Tepic, Nayarit, miércoles 24 de abril de 2024

Con o sin romanticismo, se necesitan héroes para generar patriotismo

Sergio Mejía Cano

25 de Marzo de 2022

Ahora que se conmemoró el aniversario del natalicio de don Benito Juárez, desde luego que no faltaron las pláticas al respecto, con sus controversias a favor y en contra y, obviamente reflexiones románticas sobre su desarrollo intelectual a todas luces sorprendente que, en sí, llegó a ser un prócer, un héroe nacional a pesar de lo que se diga en su contra; porque, así como hay quien lo aplaude, también hay quien lo critica en toda forma.

Se dice que, la historia la hacen los vencedores, y que se necesitan tener ejemplos de patriotas llenos de heroísmo, así se le agreguen a estos héroes toques de más en sus acciones que posiblemente no realizaron o si lo hicieron, no fueron tal y como se describen históricamente.

Entre la polémica generada en pláticas entre amigos y conocidos respecto a los actos y hechos que se le atribuyen al también llamado Benemérito de las Américas, surgió la afirmación de que Benito Juárez había tenido sus crasos errores; sin embargo, también se reconoció que, si bien tuvo sus errores, también tuvo decisiones firmes que, aunque se diga que ya habían sido propuestas anteriormente por otros personajes históricos, lo que cuenta es que don Benito no las dejó durmiendo el sueño de los justos y las siguió adelante, tal y como lo hizo con las Leyes de Reforma en que se separó la Iglesia del Estado, atendiendo en el fondo la clásica sentencia bíblica de que “lo del César al César y lo de Dios a Dios”. Lo que no gustó a varios sectores de la sociedad mexicana y de España y El Vaticano del siglo XIX, y aún hoy en día en que hay gente que no acaba de aceptar el que sea el mando civil el que rija en la sociedad y que se apliquen principalmente las leyes terrenales antes que las eclesiásticas.

Esta plática referente a don Benito Juárez, me hizo recordar a dos profesores de la materia de Historia, en la secundaria, allá a mediados de los años 60 del siglo pasado; uno en segundo y otro de tercer grado. El de segundo año de secundaria, hablaba en forma despótica de nuestros héroes patrios desde los mexicas, tachándolos de idólatras y que bien se merecían el haber sido avasallados por los españoles, porque eran hasta caníbales, según este profesor que se basaba en algunos de los escritos de los vencedores en donde claramente se veía la justificación para sus asesinatos de los nativos de lo que hoy se conoce como “Mesoamérica”. Este profesor de la materia de Historia, en segundo de secundaria, no comentaba nada malo respecto a don Miguel Hidalgo y José Mara Morelos y Pavón´; pero sí de don Benito Juárez, de quien nos dijo a sus alumnos que, Juárez estaba plenamente convencido de que los franceses no defecaban y, de que eran una raza superior a la raza de bronce, los mexicanos; y de que había mandado fusilar a Maximiliano, más por envidia que por nacionalismo. Y en cuanto a Francisco Villa -Doroteo Arango- y Emiliano Zapata, nos los pintaba más bien como bandoleros y robavacas, y que los habían hecho héroes, nada más para contentar a los campesinos. Así se las gastaba este profesor que, por cierto, traía un crucifijo colgando en su pecho.  

Sin embargo, el profesor de la materia de Historia en tercer grado, hablaba de la historia tal y como si la hubiese vivido personalmente; era un profesor ya mayor de edad, quien nos deleitaba a sus alumnos narrándonos episodios de nuestra historia nacional, de tal manera como si hubiera estado presente o las hubiese vivido. En ese tiempo, hacían llegar a la secundaria unos panfletos que denostaban a la mayoría de nuestros héroes patrios como, por ejemplo, de Miguel Hidalgo se decía que había sido un mujeriego y que era débil de carácter al no poder aplacar a sus huestes para que no saquearan y asesinaran a los hacendados que caían bajo su dominio. De José María Morelos, se decía que había roto su voto de castidad y que tenía, al igual que Hidalgo, varios hijos; que los Niños Héroes no eran niños ni héroes. Y de Benito Juárez que, a pesar de ser indio zapoteca, en su periodo presidencial no había hecho nada por las etnias del país y menos por la suya, a lo que esta profesor ya grande de edad, nos dijo a sus alumnos que, a quienes denostaban a nuestros héroes se les olvidaba u omitían una cosa esencial: que eran seres humanos con sus vicios, errores y virtudes y, que por lo mismo, se podrían justificar sus acciones. Añadiendo que, en cierta forma, si bien se les achacaban virtudes de más, se necesitan héroes para generar el patriotismo en las nuevas generaciones.

Sea pues. Vale.

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