El señor obispo de Tepic, toca el tema del aborto
Sergio Mejía Cano
11 de Agosto de 2021
Este pasado martes 10 de agosto, en el periódico Realidades de Nayarit, aparece una nota firmada por Verónica Ramírez, en donde señala que el obispo de la Diócesis de Tepic, Luis Artemio Flores Calzada, dice no a la legalización del aborto, haciendo un llamado al próximo gobierno estatal y a la próxima legislatura local para que antepongan “el respeto a la vida y se niegue a legalizar el aborto en Nayarit.
Obviamente que el señor obispo Flores Calzada, no pronuncia nada nuevo y que, al tocar el tema de la familia, la globaliza como una sola, sin tomar en cuenta del disfuncionamiento de muchas familias no nada más en Nayarit, sino prácticamente en todo el país. Pues de acuerdo a la nota de Verónica Ramírez, Flores Calzada destaca la importancia para que las próximas autoridades le den mayor importancia a la familia que es la primera formadora y educadora de los valores, porque es ahí en donde se aprende a ser solidarios, a compartir y amar; pero que en los últimos tiempos se ha descuidado a esta célula de la sociedad.
Posiblemente no ande tan errado el señor obispo de la Diócesis de Tepic, respecto a lo que significa la familia, sin embargo, el esquema que él sostiene, solamente aplica a ciertas y cuáles familias; pero por desgracia no a todas e inclusive hasta las familias que se muestran ante la sociedad como un ejemplo a seguir, posiblemente en su intimidad anden igual que otras tantas en disfuncionalidad y que, para taparle el ojo al macho, fingen haciendo parecer que son una familia modelo; pero no.
¿Qué acaso desconocerá el señor obispo la realidad de la situación tan dramática que viven infinidad de familias? Y que, contrario a lo que podría suponer Flores Calzada, la familia tal y como la concibe él y muchas personas más, casi ya no se ve, pues son más las familias que no cuentan con un padre o una madre de familia; que hay infantes de ambos sexos que no saben ni conciben lo que es una familia en verdad, por haber sido condenados a vivir literalmente en las calles, a ser víctimas de trata, a ser explotados en muchas formas siendo muy maltratados, y un sinfín de desgracias infantiles que infortunadamente se dan en nuestra sociedad.
Y siguiendo con la nota en cuestión, el señor obispo dice que ojalá y nuestro estado no vaya a querer imitar a los estados que ya legalizaron el aborto, y que se trata de darles protección a las personas que muchas veces se embarazaron. Y que tampoco se trata de encarcelarlas, sino darles protección y cuidar a los dos, a la mujer y al niño.
Sin embargo, no se trata de imitación, sino precisamente de protección a la mujer que podría correr riesgos al continuar con un embarazo, sea deseado o no; y, además, ¿quién cuidaría tanto de la mujer como del niño en caso de que la mujer no tuviera recursos económicos ni su familia tampoco para mantener una boca nueva?
Por lo que se lee en esta nota, el señor obispo Flores Calzada no está ni siquiera a favor de que aborte una mujer que haya sido violada, pues según el señor obispo, “hay circunstancias que deben valorarse, pero siempre la vida es primordial”. Y para él, más vale que la mujer que haya sido violada o que simplemente se embarazó, “no deseche ese pequeñín, hay mucha gente que quiere un niñito más bien que les preste su seno materno para que nazca”.
¡Ande pues! Con esta visión, pareciera que don Luis Artemio piensa que los niñitos son como mascotas que, en caso de no quererlos, pues entonces habrá que repartirlos, tal y como se acostumbra a repartir las camadas de otras especies domésticas o que se venden.
Está bien que Flores Calzada se preocupe par la valoración de la vida; sin embargo, hay infinidad de factores que obligan a muchas mujeres a dar un paso determinante en su vida, y cada una de ellas es responsable de lo que hace y por qué lo hace, y nadie más. Y precisamente he aquí el meollo del asunto, pues el aborto es una cuestión que nada más debería ser tratado, valorado y cuestionado única y exclusivamente por las mismas mujeres, sin la intervención de ningún varón, pues si bien ambos, mujer y varón pertenecen a la raza humana, son géneros muy distintos en cuanto a su organismo físico.
Pero lo más importante aún, es que con legalización o sin ella, con prohibición o sin ella, de todos modos, los abortos se seguirán dando a lo largo de la vida, tal y como ha sucedido desde que el ser humano apareció en este planeta. Así que qué mejor que sea con higiene y seguridad, y no en oscuros e insalubres cuartos de vecindad.
Sea pues. Vale.
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