Superioridad nata del sexo femenino sobre el masculino
Sergio Mejía Cano
09 de Marzo de 2022
Se ha dicho desde siempre, y no nada más recientemente que “la violencia no se resuelve con más violencia” ni que “el fuego no se apaga con fuego”, por lo que no se entiende el hecho de que algunas mujeres hagan actos vandálicos en señal de protesta por los maltratos de que han sido víctimas a lo largo de la vida en que, precisamente la mujer, es la que mas ha llevado la peor parte.
El que en estos actos de manifestación varias mujeres enfoquen su frustración destruyendo puertas, ventanas, vitrinas, así como hacer pintas en edificios y monumentos, en realidad a los gobiernos en sus tres niveles no le hacen mella, porque el dinero que se gasta en la reparación de todos estos daños no le cuestan en sí al bolsillo de ningún político o funcionario, porque es dinero de la población el que se invierte en estas reparaciones; un dinero que se podría utilizar en algo de provecho para la población; aunque también posiblemente para los bolsillos de los encargados de mandar a hacer estas reparaciones y limpias de lo que se pintó. ¿Y todo para qué? Pues para que todo siga igual, porque manifestaciones y protestas el 08 de marzo, Día Internacional de la Mujer, van y vienen ¿y? Infortunadamente todo ha seguido igual, pues siguen los maltratos de todo tipo a muchas mujeres, tal y como si fuera el cuento de nunca acabar o la historia sin fin, porque siguen las agresiones hacia muchas mujeres, sobre todo en el ámbito familiar; pero también en el ámbito laboral.
Y esto es lo más inexplicable: que muchos patrones o empleadores no toman en cuenta que nacieron de una mujer, pues se ha documentado constantemente que, hay empresas y negocios que en cuanto se dan cuenta que una de las empleadas o trabajadoras está embarazada, la despiden sin ninguna clase de miramiento. Y tal vez lo hagan así los empleadores, para evitarse los gastos de seguridad social y la incapacidad a la hora del parto de esas trabajadoras o empleadas y, porque según se ha oído por ahí, contratan trabajadores para que estén siempre laborando en sus turnos y no para que se incapaciten, porque al incapacitarse una trabajadora y es la única, tienen que contratar quien la sustituya, por lo que mejor la despiden para evitarse más líos laborales. ¿Qué acaso, los patrones y empleadores no saben o no entienden que una de las funciones en la vida de las mujeres es dar vida? ¿Y que, gracias a ellas, se ha preservado la especie humana? Pero tal vez a muchos patrones y empleadores les resulte como un pecado o una falta grave el que una o varias de sus trabajadoras salgan embarazadas, tal y como si fuera una maldición. ¿Creerán acaso estos empleadores que ellos brotaron de la tierra y no de una mujer?
Lo mismo aquellos varones quienes agreden de algún modo a cualquier mujer, sobre todo a sus esposas, concubinas o parejas sentimentales que, se ha dicho y documentado, el que agredan a sus mueres, menos a sus mamás, es precisamente por resentimiento hacia sus propias progenitoras, pero como no se atreven a reclamarles de algún modo los supuestos maltratos que recibieron por parte de sus madres cuando niños, no buscan quién se las hizo, sino quien se las pague.
Hay países en donde no toman en cuenta a la mujer para nada, en donde las creen como seres de segunda clase; que la sobajan de tal manera que hasta las apedrean y les dan de latigazos, y países en que hasta las mutilan genitalmente; y en donde el hombre se siente superior a la mujer en todos los aspectos. Sin embargo, y para no ir tan lejos, aquí mismo en nuestro país, hay etnias en donde de acuerdo a sus usos y costumbres, denigran a las mujeres, y en algunas, siendo aún niñas, las venden al mejor postor sin tomar en cuenta los sentimientos de estas niñas y mujeres, quienes tal vez y precisamente por esos usos y costumbres, aceptan su sino dócilmente.
Se dice que, el complejo de superioridad no existe en sí, que es el complejo de inferioridad el que aparenta ser el de superioridad. Y esto es lo que les pasa a esa parte de los hombres que se creen superiores a la mujer, porque intuyen muy dentro la realidad del sexo femenino que es muy superior al masculino; pues se ha documentado y está estudiado biológicamente que, el sexo femenino es más fuerte, igual a la hembra en otras especies, que es quien persevera las especies porque es quien cuida y protege a las crías hasta que pueden valerse por sí mismas. Con la salvedad de que, en la especie humana, aun así, sean mayores de edad los críos, siguen apegados a la mamá.
Sea pues. Vale.
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