Voltear la tortilla arbitrariamente
Sergio Mejía Cano
09 de Febrero de 2022
Recientemente apareció en la nota roja de algunas publicaciones en portales de internet de medios informativos locales, sobre un choque en donde se vio involucrada una camioneta de la Fiscalía de Nayarit, con un vehículo particular en donde se informa, resultaron lesionados la conductora de este vehículo y su hijo menor de edad. En la nota se decía que la camioneta de la fiscalía iba a atender un asunto oficial.
Y el día de ayer, en redes sociales apareció la versión de la señora que conducía el vehículo, porque según lo afirma, le han querido voltear la tortilla haciéndola aparecer como la responsable de este choque, por lo que considera necesario aclarar la situación debido a que no se siente con culpa alguna y menos, porque quien conducía la camioneta de la fiscalía de inmediato bajó de la unidad para disculparse con la señora y preguntarle si estaba bien, pues ella dice que el de la fiscalía reconoció desde luego que no servía la torreta de la camioneta y que por eso no llevaba la señalización requerida, y al mismo tiempo reconociendo su culpa; y además, ella tenía la luz verde del semáforo de la esquina de boulevard Tepic-Xalisco y la calle Saturno.
El problema se suscitó cuando llegaron más patrullas cuyos tripulantes comenzaron a cuestionarla a ella tal y como si fuera la responsable del accidente, además de comenzar a juzgarla por su pasado preguntándole si era o había sido esposa de alguien, lo que, obviamente le dio mucho coraje; pero, aun así, se guardó sus comentarios. Señala esta señora que oyó a algunos policías referirse a ella de mala manera. Y lo más extraño del caso, refiere esta señora es que, después de presentarse como tres policías y dos comandantes, estos le dijeron que todo estaba bien, que ellos se harían cargo de la situación, dándole su palabra; sin embargo, posterior y “mágicamente yo era la culpable de todo”, pidiéndole que diera una declaración falsa, afirmando que se había pasado el semáforo por imprudente, y así, hacerla quedar mal a ella.
Por lo regular, cuando se sabe sobre un accidente en donde se ve involucrada alguna o varias patrullas de cualquiera corporación, el pensamiento casi generalizado de la ciudadanía, diga que así hubiera tenido la culpa la patrulla, le iban a echar la culpa al quien conducía el o los vehículos particulares. Esto es una práctica común, pues se ha documentado infinidad de veces que, a pesar de testigos que afirman lo contrario, la culpa se les carga a los particulares exonerando a los patrulleros.
No es piña, pues esto comienza desde el primer instante en que una patrulla se pasa un semáforo en rojo, cuando da una vuelta no permitida o en “U”, sin que dicha patrulla vaya a atender alguna emergencia, sino nada más por la prepotencia tan común de algunos elementos que, quién sabe por qué, se sienten por encima de la ciudanía a la que están obligados todos los elementos de seguridad, a cuidar y proteger.
Se supone que tal vez sea para protegerse entre sí mismos que los elementos policíacos de todas las corporaciones, cuando se ven involucrados en algún accidente de tránsito, le quieran voltear la tortilla a la otra parte; sin embargo, esto desde luego que es muy contraproducente, pues es en estos casos, cuando las jerarquías policíacas, este es el momento preciso para sacudir el árbol y deshacerse de malos elementos, investigando a fondo los hechos y así comprobar de bien a bien mediante peritos experimentados, elaborar los croquis necesarios para deslindar las responsabilidades y, en caso de que se detecte que el elemento policíaco que conducía la patrulla fue el responsable, de inmediato hacerle ver su falta no nada más por el accidentes, sino por violar las leyes de tránsito a las que también está obligado a cumplir y respetar, además de tener que poner el ejemplo ante la ciudadanía que está cumpliendo con su deber. Porque todo servidor público protesta cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como la Constitución Estatal y las leyes que de ellas emanen; por lo que, por el simple hecho de pasarse un semáforo en alto, con luz roja, ya está violando la ley de tránsito. Obvio que, todos los vehículos oficiales tienen preferencia de paso sobre todos los demás vehículos, siempre y cuando acudan a atender alguna emergencia; pero con los códigos, luces y sirenas abiertas. ¿Y si no van a ninguna emergencia y no llevan sirena ni luces de advertencia encendidas? Obvio que podría haber responsabilidad.
Sea pues. Vale.
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