Ahora ni con uno ni con la otra
Sergio Mejía Cano
06 de septiembre de 2016
Es evidente que este nuevo desliz político del presidente Enrique Peña Nieto no será un tema nada más para lo inmediato, sino que pasará a la historia que se plasmará en los libros de la misma, aunque posiblemente ya no se dé en el futuro esta materia en la enseñanza básica. Así que por lo pronto es inevitable el que en cualquier tipo de reunión ya sea familiar con amigos o conocidos, salga a relucir este tema del momento y desde luego, que haya quien defienda el actuar presidencial y quien lo desmenuce a tal grado que no se le encuentre ninguna base para su defensión.
Obviamente que hay personas a las que ni les va ni les viene, y por más que se les diga que es un tema importante prefieren cambiar de tema al decir que no está en sus manos resolverlo; pero sí opinar tal y como opinaron los contemporáneos de Francisco I. Madero y Porfirio Días, porque al igual que en nuestros días, hubo defensores y detractores de ambos respectivamente; sin embargo, pudo haber habido también gente apática que hasta que se vio envuelta en la bola comprendió que sí le atañía el asunto. Y al igual que aquellos mexicanos de principios del siglo XX, ahora a nosotros nos está tocando vivir la historia de nuestra Nación que por donde quiera que se le mire, está convulsa de cabo a rabo y que infortunadamente no se le ve para cuando se componga esta caótica situación por la que estamos atravesando y menos ahora con este problema que se ha creado Peña Nieto y que nos lo ha creado a todos los mexicanos.
¿Será posible que los asesores del presidente mexicano o él mismo no lean o se informen de bien a bien sobre las mediciones electorales en el vecino país del norte? Porque ahora lo que se le critica a Peña Nieto es el haberle dado un recibimiento como Jefe de Estado al candidato republicano Donald Trump, como que si ya estuviera seguro de que este gringo se llevará la victoria, y más, porque al tocar el tema del dichoso muro que supuestamente pagaremos todos los de la raza de bronce, tácitamente están reconociendo que ya ganó Trump, al decirle que México no lo pagará, tal y como si ya se estuviera construyendo y como si ya tuviera la Presidencia de los USA el gringo que se ha declarado como el más acérrimo de nuestro país. De ahí el descontento de la gran mayoría de mexicanos que no comprendemos el porqué lo tuvo que recibir y más en esa forma tan ignominiosa para nuestro Presidente y desde luego para todos los mexicanos, tanto los que residimos en el mismo como quienes lo hacen en el extranjero, sobre todo en los mismos USA, quienes posiblemente estén haciendo changuitos con los dedos para que Donald Trump baje más y más en las preferencias electorales.
Ahora bien: los políticos mexicanos que pertenecen al PRI o a cualquiera otro partido político que desde luego están defendiendo y justificando a Peña Nieto por esta nefasta visita, deberían entender a la de ya que esta defensa y justificación les podría acarrear fuertes daños colaterales, y más para los priistas que están pensando en ser ungidos con alguna candidatura para el próximo año en que habrá elecciones, como aquí mismo en Nayarit en que se contenderá por la gubernatura del estado, presidencias municipales y diputaciones. Porque queda claro que de ahora en adelante la pregunta obligada de la mayoría de los reporteros y público en general que les harán a los posibles candidatos, será obviamente qué opinan sobre la visita de Donald Trump; y por más prudentes que pudiera ser o comportarse cualquier candidato, en su respuesta repercutirá el público elector, porque una gran mayoría está dolida por la también llamada perjudicial visita.
Hay voces que dicen que no es para tanto, que no se desbarrancó el país ni se incendió, que todo sigue igual, que entonces para que tanto ruido. Pues sí, pero aparentemente todo sigue igual pero nomás por encimita, porque en el fondo está todo agitado y revuelto, porque si no hubiera bastante con los conflictos magisteriales, de médicos y enfermeras, la contaminación de buena parte de hectáreas por las minas, la falta de empleo, hambre, inundaciones y un largo etcétera de problemas por los que atraviesa nuestro país, por si fuera poco, ahora Peña Nieto y su equipo han puesto al país al borde del colapso absoluto, al abrirle las puertas de la Residencia Oficial de Los Pinos a un enemigo declarado, y aunque se diga que están aplicando aquello de que “si no puedes con el enemigo únete a él”, ahora Peña Nieto no cuenta para Trump y menos para doña Hilary Clinton.
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