Tepic, Nayarit, sábado 23 de noviembre de 2024

¡Di no a las drogas!

Sergio Mejía Cano

12 de Abril de 2023

En la conferencia matutina que ofrece de lunes a viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), de ayer martes, se abrió un nuevo tema en el que cada martes el subsecretario de Salud, doctor Hugo López-Gatell, informará sobre el daño que causan las adicciones a las drogas, sobre todo el ahora famoso fentanilo, un medicamento que, si bien está considerado como un fuerte paliativo para calmar dolores, también genera adicción inmediata así sea con una pequeña dosis de un principio.

Sin embargo, las campañas contra las adicciones no es nada nuevo, pues ya han pasado muchos años en que se ha puesto énfasis sobre el daño que causa el consumo de estupefacientes de todo tipo; pero ahora y por desgracia, al parecer el consumo se ha incrementado, el problema es que, de acuerdo a estudios al respecto, las drogas artificiales han ido desplazando a las naturales y está comprobado fehacientemente que las drogas artificiales son mucho más dañinas que las naturales. Quizás haya aún quien recuerde aquel eslogan de ¡di no a las drogas!

Sobre esto, López Gatell, señaló que si bien se les nombra como opioides debido a que inicialmente muchas de las drogas fuertes provienen del opio, hoy en día la mayoría de las drogas son artificiales y mucho más fuertes que la heroína y la morfina, drogas que en un principio tenían como base precisamente el opio; pero ahora, tal y como informó el doctor López-Gatell, las que más uso tienen son artificiales y, por lo mismo, mucho más peligrosas.

Hay quien dice que se podría asegurar que el ser humano es adictivo a muchas cosas por naturaleza, no nada más a las drogas, sino también a otras adicciones, unas inocuas y obviamente otras venenosas. Venenosas porque se entiende que intoxican el organismo humano al ser consumidas, tal y como sucede con un simple cigarrillo.

Hay adicciones a las películas, a las golosinas, a la música, al mitote, al argüende y, aunque parezca extraño, hay gente adicta a la lectura y a la escritura; así como también a comer gente, es decir, a estar hablando bien o mal de otras personas, a la crítica ya sea constructiva o destructiva, a las bebidas alcohólicas y hasta el abstenerse a su ingesta; en fin, se podría decir infinidad de adicciones. Sin embargo, obviamente que la adicción más peligrosa es precisamente a las drogas.

Según los estudiosos al respecto del consumo de drogas, se dice que la mayoría de los hoy adictos, comienzan con fumar un simple cigarrillo y, que ya sea en la escuela o en el barrio, nunca falta aquel muchacho que saca de entre sus ropas un churro de mota, lo enciende al estar con sus compañeros en la escuela o amigos en su barrio y le ofrece una fumada a quienes están a su alrededor; ofrecimiento que unos aceptan y otros no, tal vez quienes aceptan darle una fumada a ese zacatito vacilador lo hagan por curiosidad, principalmente o tal vez porque alguien más les había platicado sobre los posibles efectos, y, los que no aceptan ni de chiste darle una fumada a ese churro de mois, probablemente sea por lo que les han dicho sus padres y otros adultos ya sean familiares o conocidos de su familia.

Y, precisamente aquí podría estar el meollo del asunto: en la educación y comportamiento de la familia, pues si bien puede haber padres y madres de familia que fumen y, que sus hijos por curiosidad alguna vez toman un cigarrillo de sus progenitores y son descubiertos, el regaño al respecto podría significar la base para que ya no lo vuelvan a hacer y más, por la advertencia que se les pudiera decir sobre el daño que le podrían causar a su organismo en caso de fumar; claro que para muchos infantes o adolescentes esto podría serles contraproducente, porque si bien sus padres les dicen que no fumen y sin embargo los ven fumar, tal vez eso les llegue a crear algún tipo de incongruencia; pero a la mejor puede más el peso de la obediencia a su papá, mamá o a ambos, y mejor ahí lo deja.

Pero, como hay gente para todo, probablemente habrá también niños y adolescentes de ambos sexos que por rebeldía o creyendo que jamás serán descubiertos nuevamente, se les haga fácil desobedecer las órdenes paternas y maternas y ya estando con sus compañeros o amigos, prefieran decir “venga a nos” y que ahí sea el punto de muchas adicciones mayores.

Así que se podría decir que todo podría estar en la educación familiar, en donde papás y mamás estén machacando constantemente y con ejemplos de lo mal que la podrían pasar a lo largo de su vida, si es que siguen viviendo.

Sea pues. Vale.

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