Solo en la cabeza de un pendejo cabe que los periodistas trabajen gratis

Estamos en el capitalismo, en donde todo se compra y se vende, principalmente la fuerza de trabajo, que es el motor del desarrollo, y que como cualquier producto, está sujeta a la Ley de la Oferta y la Demanda para definir su precio, pues se divide en trabajo simple, trabajo complejo y especializado, lo que descubrió Carlos Marx hace tres siglos.

Esto aplica para todas las actividades económicas dentro del proceso productivo, que incluye los productos que genera el periodista profesional, que su actividad entra dentro del trabajo complejo, según el Género Periodístico a que se dedique, dentro de una empresa de medios o que trabaja de forma independiente.

Porque los géneros periodísticos, columna, artículo, nota informativa, fotografía, cartón, editorial, entrevista, etcétera, ya están incluídas en el SAT para el pago de impuestos e ISR, además que el periodismo que forma parte de las Ciencias de la Comunicación y los espacios para la publicidad, también se venden.

Repito, estamos en el capitalismo, ya que solo en la cabeza de un pendejo, cabe que los periodistas trabajen gratis, hasta los que dicen que son "honrosas excepciones", salameros de la mal llamada cuarta transformación, que no se vé por ningún lado, cobran y son los más careros.

Así que no estén chingando con eso de chayoteros, a quien no le guste que periodísticamente lo critiquen, simplemente que se vaya a su casa a descansar, no son la Madre Teresa o curas, no andan en la religión, si son políticos, representantes legislativos, gobernantes, funcionarios públicos o de partidos, se les debe criticar, a favor o en contra, no aceptar la crítica, es intolerancia y antesala del totalitarismo. Va.