Octavio Camelo Romero
22 de Mayo de 2021
El gobierno de los Estados Unidos de Joe Biden está financiando a la derecha y ultraderecha mexicana para darle el golpe de estado al presidente López Obrador. Está probado que el grupo político disfrazado de asociación civil, “mexicanos contra la corrupción y la impunidad” recibió de la embajada de EEUU la cantidad de 2.5 millones de dólares. Y que aproximadamente hace dos semanas se reunió dicho grupo para determinar la estrategia política de desestabilización en el proceso electoral. A tal encuentro, se dice que asistieron los dirigentes del PRI, PAN, PRD, MC, de la COPARMEX, del CCE, de directores de medios de comunicación, etc. Ya lo habíamos dicho en el año 2019 que la derecha mexicana y gringa pretendía darle Golpe de Estado al Presidente López Obrador. Ahora queda perfectamente clara esa intención.
Inmersos en un anticomunismo trasnochado, y en una escalofriante ignorancia, luchan en contra de cualquier modelo de participación democrática, acusándolo de comunista, socialista o populista. Simplemente se comportan como si viviéramos en la época de las catacumbas. Por su fanatismo místico no se han percatado que el mundo ha cambiado su modo de vivir, su modo de ver las cosas, su modo de comportarse socialmente, su modo de producir los medios de vida y los medios de producción. Las condiciones de vida de hoy no son las mismas que las condiciones de vida de mediados del siglo pasado. En la actualidad la velocidad y la aceleración de la innovación en la producción de bienes y servicios son altísimas. Se están dando los cambios tan rápidos y violentos a tal grado que el periodo de obsolescencia se ha reducido a dos o tres años en algunos sectores productivos. Pero, además, los equipos innovadores han abandonado la verticalidad por la horizontalidad, la individualidad por la sociabilidad, han abrazado el trabajo colaborativo y han llegado incluso hasta la innovación pública y abierta, utilizando para ella al Internet y a la Red de Redes. Por eso la vida democrática considerada como “comunista” solo puede estar en las mentes obtusas de una derecha ignorante y fascista.
Sin embargo, estas fuerzas conservadoras están apoderadas de varias instituciones de gobierno como el INE, la SCJN, el TRIFE, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, etc., así como de los medios nacionales de comunicación, etc. Y, por si fuera poco, están apoderados de algunos gobiernos de las entidades federativas. Por cierto, el gobernador de Tamaulipas no sólo se indisciplinó al pacto federal, sino se enfrentó al gobierno de la República.
Los golpistas con el apoyo de EEUU buscan deslegitimar al gobierno de Andrés Manuel López Obrados, calentar las calles, fracturar la vida institucional y pedir, finalmente, la destitución del presidente de México.
Con Salvador Allende quedó claro que el neoliberalismo no permitió llegar al gobierno democrático, ya no digamos socialista, por la vía electoral. Y con AMLO queda claro que esas mismas fuerzas políticas no permiten tan siquiera un capitalismo humanista. En fin