Descripción histórica de la ciudad de Tepic
Raúl A. Méndez-Lugo
05 de julio de 2013
(Enciclopedia de México, Ed. Larousse, México, 2004)
Las avenidas México y Allende, orientadas hacia los puntos cardinales y ampliadas en 1948, forman al cruzarse cuatro zonas urbanas; las calles que corren de norte a sur llevan nombres de ciudades de la República, y las que van de oriente a poniente, nombres de héroes y personajes distinguidos del país. En una descripción hecha en 1858 se dice que de los ángulos de la plaza “parten en contrarias direcciones nueve calles, que se prolongan en derechura hasta los últimos arrabales”. La ciudad medía entonces 2 100 varas en un sentido y 1 780 en otro, y tenía dos plazas (la Mayor y el Jardín Azcona), tres plazuelas (Hidalgo, Los Fresnos y la del Mercado), tres capillas (el santuario de Guadalupe, la de los Indios y Nuestra Señora de los Dolores), un hospital (San José), una escuela de primeras letras, un espacioso cuartel, dos mesones (El Cuernito y Nuevo Mundo) y una imprenta particular (la Retes). Los patios de las casas estaban adornados con gran variedad de flores y plantas medicinales, sembradas en macetas o en el suelo y regadas diariamente con el agua de los pozos que había en ellas. En los alrededores estaban diseminadas algunas chozas de paja y habitaciones de teja, todas en medio de espaciosas huertas. Esta misma disposición general se observa en los planos levantados por Agustín Bazán y Caravantes en 1878 y por el sargento Victoriano Huerta en 1880. En ambos se advierte que la ciudad llegaba por el norte hasta la orilla del río Mololoa, por el sur a la calle de Miñón, por el este a la de Ures y por el oeste a la de Morelia, quedando un espacioso llano (hoy parte del parque Juan Escutia) que terminaba en el sanjón (ya tapado en parte) que lindaba con los manantiales de Acayapán. En el plano de 1922 hecho por el ingeniero Juan Parkinson, aparece un ligero crecimiento hacia el oriente, hasta cerca de la estación del ferrocarril, aunque las fincas, dispersas, alternaban con huertas de flores y hortalizas (que perduraron hasta 1950); por el sur se había poblado hasta el paseo de La Loma y en el poniente ya existía el parque Juan Escutia. A partir de 1940 aparecieron nuevos asentamientos: al norte, la colonia Mololoa, en los terrenos de Eleuteria viuda de García; al poniente, la colonia Heriberto Casas, en las antiguas propiedades de Rafael Sánchez, Ottho Barrón y Domingo G. Aguirre; al suroeste, la colonia Menchaca; y al sur, en los contornos del templo y exconvento de la Santa Cruz de Zacate, el fraccionamiento Jardines de la Cruz. El crecimiento demográfico tuvo una tasa media anual de 8.2% de 1950 a 1960, y de 5.1% de 1961 a 1970. Los nuevos pobladores se fueron asentando a lo largo de las vías de acceso y sobre todo en el sur, pues por los otros rumbos han limitado la expansión urbana los accidentes físicos y las tierras ejidales. Ya en los años ochentas, la mayor densidad corresponde a la zona central, con un índice que rebasa los 100 habitantes por hectárea, especialmente en el tramo de la avenida México comprendido entre el Palacio de Gobierno y la plaza principal.
