Sergio Ramírez Barba (Pica, Lica)
15 de Abril de 2023
Arribé a la juventud, flor de esperanza
con diadema de sol, colmado de ilusiones,
me brotaron la miel y mil botones
sin vislumbrar el poder de la enseñanza.
El loco torbellino me impelía
al carnaval de falsas pretensiones,
florecieron el ardor y las pasiones,
sueños vanos, mentiras y traiciones.
Soporté los embates de la vida
retruécanos confusos me invadieron,
es por eso que el alma no lo olvida
porque ellos jamás me poseyeron.
Pergeñé en el firmamento mis quimeras
argentes haces, intangibles me acunaron,
así fueron las noveles primaveras
cuál relámpago de luz, que no callaron.
Mi fuerte corazón aún no sangraba
tenía vigor, con nada me achicaba,
sin reflexión a todo lo enfrentaba
“poca cosa” la vida me importaba.
Hoy me siento feliz y satisfecho
en franco resplandor, pero con alma,
el pobre corazón me puso en calma,
aunque se quiera separar del pecho.
A veces por la noche cuando duermo
con el creador platico quedo, quedo
y en la alborada, me educo a ser enfermo
pero con nuevo vigor y ya sin miedo.
Pero después apareciste tú
con otra dirección, con otra meta,
y así aprendí muy fácil la receta
enseñarme a cargar, mi propia cruz.
A veces la ocasión, me causa estrago
pero ni aún yelmo, me acobardo
y es que tengo la intención de ser un bardo
como somos muchos hombres de Santiago.
¿CAMBIÉ?