Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

¿Libertad de excreción o libertad de expresión?

Sergio Ramírez Barba (Pica Lica)

19 de Agosto de 2021

Mi acta de nacimiento dice: Estado Libre y Soberano de Nayarit. Mi pasaporte dice: Estados Unidos Mexicanos, y como yo soy muy cabrón soñé que todo era cierto, pero no. Empezando con Estado Libre y Soberano de Nayarit, me permití “soñar” que debe decir: “Estuvo liebre y sobre el ano del pobre, del indio y del pendejo”. ¿Cuándo he sido libre yo en mi estado?  Pocas veces o nunca. 

Desde muy bambino o chicloso me quise llamar “Damián”.  ¡Me quedé con las ganas! Quise en el recreo de mi primaria comprar unas galletas, unas tostadas, un vaso de agua fresca y casi siempre me quedé con las ganas. A no ser que alguna vez le quité a huevo  a alguien un pedazo, no lo hubiera hecho. Anhelé ser como muchos amigos y condiscípulos míos que llevaban un par de pesos para gastar, y a mí solamente me daban un diez o veinte centavos. 

Nunca he sido inteligente, pero si persuasivo, a tal grado que al pudiente, fufurufo, ricardo o plutócrata, por medio de venderle protección, amedrentarlo o hacerlo reír, disfrutaba de lo que él compraba o llevaba. Siempre tuve el deseo de estar en una escuela importante y de paga, pero se ocupaba dinero y buenos zapatos pero yo era huarachudo.

Mi escuela primaria era rica en conocimiento, y me refiero a la Fernando Montaño (Puga). En otros salones había grupos más ricos que el mío, ya que de las tres maestras que tuve ninguna usaba calzones, (o solo que  hayan sido muy negros o prietos y chinos como los cubanos). Mi libertad fue poca porque a mí me hubiera gustado ser mujer y siempre traer en la espalda un petate para decirle al que me gustara. ¡Órale atácame que yo aguadita y cooperando.

En la secundaria me gustaba alguna muchacha, pero ella le hacía más caso a un rotito o rico que a mí, así que mejor lo madreaba y como todo un macho alfa, no le quitaba la novia, sino que le metía “miedo”.

Cual libertad tenía si me ahogaba con mis dudas si algún maestro se equivocaba, pero era prohibido protestar. Todo ambicionaba y quería, pero nomás hasta ahí. Siempre deseoso, anhelante y ávido, pero nomás eso. Así fui a la preparatoria y a la profesional, lleno de deseos insatisfechos. Mi acta pues dice refiriéndose a Nayarit Libre, pero no soy libre, (soy liebre) que anda buscando acomodo en algún lugar.

La parte de lo Soberano, más bien es (sobar el ano), porque yo por más que camello, trabajo y julepeo, no encuentro acomodo, no me siento mal porque conozco la mayoría de los políticos que son más burros y tapados que yo, que me ganan en “indiosincracia” en promiscuidad, en nacos, hojaldras y penitentes y eso me anima porque mi amiga almohada me dice que ya quisieran besar, donde yo me siento.

En mi pueblo cora no hay soberanía, hay unos más vivos que otros, pero así es la vida. Mi interior me hace saber que yo no puedo ser síndico, regidor, diputado o senador, porque iría en contra de mí mismo. Yo puedo levantar la cara y ellos no. Yo me puedo parar a tragar tacos en cualquier esquina y ellos no. Mis hijos si no me respetan, me comprenden, en cambio a otros ni siquiera los entienden. Yo soy libre y otros no, la soberanía rifa en mí y yo no necesito de ella. O sea que yo no tengo nada, pero tampoco necesito nada. ¿Cuántos somos libres realmente en Nayarit? ¡Ah verdad!

Así pues  hago mi cambio como mexicano y veo que los Estados Unidos Mexicanos no existen. El guerrerense es enemigo natural del mexicano o del oaxaqueño. El de Sinaloa no es amigo del de Durango, y el de Morelos está peleado con el de Puebla, ¿Entonces dónde está la unión de los estados, si somos perros, gatos, víboras y alacranes en una bolsa, donde cada quién es enemigo de los demás? ¿Dónde está la libertad del mexicano que quiere estudiar, saber, viajar, bailar, tocar, tomar o disfrutar, si hay otro que no se lo permite, o lo roba, lo asalta, lo ofende, lo disminuye y lo madrea.

La Constitución por un lado nos otorga garantías individuales y por otra nos la quita. Porque yo me robo un gis o una aguja y me echan dos cadenas perpetuas, y los que se roban y le quitan al pueblo lo que es de ellos, están libres y se pasean tranquilamente. Dicen que en México hay libertad de expresión, ¿Pero dónde, cuándo?  A un jodido lo agarran besando a la novia y lo enchiqueran años y años. En cambio a un violador por ser amigo del juez o de un político, hasta le consiguen leña para que haga su “hoguera” ¿usted es libre? O también es como yo que lee en la calle, prohibido estacionarse, prohibido tirar basura, prohibido zurrar en las esquinas, prohibido tocar el claxon, prohibido dar vuelta a la derecha,  no traer cubre bocas etc.  A la mejor también me pasa como en el Seguro Social, en el Hospital, donde está el área Covid y terapia intensiva que dice: Prohibido respirar fuerte y rápido, porque se nos acaba el oxígeno, mejor respire por abajo. 

¿Será cierto que hay libertad y puedo criticar a quien yo quiera?. Pues todo esto son puras pinches mentiras. Amable lector yo se que lo enfadé con estas cosas triviales y sin importancia, pero le quiero decir algo que si quiere, que bueno, y si no, me vale pura madre. Usted debe ser libre de adentro para afuera. La libertad no se encuentra, sino que uno la trae. No necesita buscarse, necesita “sacársela” de su alma y de su espíritu. La libertad no es ni para mañana ni para después, sino que es el resultado de lo que ya fue.

Si usted nunca ha sido libre, nunca lo será, porque ésta nace cuando a usted le cortan el ombligo. Si cree que no le digo la verdad, trate de ser libre y se dará cuenta que nació sujeto a una sola cadena que fue el ombligo umbilical y de entonces a la fecha, usted se ha formado una serie de cadena que lo tienen amarrado y no puede cortar.

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