Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

La fuerza de la razón o la razón de la fuerza

Sergio Mejía Cano

23 de Enero de 2019

Es un hecho que las fuerzas armadas de nuestro país están muy desprestigiadas por sus acciones, comprobadas y no, del pasado; sin embargo, hoy que se dice actuaron con prudencia y sin agredir a la población que se convirtió en víctima de sus propias actitudes, ahora hay voces que señalan que dichas fuerzas armadas debieron actuar con dureza.

Ahora resulta que hay un sector de la población que, si posiblemente alguna vez recriminaron alguna mala acción de algunos elementos del Ejército y de la Marina, se entiende que lo hacían de dientes para afuera, porque ahora con sus dichos de que los elementos castrenses no actuaron como debería de ser, es decir, reprimiendo haciendo uso de la razón de la fuerza y no de la fuerza de la razón, en el fondo del pensamiento de estos mexicanos que hubiesen preferido que se usara la fuerza bélica, siempre han estado de acuerdo con la represión hacia otros sectores de la población; tal vez porque en el fondo de su ser tienen la convicción de que el pueblo bueno solamente entiende a garrotazos.

Sorprende en realidad la posición de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de que esté cuestionando el que no se haya disuadido a los pobladores que se vieron envueltos en llamas, de la manera habitual que se utilizaba en el pasado: a culatazo limpio, macanazos y hasta usando sus armas de cargo. Así que si se usa la agresión malo y si no se usa, malo también; ¿entonces qué?, somos o no somos. Si ahora los elementos del ejército no hicieron uso de su fuerza, se ha documentado que sí trataron de persuadir a la gente de que se retirara de ese lugar; sin embargo, tal y como ya lo han señalado las autoridades respectivas, los soldados fueron rebasados en número y algunos posiblemente fueron hasta agredidos con piedras o mínimo con mentadas. Pero ¿qué tal si hubiesen llegado refuerzos para equiparar el número de lugareños con los soldados y comenzara un enfrentamiento de funestas consecuencias y posteriormente de todos modos la explosión del ducto por donde se estaba fugando gran cantidad de gasolina? La misma CNDH estaría despotricando en contra de ese posible actuar del ejército; así que no hay por donde dar gusto a esta comisión.

Ahora bien: no se sabe a ciencia cierta si sea cierto o no el que los familiares de las víctimas de la explosión en el estado de Hidalgo estén pidiendo indemnización al gobierno federal por lo acontecido; pero de ser esto verídico, obviamente que estarían fuera de lugar con esta posición debido a que el gobierno no los mandó a estar en ese lugar, sino que fueron por su propio pie y posiblemente a sabiendas de que no estaba bien hecho lo que estaban haciendo. Así que ¿por qué pedir indemnización por haber estado haciendo algo indebido?

En las redes sociales se ha resaltado esto de la supuesta pedida de indemnización y desde luego los comentarios al respecto no se han hecho esperar con razonamientos que quizás pudieran considerarse un poco agresivos, pero con cierto grado de veracidad, como cuando alguien dice que si entonces alguien que se esté robando la luz mediante los llamados diablitos y se electrocuta, ¿también tendría derecho a solicitar indemnización el electrocutado en caso de quedar con vida o sus familiares en caso de que el ladrón de luz falleciera en el intento?

Así que ahora al ejército le ha ido como al cohetero: si prende, bien y si ce ceba, bien también, pero en ambos casos la plebe les chifla.

Los soldados reciben órdenes y tienen que cumplirlas siempre y cuando no violen precisamente los derechos humanos, y si la orden tajante que recibieron fue la de no agredir sino solamente tratar de disuadir y nadie les hizo caso, entonces ¿cuál responsabilidad en este caso por parte de los elementos castrenses? Y si bien existe la posibilidad de que alguno o más de los soldados se pudiera haber sentir intimidado ante la multitud que no les hacían caso a sus demandas de que no se acercaran a la fuga de combustible, en caso que producto de este temor ante tanta gente invadida por el ánimo de hacerse de unos litros de gasolina gratuita y que debido al nerviosismo hubiera lanzado algún tiro al aire y, que debido a los gases que enmarcaban el entorno deviniera la explosión, peor aún para la actual administración federal; porque sin tener ahora sí vela en el entierro, aun así hay voces que culpan al gobierno. De haber habido algún disparo y que se le atribuyera como efecto para la explosión, los ataques al gobierno federal serían inconmensurables.

Sea pues. Vale.

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