Indiferencia gubernamental, indolencia ciudadana: Responsabilidad social compartida

LA O POR LO REDONDO

Cuando redacto estas líneas, todavía se leen las noticias sobre las afectaciones que surgieron luego de las fuertes lluvias que cayeron desde el jueves 16 de junio en Tepic; hemos visto zonas que año tras año sufren las consecuencias de los fenómenos climatológicos, pero se han añadido otras que no tenían precedente, al menos no en nuestra historia reciente.

Cierto es que con la llegada de los ciclones y el asentamiento de la temporada de lluvia, la gente ya debiera estar preparada para lo que viene: mínimos encharcamientos pondrían en alerta a todas las personas que saben que este ciclo tiende a repetirse; sin embargo, esto no sucede y en cada verano tenemos que ser testigos de cómo las familias pierden todo su patrimonio.

Lo mismo debemos decir de nuestras autoridades, específicamente las que gobiernan en los municipios donde estas tragedias tienen a repetirse. En el caso de Tepic, pudimos leer y ver a través de redes sociales y la señal de TV que se estuvo preparando con la limpia de alcantarillas y canales el Ayuntamiento para impedir que volvieran a salirse de control las aguas, pero parece que esto no fue suficiente o en todo caso, asumimos que no fue real que se estuvo trabajando por controlar esta situación antes de que fuera demasiado tarde.

Sin embargo, algo que pasamos por alto muchas veces es que no es solo compromiso de la autoridad el mantener limpias estas canaletas, la poda de árboles o el retiro de basuras que podrían en determinado momento comprometer la seguridad de todos, esta responsabilidad va compartida junto con el ciudadano “de a pie”, el que sufre las consecuencias y que sigue esperando que a la puerta de su casa se le lleven apoyos extraordinarios cuando pudo haber evitado que las pérdidas materiales se dieran.

¿Cómo evitarlo? Es sencillo: Basta ver cómo de las alcantarillas salen kilos y kilos de basuras, bolsas, plásticos, palos de madera, telas viejas, zapatos y hasta cubrebocas –la basura que la pandemia nos dejó-. Y qué decir de los canales como los de La Cantera, Valle Real y El Sabino, allí hemos podido ver hasta salas completas, televisiones viejas, autopartes, colchones, cosas que de veras dan vergüenza. Bolsas con ropa y otros desechos es lo mínimo que se ha logrado sacar.

A esto me refiero con que no basta con que la autoridad, con indiferencia en ocasiones por no sufrir de manera directa las consecuencias del taponamiento de estas vías, dos o tres días antes de que caigan las primeras “aguas” haga su chamba; la ciudadanía comparte esta indolencia al seguir arrojando sus restos a los canales, alcantarillas y otros vertederos, al sacar sus basuras cuando no le corresponde al carretón pasar por sus colonias, no amarrar sus bolsas para impedir que los perritos callejeros (otro asunto que va de mal en peor), rieguen por todas partes lo que se tira, que claro, luego con las corrientes que se forman tras las lluvias se estancan en las zonas bajas de la ciudad, que prácticamente se vuelve un resumidero de todas estas malas costumbres.

Es urgente retomar desde casa la conciencia ecológica. ¿Desde cuándo se nos está advirtiendo de todo lo que pasa con nuestro planeta? ¿Usted qué hará para evitar que estas inundaciones sean casa vez más severas? ¿Permitirá que la gente “cochina” siga tirando la basura en lugares prohibidos? Y a la autoridad: ¿Cuáles serán las sanciones que se implementen para quienes sean sorprendidos tirando sus restos a cielo abierto?

Si, la administración debe procurar el bienestar sus gobernados, pero tampoco es para que cada temporada de lluvias saquen recursos extraordinarios para apoyar a los que lo pierden todo, cuando es una cuestión que puede y debe evitarse este y todos los años.

Quizá le resuene a usted, amable lector, el título de hoy y lo atribuya a un ex gobernante que incluso así llamó a un fraccionamiento (RSC), pero créame que nada tiene que ver, hablamos de la indiferencia administrativa, que no realiza de manera oportuna sus acciones, y de la indolencia ciudadana, que malgasta lo que se le da porque sabe que al pedirlo nuevamente se le dará… evitar  pérdidas humanas y materiales no es solo tema de los gobiernos, es responsabilidad social compartida.