09 de Julio de 2022
“Nosotros vivíamos en Santa María, yo ahí nací. En Santa María yo trabajé limpiando casas, ahí conocí a mi esposo. Mi madre no lo quería nada, pero un día me robó. Me dediqué a cuidar muchachas, tuve diez. Mi marido se dedicaba a la pesca en la laguna, había un grupo de pesca. Él se venía a pescar, teníamos un permiso de pesca, se venía diario caminando. Ya con el tiempo quiso que me viniera yo para no estar yendo y viniendo, me vine hace más de treinta años. Consiguió una casita aquí que le prestaron, era un terreno baldío con una casita de lámina con tablitas de rosa amarilla. No había agua, no había luz, teníamos que ir en una lancha de remo a conseguir. En esa casita empezamos, yo le ayudaba a pescar, yo remaba y ya él tiraba el chinchorro. Luego cuentan que en la laguna hay un monstruo o un dragón, pero no es cierto, yo en tantas noches que pesqué nunca vi nada. Yo sin saber nadar fui pescadora, hoy es día que no sé nadar, nunca me enseñé, pero me iba con todo el chiquillero. Teníamos compradores que venían aquí y recogían el pescado temprano, ya teníamos todo listo. A mi señor se le empezó a meter la idea de tener un restaurante, hicimos una ramadita de palapa a la orilla de la laguna. Poco a poco venían las amistades y zarandeábamos un pescado o les invitábamos un dorado, venían muchos ingenieros de CONAGUA en ese entonces. Aquí había mucho pescado, vendíamos mucho pescado de aquí. De tanto que sacábamos empezamos a llevar a Tepic pescado fileteado, nos lo compraba un señor que se llamaba Moy, todos entregábamos ahí. Al tiempo nos vinimos a otra ramadita porque había mucho alacrán en la casita de lámina, diario mataba uno o dos. Seguimos pescando para la venta y para el gasto del negocio, poco a poco el pescado fue acabándose. Tuve veintitrés bisnietos, ahora mis hijas me ayudan en la gerencia y la administración, estoy muy contenta.”
Juana Morales, 69 años
Restaurantera
Ella es #nayaritadelcentenario