Oscar González Bonilla
11 de Junio de 2021
Con base en el proyecto sobre control y poder político en la Universidad Autónoma de Nayarit, Carlos Rafael Rea Rodríguez propone la realización de reforma integral para sanear la máxima casa de estudios.
La medida conlleva la intención de demandar mayor participación económica tanto del gobierno del Estado como de los 20 ayuntamientos, de tal manera que contribuyan al fortalecimiento institucional de la UAN.
A cambio, entre otras cosas, Carlos Rea apunta que la comunidad universitaria está obligada a corregir las problemáticas fundamentales de la institución de educación superior. Implica transformar la composición del Consejo General Universitario, en tanto modificar la Ley Orgánica de la universidad, lo que significa democratizar ese cuerpo colegiado para que ya no sean las cabezas sindical y estudiantil quienes controlan la vida de la UAN.
Se pronuncia el Doctor en Sociología por la estricta aplicación del derecho, mientras que rechaza la entrega de favores a cambio de lealtades e incondicionalidades. Lo que para él quiere decir que se debe construir una reforma integral para limpiar la institución, pero no de forma cosmética. Es decir, real rendición de cuentas y transparencia, asear la nómina, evitar el uso discrecional de recursos, transparentar la contratación para responder a necesidades académicas y no a intereses de grupos políticos. Ejemplifica sobre la relación entre personal docente y administrativo, misma que en muchas universidades del país es de 3 docentes por 1 administrativo, mientras que en la UAN es de 1-1.
También es proclive al proceso de reingeniería académica y administrativa para hacer efectivas las cargas de trabajo. Considera que habrá lograr reforma administrativa-financiera-académica, pero además política normativa mediante la modificación de la Ley Orgánica para frenar, limitar, los grupos de poder que perviven en la actualidad. Un proceso de democratización que empodere a la comunidad universitaria.
De la situación de crisis de la universidad no cree prudente culpar a factores externos, porque considera existen factores internos susceptibles de modificar con lógica profunda de largo aliento que lleve a refundar la Universidad Autónoma de Nayarit.
-¿De qué sector debe surgir el movimiento reivindicador, de refundación?
-Esperaría que de la propia rectoría, con una visión de responsabilidad, incluso histórica, asumiera que el modelo de gobernabilidad que estabilizó a la universidad ya se agotó, ya estorba y ocasiona crisis. En esa medida, que tomara la iniciativa para convocar a la comunidad universitaria y a todos los actores universitarios para avanzar en la transformación y redefinición de la estructura y funcionamiento de la universidad.
“Si esto no emana de la rectoría, tiene que salir de la comunidad universitaria, porque de los sectores, sindicatos o federación, no creo que venga ese llamado. Eso implica que los estudiantes, trabajadores y catedráticos con visión crítica, alternativa, propositiva, desde donde estén, desde donde puedan actuar, tienen que generar ese análisis crítico, levantar reivindicaciones, demandas, exigencias, por supuesto cumpliendo con todas las responsabilidades que les correspondan.
“Deberemos avanzar en la articulación, conexión, de todas esas voces, pero no con el afán de provocar conflictos estériles al interior de la universidad, sino presentar propuestas, alternativas de solución, que demuestren con su propia argumentación, pero también con el respaldo de la base universitaria, que podemos avanzar en una dirección distinta.
“No se trata de propiciar nuevos escenarios de conflictividad que lleven a la inestabilidad de la institución, pero sí pasa por articular sí criticas, sí exigencias, sí reivindicaciones, pero fundamentalmente propuestas alternativas, y eso no tiene que salir de una persona ni de un grupo, sino…conocemos a mucha gente en toda la universidad que coincide con condiciones como esta, también puede haber muchas otras propuestas, mejores incluso de la que estamos expresando, no tengo ningún problema con eso.
“El asunto es que tenemos que superar nuestra condición aislada, individual, que lamentablemente nos lleva al desaliento, al desánimo, a veces a una actitud hipercrítica, pero que no asume el desafío de la acción. Si los diferentes grupos se articulan, pueden generar una corriente de transformación universitaria que el pueblo de Nayarit exige, pero fundamentalmente la necesita, porque en esta universidad está, en muy buena medida, la formación futura de los hijos de las familias nayaritas.