Los cuatro sectores en que está dividida la ciudad son: Amado Nervo (noreste), Francisco Severo Maldonado (noroeste), Fernando Montaño (suroeste) y Juan Escutia (sureste). El primero comprende de la avenida México Norte a la avenida Allende Oriente; en él se localizan: frente a la plaza principal, la catedral, el sagrario, el curato y las antiguas casas consistoriales, éstas del siglo XVIII, con portales en sus dos plantas, arcos de medio punto, columnas toscanas y un barandal de hierro forjado en el segundo piso; en la misma manzana, en las calles de Lerdo y Zacatecas, el obispado, con portada neoclásica; contraesquina, un balcón con barandales del siglo XVIII; en la calle Zacatecas Norte, esquina con Nervo, la Escuela Juan Escutia, antigua fábrica de cigarros y puros El Tráfico, fundada por Amado Fletes en 1891; casi a la mitad de esa cuadra, por la calle Zacatecas, la casa y museo del poeta Amado Nervo; en ese barrio, varias casas de los siglos XVIII y XIX con típicas rejas tepiqueñas; en la calle de Lerdo Oriente, entre Zacatecas y San Luis, la casa Fenelón, de finales del siglo XIX, que albergó al primer gobierno constitucional del estado, donde en 1922 fueron asesinados y colgados los mártires agraristas Antonio R. Laureles y Prisciliano Góngora, finca destinada después al Instituto de Ciencias y Letras de Nayarit y actualmente a la Escuela de Medicina; en las calles de San Luis y Guerrero, una casa del siglo XVIII, con portada neoclásica, cuatro vanos con rejas y columna y balcón esquineros; en las calles Guerrero y Ures, el Hospital de San Vicente de Paul, fundado por el primer obispo Ignacio Díaz y Macedo, en 1894; anexo a éste, el templo del Señor del Consuelo; en la calle de Ures Norte, el antiguo Hospital de San José, de finales del siglo XVIII, con discreta portada neoclásica rematada en una espadaña, hoy convertido en asilo de ancianos; contiguo, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, construido en 1794 a cargo de Juan de Zelayeta; a 200 m de este sitio, el puente de Puga o de Santa María, hecho en el siglo XVIII por Antonio Santa María y Rentería; en la esquina de Zaragoza y San Luis, una casa con portada neoclásica, ventanas enrejadas, portón con clavazón de bronce y corredor interior con columnas de sección octagonal y arcos de medio punto; en las calles de Hidalgo y México, la casa y oficina de Domingo G. Aguirre, de fines del siglo XIX; por la misma acera, el callejón de Zacatecas, la casa en que vivió el cadete y héroe Juan Escutia; la plazuela Hidalgo, antiguo mercado de abastos; en la avenida México, en el sitio en que estuvo la aduana terrestre, el moderno edificio de telecomunicaciones; y junto a él, la sede del Poder Legislativo.
El segundo sector está limitado por las avenidas México Norte y Allende Poniente. En él se encuentran: la plaza principal, rodeada de portales —los del norte restaurados en 1978— que dan acceso a modernos comercios y oficinas; en la esquina de avenida México y Amado Nervo Poniente, la casa paterna del bachiller Benito Antonio Vélez, quien se opuso al movimiento de Independencia; en Veracruz Norte y Rosaura Zapata, el lugar donde estuvo la vivienda del cronista Domingo Lázaro de Arregui, autor de la Descripción de la Nueva Galicia (1621), finca demolida en 1951 y sustituida por un edificio de despachos; en el lado poniente de la plaza el Palacio Municipal, donde estuvieron la cárcel (1755-1882), el cine-teatro El Principal y el mercado El Volantín, hasta 1949 en que se rescató el inmueble y se adaptó para el Ayuntamiento; en el costado izquierdo de éste, el recuerdo del portal de Retes, edificio del siglo XVIII que perduró hasta 1970, donde nacieron Francisco Severo Maldonado y el insurgente Rafael Maldonado, y vivió en 1894 Amado Nervo; al lado sur de la plaza, lo que fue el hotel De la Bola de Oro, finca dieciochesca de dos plantas, con 10 arcos de medio punto y columnas toscanas, en cuyo lado poniente conserva seis balcones con barandales de hierro forjado y un zaguán con chapetones de bronce; el portal Menchaca, de finales del siglo XIX, y en seguida otro moderno, que suplió al del siglo XVIII que por mucho tiempo alojó las oficinas del ingenio de Puga, hasta 1966 en que fue destruido; en las calles Veracruz e Hidalgo, el cine y teatro Amado Nervo, en el lugar que ocupó el Teatro Calderón, luego llamado Porfirio Díaz; contraesquina, la tienda de los padres de Amado Nervo; frente a ésta, la residencia del filántropo Amado Fletes; adelante, hasta llegar a la calle de Puebla, las magníficas casas neoclásicas del siglo XIX que habitaron Roberto Valadez Weber y Agustín Menchaca; en Hidalgo y Durango, la casa donde se veló el cadáver del general Manuel Lozada en 1873, hoy Escuela Gabriel Leyva; frente a ésta, el edificio que alojó a la primera Legislatura del estado; en Puebla y Amado Nervo, el mercado Juan Escutia y lo que fue la plazuela de Los Fresnos, primero, y luego el mercado de La Flauta, en cuyo perímetro se halla la zona comercial; en Querétaro y Zapata, la antigua terminal de las diligencias; en Querétaro y Morelos Poniente, una casa del siglo XVIII, columna en la esquina con balcón en ángulo y forja artística; muy cerca, el jardín Azcona (hoy de la Madre) y el templo de los Sagrados Corazones, de principios del siglo XX; a un lado, la antigua sede del Instituto del Estado; en la calle Morelos Poniente, el parque Juan Escutia, que aloja la fuente Hermana Agua, inspirada en el poema de Nervo, y el Hospital Infantil Juan Escutia; y en avenida México y Zapata, el Museo de la Ciudad, instalado en un edificio del siglo XVIII, de dos plantas, con el escudo de los condes de Miravalle, portón de madera con chapetones de bronce y columna salomónica en la esquina.
