Balance preliminar del proceso electoral
Francisco Cruz Angulo
12 de julio de 2013
Un primer balance de los resultados electorales en 14 estados de la República realizados el pasado domingo arrojó las siguientes realidades.
El PRI consolidó su posicionamiento electoral en aquellos estados en donde gobierna. Ganó municipios emblemáticos en manos de la oposición como el municipio de Ciudad Juárez, Chih., Benito Juárez, Quintana Roo, Oaxaca, Oax. y Guadalupe, Zacatecas, así como 11 de 14 congresos locales.
En cambio el tricolor perdió la gubernatura de Baja California norte, que casi la tenía en la bolsa; pago factura de las corruptelas y desvío de fondos públicos de la familia Moreira en las principales ciudades de Coahuila, incluida su capital Saltillo. Y en Veracruz su fuerza política-electoral se vio disminuida al perder los principales municipios de aquella entidad. De igual manera perdió Nuevo Laredo, Tamaulipas, el principal municipio fronterizo que aporta cuantiosas divisas por medio de su aduana. Se puede afirmar que resultó tablas. Simplemente consolidó sus posiciones.
De allí que de manera chusca el presidente nacional del tricolor, Cesar Camacho se ufanara que hubo un tránsito de carro completo a carro nuevo. No sabemos que de nuevo hizo el PRI en las 14 entidades en donde ese partido fue acusado de haber usado a través de los gobernadores las mismas prácticas clientelares de antaño.
Pese a todo ello el PRI, por si solo es el único partido que tiene la mayoría de los Congresos locales suficientes para hacer reformas constitucionales.
El Partido Acción Nacional venció sus propios demonios internos. Existía la percepción que debido a sus pleitos internos ese partido se desplomaría electoralmente en los comicios estatales del 7 julio pasado.
No ocurrió así. Su política de alianzas con el partido de la Revolución Democrática (PRD) le redituó buenas ganancias. Ratificó para su partido la gubernatura de Baja California; ganaron con sus cuadros en alianzas con el PRD varias capitales de estado; incrementó el número de electores en cada uno de los municipios en disputa y reafirmó el liderazgo de Gustavo Madero como dirigente nacional. O sea, entregó buenas cuentas al comité ejecutivo nacional propinándoles un revés político a los calderonistas encabezados por el senador Ernesto Cordero, quien no tuvo de otra más que colgarse a la fiesta de los panistas.
Estos resultados favorables al blanquiazul emocionaron tanto a Gustavo Madero que hasta insinuó públicamente que hasta podría renunciar a una probable reelección para retirarse en medio de los aplausos, tal y como lo hicieron en su momento la diva Greta Garbo. Pero como es político de cepa no hay que creerle mucho. El poder crea adicción.
Probablemente por el buen ambiente que prevalece en el blanquiazul después del pasado proceso electoral, las corrientes internas haya una mejor interlocución para dirimir los puntos de conflicto, sobre todo cuando está en puerta las reformas Hacendaria y Energética que de implicar reformas constitucionales el PRD podría dejar la mesa del “Pacto por México” y salir a las calles a tambor batiente a defender la soberanía sobre nuestra riqueza petrolera.
Al Partido del Sol Azteca (PRD) no le fue nada bien en la competencia electoral del pasado 7 de julio. Su carencia de buenos cuadros y su falta de estructura electoral territorial bien organizada en cada uno de los municipios en competencia fue el factor que impidió que ese partido de izquierda creciera en votación. Es más, ni siquiera retuvo la capital de Oaxaca, Oax., el municipio de Benito Juárez (Cancún) Quintana Roo y Guadalupe, Zacatecas.
La anterior elección en los 14 estados de la República demostró que la actual dirigencia nacional encabezada por Jesús Zambrano solo tiene en sus manos el control de la estructura legal partidista en la mayoría de los estados, pero no tiene militantes activos y participativos. La mayoría de ellos están en el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en las tribus de los bejaranos, de Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del D.F y en los gobernadores de Morelos, Guerrero, Tabasco y Oaxaca quienes todavía no definen su posición política en el espectro de la izquierda mexicana. Nos da la impresión que en el PRD hay muchos generales, pero pocos soldados.
Una sorpresa de la pasada elección fue que los partidos pequeños locales y nacionales, lograron en algunos estados más votación que los candidatos del PRD. Incluso hasta ganó un candidato independiente en Zacatecas. Otra de las peculiaridades fue que el PRD se colgó del perfil de los candidatos del blanquiazul.
Jesús Zambrano aseveró que gracias a esa alianza con el PAN se logró frenar al PRI. Sí, pero el que se quedó con la mayor parte del pastel fue el PAN.
Ante esta evidente derrota Jesús Zambrano culpa a las fuerzas del más agazapado en los gobiernos estatales, por lo que su participación en el “Pacto por México” está en duda.
Otro de los ingredientes que hubo en los pasados comicios fue la caída de los sistemas de conteo rápido en varios estados de la República.
Lo anterior ha dado pie para que investigadores y analistas políticos coincidan en la necesidad de crear el Instituto Nacional Electoral. Con este cambio desaparecerían los institutos electorales locales de dudosa imparcialidad por su cercanía con el Poder Ejecutivo Estatal. Con ello se ahorraría dinero y se daría mayor transparencia a los procesos electorales futuros.
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