Llega al final la primera temporada de la puesta en escena de “Farsa y Justicia del Señor Gobernador”, que es adaptación de la obra del español Alejandro Casona por Octavio Campa Hernández, quien como director goza de dotes intelectuales, como el ingenio, uno de sus principales.
Son 30 las representaciones con las que el viernes 17 de junio cerrará este espacio de cuatro semanas “Júbilo Colectivo Escénico”, que integran en su mayoría precisamente trabajadores jubilados y pensionados que por medio del SETUAN prestaron sus servicios a la Universidad Autónoma de Nayarit.
Es meritoria la participación de este grupo de jubilados y pensionados, que si bien son ajenos a la estricta disciplina de la técnica actoral, su voluntad de hierro por hacer bien las cosas no se puede medir, pero además las acciones para interpretar el personaje dentro de la escena teatral sí tienen la carga de intención que permite al espectador se estimule y logre recibir el mensaje en su totalidad.
Me reconforta, pero además me llena de orgullo, citar el ejemplo de don Julián Alzate Rodríguez, persona que aun con más de 80 años de edad no solamente soportó el trajín de los duros ensayos de meses, sino que le da vida a su personaje con disciplina y constancia. En una situación muy parecida se ubica la señora Felícitas Quintano Hernández, quien a pesar de su brazo derecho enyesado ha tenido un desenvolvimiento escénico muy digno.
También me es obligado alabar la participación de la señora Sarita Navarro Ramírez, quien con buena actuación interpreta a la monja peregrina. Con base a tesón, esfuerzo y mucha disciplina la mujer hace un trabajo superlativo, que sin ninguna duda satisface la exigencia del público observador.
En ese mismo nivel de actuación se hallan los setuanistas Luz María Montaño Torres, Mireya Ramos Ibarra, Pablo de Santiago Uribe, Miguel Gutiérrez Luna y Zacarías Arce Plazola, de quienes es digno admirar su propósito de participar en una farsa que durante 45 minutos aleja al espectador de la psicosis de violencia desatada en la ciudad por la inseguridad pública y de las mentiras de todos los candidatos hoy en campaña, como lo escribiera con antelación el médico oculista Arturo Camarena Flores.
A propósito he dejado aparte el bloque de actores que integran la inigualable Martha Hernández Drewien con su monólogo, Octavio Campa Bonilla, Mario Guerra y Ulises Cárdenas Juárez (el de ilustres apellidos) que han desarrollado trabajo actoral por años, por tanto el aporte a la obra, además de relevante, es altamente significativo, sobre todo por su técnica de actuación naturista y emotiva.
Su servidor también forma parte de ese exclusivo elenco. Me tocó en suerte interpretar al Secretario del señor Gobernador (Octavio Campa Bonilla). Fue éste, el vate, que es como con todo cariño le digo a mi pariente, quien me insistió que volviera a los escenarios, pues por muchos años me había alejado de ellos. Me resistía por mis deficiencias físicas, secuelas de una cirugía de hace diez años para extirparme un tumor de dos y medio centímetros (afortunadamente no canceroso) que se ubicaba en la antesala del cerebro sobre el nervio facial y auditivo. Después de nueve meses de ésta, me hicieron otra intervención para conectarme un nervio de la lengua con el facial. En suma: perdí audición del lado derecho, quedé con parálisis fácil del mismo lado y sólo la mitad de la lengua me funciona.
Razón más que suficiente para negarme. Pero un buen día advertí que ello debería tomarlo como un reto personal, salir adelante representaría la capacidad de ser útil a la sociedad por medio de la actuación. Hoy doy gracias al vate Campa por su empeño en que yo formara parte de ese grupo de personas, en su mayoría añosos, porque me ha enseñado a pasar y mantener la vida a plenitud, al margen de resentimientos o acechanzas.
Encontré a una familia que me ha brindado solidaridad sin ninguna condición, sin envidias ni rencores, muy dispuesta a sólo hacer el bien a través del trabajo. También me congratulo haberme topado con un director como Octavio Campa Hernández, quien a pesar de su juventud, con talento y capacidad, me ha prodigado enseñanzas que mucho he de agradecer por el resto de mi vida.
¡Prevenidos!
(Habrá funciones de martes 14 al viernes 17 a las cinco, seis y siete de la tarde, en el microforo “Jorge Ramírez” que se ubica en el edificio de la escuela Presidente Alemán, avenida Allende entre Veracruz y Puebla. La entrada es gratuita)
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