Sergio Ramírez Barba (Pica, Lica)
01 de Enero de 2023
Papá, quiero que me digas,
¿por qué está triste el abuelo?
¿Por qué saca su pañuelo para secarse las lágrimas
cuando cree que no le vemos?
¿Por qué ya no está feliz, y
solo cuando le beso a la vuelta
del colegio, yo le veo sonreír?
Dime tú, ¿por qué papá?
¿A dónde lo vais a llevar?
Yo te escuché la otra noche
cuando hablabas con mamá,
decir que al abuelo ya le
falla la memoria y que
estáis buscando un lugar
donde lo puedan cuidar.
El niño miró a su padre
buscando una explicación.
Y el padre se conmovió,
al ver en los ojos
del pequeño un infinito dolor.
Y el chico seguía insistiendo:
"Papá... ¿por qué? Dímelo...
"Hijo, el abuelo está mayor
y necesita cuidados y
una especial atención.
Lo llevaremos a un sitio
donde estará bien cuidado.
En un centro para ancianos
estará mucho mejor.
Yo no lo dudo papá.
En ese lugar yo sé
que lo cuidarán.
Pero estará rodeado
de extraños sin
el calor familiar.
Porque... ¡Un centro
no es un hogar!
Tú decías la otra noche cuando
hablabas con mamá, que
el abuelo ya está torpe,
que ya tropieza con todo
y que apenas puede andar.
Y en estas circunstancias
en casa no puede estar.
"_ ¿Tú no recuerdas papá,
quién te enseñó a caminar?
¿Quién te levantó del suelo
mil veces cuando caías?
¡Era el abuelo, papá!"
Yo también te oí decir
cuando hablabas con mamá,
que ya estabas muy cansado
de ver como él ya derrama
la comida, porque le
tiemblan las manos...
"Es lo mismo que tú hacías
cuando eras un bebé.
Y fueron él y la abuela
quien te daban de comer".
Ellos a ti te cuidaron
desde que tú eras un niño
y no te podías valer.
Ahora las circunstancias
han cambiado. Y hoy,
es a ti, quien te necesita él.
Papá, no te lleves al
abuelo del entorno familiar.
Deja que acabe sus días
en su casa o en la nuestra.
Ya le queda poca vida
y se merece vivirla
donde mismo tú creciste,
en el calor de un hogar.
Pues la vida es una noria
que no para de girar...
Hoy, él está abajo y tú arriba,
pero mañana recuerda
que el abuelo tú serás.
Y tú me vas a enseñar
con lo que hagas con él,
lo que yo el día de mañana
contigo tengo que hacer.
El padre miró a su hijo
con lágrimas de dolor,
y estas palabras le dijo:
"Tan pequeño como eres
hoy me has dado una lección.
Y esa lección es tan grande
que he cambiado de opinión.
El abuelo ya se queda
con nosotros “esa es mi decisión".
Buscaremos mil ayudas
de personal competente,
colaboraremos todos.
Y haremos feliz al abuelo
hasta que Dios se lo lleve
cuando lo llame la muerte.
Porque todo lo que soy,
lo soy gracias al abuelo.
Y lo que yo haga por él,
antes él lo hizo por mí.
"Por eso yo se lo debo".
A todos los que son hijos
hoy les quiero recordar,
que un día serán abuelos.
"No lo olviden jamás..."