El síndrome de Sísifo
Sergio Mejía Cano
02 de Diciembre de 2021
En el entendido de que estoy consciente del mal que ha generado la pandemia del coronavirus, tanto en la salud como económicamente, ya sea en nuestro país como en gran parte del mundo que habitamos los humanos, porque es casi seguro que la mayoría de nosotros nos hemos visto afectados en la salud, así como en la de familiares, amigos, vecinos, conocidos o por oídas; y de que muchos de ellos que se han infectado y la han librado, pero que infortunadamente otros nos han abandonado; y ahora, cada vez que se anuncia de las variantes del virus, como que ya da en qué pensar.
Podría ser probable que, la Organización Mundial de la Salud (OMS), esté siguiendo los dictados de alguien más arriba, para tener un control obligando a la mayoría de los países, si no es que, a todos, para que estos dicten a sus ciudadanos las medidas de precaución necesarias para el cuidado de la salud. Lo malo de esto, es que hay países, estados y municipios que, aprovechando esto, algunas de sus autoridades y gobernantes sacan a flote sus instintos dictatoriales y de autoritarismo para obligar a sus pobladores a tener que acatar medidas que más bien, en vez de beneficiar podrían afectar aún más la salud.
Tal es el caso del mentado cubre bocas que, a la mejor es lo que más ha contribuido a que la gente se enferme en vez de protegerse, pues al no dejar respirar libremente, obviamente que el cuerpo de quien porte el cubre bocas durante muchas horas, su cuerpo se tendrá que intoxicar irremediablemente por falta de una oxigenación adecuada, al no recibir el oxígeno que hay en la atmósfera; y más, por el dióxido de carbono que expele el organismo al momento de soltar la respiración. Por lo que se ha tornado en algo muy alarmante que, ahora cuando se iniciaron las clases en forma presencial, se dio la autorización, pero con la condición de que los alumnos portaran cubre bocas durante todo el día de clases, inclusive hasta en el recreo. Y esto, obviamente que el sentido común dicta que, es una medida por demás arbitraria y más bien perjudicial que benéfica, sobre todo para los menores de edad que, se supone que en el recreo no se la van a pasar sentados y mirándose unos a otros; porque por lo regular muchos infantes de ambos sexos, aprovechan el recreo de la escuela para desentumirse ya sea corriendo o jugando de alguna forma que obligan a su organismo a tener que respirar más que estando sentados o inmóviles; y se entiende que, para que el cuerpo humano sea más sano, lo que necesita es estar bien oxigenado, algo que impide enormemente el tener cubierta la nariz y la boca y desde luego, no permitir respirar ni exhalar libremente. Dentro del salón de clases se podría justificar en cierta forma el uso del cubre bocas; pero ¿al aire libre también?
En las redes sociales han circulado infinidad de videos e informaciones tanto en contra como a favor del uso del cubre bocas; sin embargo, ahora circula uno que señala que, un virus mide aproximadamente entre 20 y 120 nanómetros, y que es mucho más pequeño que cualquiera de los poros de cualquier cubre bocas conocidos hasta hoy en día, por lo que se considera prácticamente inútil para detener virus y bacterias, debido que los bichos virulentos y bacterianos, son infinidad de veces más pequeños que cualquiera de los poros de los cubre bocas, y que además, al no permitir una oxigenación adecuada, produce que se acumule más en los pulmones el “CO2”, que es bastante perjudicial en las vías respiratorias.
Ahora bien, cuando la OMS dice que ya hay una nueva variante del coronavirus, utilizando para esto el alfabeto griego, hace que muchos recordemos la tragedia de Sísifo, de la mitología griega, precisamente, porque a Sísifo se le condenó a subir una pesada piedra a una montaña y, ya casi para alcanzar la cima, la piedra se le caía y tenía que volverla a subir, y esto por toda la eternidad. Así que tal vez eso nos esté sucediendo a nosotros los humanos que, cuando ya se vislumbra la luz al final del túnel, cuando se dice que la pandemia está cediendo, la OMS sale con otra variante, y vuelta a comenzar de nuevo y repensar en otras vacunas.
Y a propósito de vacunas, ahora con la variante ómicron, en varios países europeos se ha dicho que está causando estragos, sobre todo en Alemania; y se dice también que es por culpa de los no vacunados. Y la pregunta sería entonces: si se están infectando entre ellos mismos -los no vacunados- o si también están contagiando a los ya vacunados. ¿Y la vacuna de qué sirvió?
Sea pues. Vale.
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