El tercer sector, limitado por las avenidas Allende Oriente y México Sur, incluye las colonias Menchaca, la ciudad de la cultura Amado Nervo, Los Fresnos, la Aviación y el fraccionamiento del Valle. En esta zona se encuentran: en Juárez y Ures, el antiguo asilo de niños fundado en 1893 por Carlos Fenelón, Antonio Zaragoza, Miguel M. Morales y Vicente Castillo; en seguida, la Casa del Maestro; adelante, la estación del Ferrocarril Sudpacífico, inaugurada por el vicepresidente José María Pino Suárez en 1912; a 200 m, el panteón Hidalgo, el cual conserva la capilla construida en 1840 por el párroco Homobono Tovar; y en las inmediaciones, la Central Camionera, la fábrica de cigarros La Moderna y otras plantas industriales, y la ciudad de la cultura Amado Nervo, que alberga las escuelas y oficinas administrativas de la Universidad Autónoma de Nayarit.
El cuarto sector, inscrito en el ángulo que forman las avenidas Allende Poniente y México Sur, incluye las colonias Jardines de la Cruz, Morelos, Moctezuma y San Juan. En esta zona se encuentran: en la manzana acotada por la avenida México y las calles Abasolo y Mina, el Palacio de Gobierno, en el edificio de la antigua Penitenciaría, acondicionado a partir de 1928, cuyas principales características son el balcón central, flanqueado por columnas, el cubo del reloj de tres carátulas y los torreones con troneras en los cuatro ángulos; y en otros rumbos, los paseos tradicionales de La Alameda y La Loma. En el primero, que se remonta tal vez a los primeros años del siglo XIX, hay en el centro, rodeada por laureles de la India, una fuente neoclásica; en otros sitios, tres estatuas que representan estaciones del año (salvo la primera, que se ha perdido) y pequeños espejos de agua, surtidos por figuras de cisnes; y en el perímetro, una verja sólo interrumpida por las columnas toscanas de cantera gris que marcan los accesos. El paseo de La Loma, acotado por las calles Insurgentes, Veracruz y Niños Héroes, fue el sitio en el que acampó el insurgente José María Mercado en 1810 y el escenario de la victoria de Luis Correa sobre las fuerzas del insurrecto García en 1823. El espacio se recorre por una calzada bordeada de amapas y palmeras; sendos monumentos consagran la memoria del poeta Nervo, al general Esteban Baca Calderón y los caídos durante la Revolución Mexicana, y se han instalado campos deportivos y un teatro al aire libre. Próximos están el templo y exconvento de la Santa Cruz de Zacate, la ciudad militar, el centro de rehabilitación Venustiano Carranza, el Estadio Nicolás Álvarez Ortega y el Coso Marte.
Investigación y texto: Lic. Pedro López González.
Bibliografía: Domingo Lázaro Arregui: Descripción de la Nueva Galicia (Sevilla, 1946); Enrique Cárdenas de la Peña: San Blas de Nayarit (1968); Francisco Florencia: Origen de los célebres santuarios de la Nueva Galicia, obispado de Guadalajara en América Septentrional (1692); Pedro López González y Eugenio Noriega Robles: Colección de documentos inéditos o muy raros para la historia de Nayarit (en preparación); Pedro López González: Mosaico histórico de la ciudad de Tepic (inédito); Everardo Peña Navarro: Estudio del estado de Nayarit de la Independencia a la erección del estado (Tepic, 1956); Luis Páez Brotchie: Jalisco, historia mínima (Guadalajara, 1940) y La Nueva Galicia a través de su viejo archivo judicial (1940); Julio Pérez González: Datos geográficos y estadísticos del territorio de Tepic (Tepic, 1891); Ignacio Ramírez López: Apuntes para la historia del estado de Nayarit (Tepic, 1942); Mariano Ruiz: Adelantos y mejoras materiales en el territorio de Tepic (Tepic, 1905-1909); y Antonio Tello: Crónica miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco (Guadalajara, 1955).
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