y Veracruz de la capital nayarita) y se terminaron los dos murales de Santiago Ixcuintla”.

No desmerece crédito a Rigoberto Ochoa Zaragoza al deslizar que éste “vino a ser el elemento que contribuyó a resolver muchos rezagos históricos. Como gobernador todos los días inauguraba una obra en comunidades rurales y urbanas: toma de agua potable, barda perimetral, cancha deportiva, aula escolar, un esto, un otro, lo que la gente pedía”.

Pero el proyecto de Octavio Campa Bonilla incluido en esta temática impulsó movimiento cultural en Nayarit, de allí la concreción de pinturas en murales antedichos y la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), en donde (esta última) plasmaron obra mural cuando menos diez artistas, quienes con sus aportaciones incrementaron el bagaje plástico de la institución de educación superior.

De José Luis Soto son también los murales plasmados en el interior y exterior del Tribunal Superior de Justicia que, según Campa, fueron patrocinados por José Luis Basulto, quien en ese entonces era el presidente de la institución jurídica de Nayarit.

Campa Bonilla hace referencia que el primer muro en Palacio de Gobierno fue hecho por José Luis Soto y se encuentra en la pared (en lo alto) de la entrada al inmueble de la calle Veracruz. “A pesar de que es un mural muy bien hecho, pero por desgracia no tiene perspectiva, no se puede apreciar a detalle, no tiene distancia”

Narra que durante el gobierno de Rogelio Flores Curiel (1976-1981) se hace el trabajo artístico de pintar la cúpula del edificio que en otros tiempos fuera centro de reclusión. Con Emilio González como gobernador (1981-1987) el arte se plasma en vitrales que redondean la bóveda. Es con el arribo al poder de Rigoberto Ochoa Zaragoza (1993-1999) que todo el Palacio de Gobierno se muraliza.

El muralismo se ha distinguido por tener un interés educativo con el fin de difundir parte de la cultura y vida mexicana a un público masivo, pero también es propósito plasmar la visión sobre la identidad nayarita y la situación económica, política y social de nuestra entidad.

“Ahí están plasmados todos los movimientos libertarios, ahí está la Independencia, la Reforma, la Revolución, movimientos sociales de los obreros, la importantísima historia de nuestro país”. Al respecto, José Luis Soto nombró al tema Canto General, dividido en La historia de Nayarit a través de sus luchas, y Nayarit tierra fértil, Mar de oportunidades, que según eso realizó en 1973, 1975 y 1999.

Por regla general la pintura de mural cuenta con un gran colorido. Y es que se considera que ello trae consigo que no solo llame la atención de la gente sino también que despierten las emociones, es entonces que pregunto al entrevistado si cree que la gente que asiste a Palacio de Gobierno entiende temas de ese movimiento plástico.

“No se necesita entender, insisto en eso. El arte no se entiende, se siente. No tienes por qué entenderlo, ya que cada quien tiene una concepción. En su canción José Alfredo Jiménez dice: Yo no nací pa’ pobre, me gusta todo lo bueno. Y quien hijos de la chingada ¿nació pa’ pobre y le gusta todo lo malo? Es una verdad universal. Y luego dice: Yo pa’rriba volteo muy poco. La gente no sabe voltear hacia arriba, no sé por qué siempre anda viendo el suelo. He visto muy poca gente que contempla la obra. Yo me regocijo ver las obras cada que voy a Palacio. Un día descubrí el rostro de Rigoberto, ahí está. Como era parte del movimiento obrero, el pintor lo quiso plasmar ahí”.

-¿Con cuánto dinero el gobierno de Rigoberto Ochoa Zaragoza remuneró a José Luis Soto por su trabajo?

“Realmente poco. José Luis no es un hombre caro. Le pagaron su estancia, sus alimentaciones a él y sus ayudantes, le compraron todos los elementos, los pigmentos que necesitaba. Le acondicionaron el espacio, porque duró mucho tiempo su trabajo. Luego entonces, realmente no costó tanto. El arte vale más de lo que cuesta. Yo nunca tengo la idea de los valores en su costo. Hay cosas que cuestan mucho y no valen nada, hay cosas que valen mucho y no cuestan nada. Un abrazo que les des a una gente, un apapacho, una cosa de esas, qué te cuesta. A un enfermo que le des ánimo es un tesoro invaluable. Los valores están trastocados, la gente confunde lo que es importante y lo que es trascendente. Yo pregunto: hay algo más importante que vivir. Solamente crece el que sabe vivir, pero es importante hacer cosas trascendentes, así sean malas. Hitler se chingó a seis millones de judíos y trascendió, como malvado, pero trascendió”.

Octavio Campa Bonilla externó absoluta confianza en que el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero como gobernador de Nayarit, en los más de cuatro años que restan a su mandato, impulse con fuerza la cultura del arte, pero además confía que la ruta de su gobierno continuará el tránsito por el sendero de la honestidad, factor que sobresale de todos los demás.