Burdel mutó en teatro
Oscar González Bonilla
30 de octubre de 2020
En 2011 la casa de citas conocida como El Turista, ubicada por calle Morelos casi esquina con Padre Mejía (antes Ures) al oriente de Tepic, se convirtió en laboratorio de arte teatral y escénico bajo la titularidad de Luis Alberto Bravo Mora.
El salón principal de entrada, donde cada noche entre libaciones y humo de cigarrillos arrellanados se daban iniciales escarceos elegantes mujeres y varones previos al encuentro sexual de paga, se ha transformado en el escenario central para la presentación de estreno cuando menos una vez al mes de obras dramáticas, musicales o de variedad.
Espacios de privacidad en habitaciones antes para la desatada lujuria con sus olores y sabores son ahora bien aprovechados en la guarda de vestuario, equipo, telebrejos y todo tipo de material necesario para las puestas en escena.
El director Luis Alberto Bravo confiesa que la renta del local no la paga el gobierno al través del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECAN), muy a pesar que el Laboratorio de Arte Teatral y Escénico de Nayarit (LATEN) se ha convertido en el más importante centro productor de teatro en la entidad.
Para conservar el espacio más o menos digno, bajo la batuta del director Bravo Mora integrantes de la compañía han echado mano de mucha imaginación. Pero además se allegan recursos mediante la taquilla, por fortuna en cada representación con foro lleno, también venden funciones y fuerza de trabajo en escenografías, asimismo hacen contrataciones para ambientar y animar eventos, entre otras muchas cosas.
Luis Alberto se congratula de haber tenido una maestra (seguramente en Tijuana o Estados Unidos donde adquirió conocimientos) que le enseñó a aprovechar al máximo material y recursos para producción, como el reciclaje que favorece la realización de una y otra y otra producción. “Eso nos ha ayudado muchísimo”.
Vino a la memoria del director de escena la falsa versión surgida en el seno del CECAN de que el gobernador Ney González, antes de dejar el cargo (septiembre de 2011), entregó medio millón de pesos al LATEN. “Eso es una vil mentira, jamás nos dio un centavo”.
Ha forjado cantidad de actores a través de la dirección del Ensamble Teatral Tituba, grupo independiente con más de trece años de existencia, de tal calidad que hoy algunos exponen sus cualidades histriónicas en televisión y cine de la ciudad de México.
“Los conocimientos base para la formación de los actores yo los imparto. En el grupo existen tres tipos de actores: el actor meritorio, es quien conforma la compañía de teatro de CONALEP, o bien los talleres; el actor base, quien integra el ensamble teatral Tituba con una trayectoria mínima de dos años, un número de estrenos y horas-tablas; y finalmente el actor de carácter, éste deberá tener cuando menos cinco años de trabajo en Tituba, sobre él recae el peso del montaje.
“Cuando el actor meritorio da el salto al siguiente nivel empieza a salir de la entidad con el interés de continuar en diferentes escuelas su formación actoral, por ejemplo en el Centro Dramático de Michoacán, en el Distrito Federal, en Aguascalientes, etcétera, aprende otras perspectivas del teatro, pero en él no persiste la idea de que Nayarit es la panacea teatral, sino mentalizarse en aprender de todo y de todos, y lo más importante: saber hacer su propio discurso.
De lo anterior presenta como ejemplo a los actores Irvin Alonso Ramos y Gyna Macedo, quienes en la actualidad trabajan como directores para la Universidad Autónoma de Nayarit, SEP y otras instituciones de educación, con el sello de su propio discurso teatral forjado con base en conocimientos adquiridos en escuelas diversas y profesionales distintos.
Luis Alberto Bravo, oriundo de Santiago Ixcuintla, recuerda que cuando él llegó a Nayarit se encontró con actores que se aferraban exclusivamente a las ideas impartidas por el director teatral en turno, se casaban con ellas, no admitían más. Desarrollaban su formación atraídos por la concepción elemental única. Estaba muy arraigada la unicidad.
“De esta manera se generaba actores ignorantes, pero además teatro ignorante. Tituba surge precisamente para terminar con eso, acabar con la “esclavitud” de actores. La exposición de motivos era: el actor trabaja para mí y no trabajará con nadie más.
“Existen en nuestra comunidad grupos de teatro longevos, hacen hasta dos funciones al año, y ya. No forman actores, pero se la pasan tranquilos y muy chéveres. Dentro de las instituciones tenemos grupos que no funcionan, no respaldan ni proyectan, tampoco unidad, lenguaje o simbolismo de dichas entidades.
“Un ejemplo de ello es la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN). ¿El teatro universitario responde realmente a la necesidad de los universitarios? ¿Realmente plantea lo que los universitarios piensan? ¿Realmente sirve como vínculo entre la sociedad y la universidad?
“Por más que se les estime a los encargados de teatro, la respuesta es no. No. Lo mismo pasa con la Compañía de Teatro del Estado, no existe un montaje que como ciudadano te lleve a decir eso es lo que yo pienso, eso es lo que yo soy, eso es lo que yo quiero decir, no hay ¿por qué? porque no hay una responsabilidad.
“Tituba toma esa responsabilidad, pero de manera independiente a la oficialidad con el objetivo bien firme de hacer lo que creemos, decimos el sentir de nuestra sociedad y nos expresamos de acuerdo con las mayorías, en eso se basan nuestros montajes. En cada montaje por más sencillo que sea, se expresa sentir de la sociedad, existe el grito reprimido. Esa es la esencia de Tituba (significa haz por venir, en bárbaro, según expresión del propio Bravo Mora) y en ello se ha trabajado durante muchos años.
Comento que como imaginativo que es, en un mejor espacio pudiera desarrollar con excelencia sus capacidades ¿Se siente usted limitado?, pregunto.
Contesta que a la imaginación no se le pueden poner límites. Más sin embargo, se siente limitado en lo económico. “La verdad, yo quisiera que mis actores recibieran sueldo permanente, ganan por función, con el propósito de que estuvieran al cien por ciento dedicados al teatro”.
“Quisiera tener una digna sala de ensayos, un foro digno con todas las comodidades: aire acondicionado, butaca confortable, iluminación y audio que al espectador causara placer asistir a las funciones, y no estar espantándose los zancudos, incómodo en la butaca que nosotros hacemos de madera, hechiza pues. Por fortuna el público no se ha quejado, pero no son las circunstancias en que nosotros quisiéramos vieran teatro, quisiéramos darles otra cosa.
“La situación se registra crítica por la apatía del representante del poder ejecutivo estatal hacia cualesquiera manifestaciones de arte y cultura, pero nosotros en LATEN continuaremos trabajando hasta donde la situación económica nos lo permita. (14 de diciembre de 2013)
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