Octavio Camelo Romero
09 de Mayo de 2021
Seguramente en agosto del 2021 se iniciarán las clases presenciales en aula de manera formal y generalizada. Esto plantea la necesidad del diseño de la Escuela Mexicana dada la experiencia nacional e internacional de la pandemia del covid-19, así como también del desarrollo científico-tecnológico de los últimos 5 años y del desarrollo en particular de las neurociencias y de las nuevas disciplinas como la neurocardiología, la neuropsicología, la neuropedagogía, la neurodidáctica, la neuroeducación, etc. La SEP del gobierno del presidente López Obrador no puede ser omisa a estas circunstancias, y menos cuando su titular viene de magisterio efectivo de las aulas y de la administración de un centro educativo.
Con el confinamiento por la pandemia del covid-19 los maestros, los padres de familia y en particular las mamás y los alumnos estuvieron sometidos al aprendizaje del manejo y uso eficiente de las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación, NTIC. Por lo tanto, la Nueva Escuela Mexicana está obligada a incorporar esas experiencias en un nuevo diseño educativo y combinar la experiencia de lo presencial en las aulas con la experiencia de la educación a distancia y digital.
Simplemente para no dejar pasar la oportunidad, cabe decir que las mamás se convirtieron en asistentes educativas, que los alumnos se convirtieron en autogestores de la información, que el aula se redujo a la pantalla del celular o cuando mucho a la pantalla de la computadora o del televisor; que las videoconferencias permitieron la convivencia y además sirvieron para presentar los resultados de los trabajos de investigación, mismos que permitieron a los alumnos, la administración de su tiempo de estudio y de juego. Estas y otras experiencias deberían rescatarse en el nuevo diseño de la Escuela Mexicana, sobre todo, la práctica generalizada de la educación personalizada en base a la autogestión de la información. La autogestión de la información implicó la experiencia del uso del Internet y de la valoración de las fuentes de información, lo cual conlleva a la necesidad de consultar varias fuentes de información.
Esta última precisión nos conduce a mirar con cierta preocupación el contenido de los Libros de Texto Gratuito que la Escuela Mexicana toma para educar a los niños, adolescentes y jóvenes mexicanos, en su educación básica. Esta situación implica saber quién está en la cúpula del Poder Ejecutivo y a qué intereses sirve.
Los críticos señalan que “en poco más de una semana, la Secretaría de Educación Pública, SEP, rediseñó 234 materiales didácticos para 16 Libros de Texto Gratuito destinados a alumnos de tercero a sexto de primaria, aun cuando no se cuenta con los nuevos planes ni programas de estudio que prevé desarrollar la actual administración federal, de acuerdo con la reforma educativa de mayo de 2019 ni se estableció el objetivo pedagógico para su modificación.” Hay que aclarar que en 2019 no teníamos pandemia ni educación a distancia ni digital, por lo que se requiere reformular esa reforma educativa del 2019. En fin.