Los viejos trucos

Uno de los más grandes males que se ha padecido en las últimas décadas en nuestro Estado, es el daño presupuestal infligido a la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), en la que perfiles de diversas ascendencias académicas y políticas, según ha quedado claro, han rendido protesta como rectores, y solamente para volverse ricos, acomodar amigos, familiares, e incluso, hasta algún conocido. Es de hacer mención, que desde el inicio de su mandato, el gobernador del Estado Miguel Ángel Navarro Quintero, manifestó su deseo de terminar con este mal, que justo es decir también, no es tarea fácil, en virtud del arraigo de viejos vicios y los intereses creados a lo largo de todo este tiempo, pero en un año, el primero, no ha bajado el ritmo para superar el desafío (en virtud de la promesa suscrita con la totalidad de la comunidad universitaria y la sociedad en general), en este, y otros que conforman la gran herencia desfavorable que atenta contra el derecho a una vida digna en igualdad de oportunidades para todos. 

Así, con ese pacto irrestricto con la justicia, con la restitución de la legalidad, la transparencia y la buena marcha institucional, es que se espera asimismo el cumplimiento de lo resuelto para restablecer el orden y el buen cauce gubernamental, legal y administrativo en bien de los habitantes del municipio de Tuxpan, toda vez que su Alcalde, José Luis Tovar, en más de una ocasión fue señalado como presunto responsable de la comisión de diversos delitos, entre ellos ejercicio indebido de funciones e irregularidades tributarias y financieras (que cabe decir, fue él mismo quien admitió en una entrevista haber acomodado tanto en el Cabildo como en la administración a familiares y amigos, refrendando pues los señalamientos a la postre efectuados).

Por consiguiente, en reunión inclusive con representantes de medios de comunicación, el Fiscal del estado Petronilo Díaz Ponce Medrano y el gobernador Miguel Ángel Navarro, manifestaron que no quitarían el dedo del renglón, a grado tal que el presidente municipal no volvería al cargo, pues de hacerlo se le harían efectivas las medidas correspondientes; sin embargo, el pasado lunes 12 de diciembre, no solo volvió como Alcalde, si no que dicha circunstancia se generó en un marco triunfal de fiesta y algarabía, acompañado por importantes figuras políticas correligionarias de su partido: Movimiento Ciudadano, y un importante grupo de tepiqueños que fueron trasladados a ese lugar. 

Lo anterior, remitió indefectiblemente con fuerza al accionar del antiguo régimen partidario de los 70´s o 80´s del pasado siglo 20, a través de la popular estrategia de disponer de vehículos para el traslado masivo de personas y engrosar las marchas, o en pro de que el movimiento se viera con mayor fuerza. 

Entonces, es que surgen las siguientes cuestiones: ¿qué pasará finalmente en este caso, y qué decisión del Gobierno del Estado habrá de darle vigencia? ¿Tuxpan ya recibió justicia, y el problema ya fue resuelto, con todo y la reversión de las afectaciones ocasionadas, de tal suerte que el regreso del Alcalde no representa mayor impacto ya para el buen desenvolvimiento institucional?

Lo que si sabemos, es que el desempeño de los partidos y sus cuadros que llegan a ejercer cargos de representación popular o el poder en directo, se encuentran bajo el agudo escrutinio ciudadano, y ya no es factible la aplicación de las viejas recetas del “no pasa nada”, “todo está muy bien, y porque me porto bien se me persigue”. Hoy, el mejor parámetro de la buena gobernanza, son los hechos de probada eficacia, traducidos en bienestar y justicia social, y eso solo la honestidad, el trabajo fecundo, el oficio y la vocación de servir lo hace asequible. Que bueno que se llegue a entender por todos en sintonía con el Estado y la Federación.