Tepic, Nayarit, martes 16 de abril de 2024

Los dañinos envases desechables

Sergio Mejía Cano

26 de Julio de 2016

En mi vecindario, el camión recolector de la basura pasa cotidianamente después de las 21:00 horas, por lo que la gente comienza a sacar sus bolsas con su respectivo contenido antes de esta hora, pero en el lapso pasan varias personas ya sea a pie o en triciclo que abren dichas bolsas sacando de las mismas lo que creen que les podría ser útil según para que lo quieran, como por ejemplo los envases desechables de leche, de refrescos, de comida industrializada o equis cosas que consideran les puede servir para algo.

Y son precisamente los envases desechables lo que más se ve que arrastran las corrientes de agua cada vez que llueve, tal y como se vieron en las imágenes que trasmitieron los medios informativos sobre la inundación en la zona de La Cantera y sus inmediaciones, en donde se observa gran cantidad de desechables que por su volumen son los más propensos a tapar todo tipo de alcantarillas e incluso, a tapar drenajes y salidas de los canales transportadores de las corrientes del agua de lluvia o drenajes en sí. Porque comenta una persona que le tocó limpiar de basura los canales para que fueran desazolvados, que hasta pañales desechables usados se encontraban entre el montón de basura, así como bolsas de plástico en donde probablemente en un principio estaban contenidos estos pañales; pero lo que más había eran envases tanto de plástico como de cartón y de poliuretano expandido.

Se entiende que hoy la cultura de muchos de nosotros ha cambiado considerablemente en lo que se refiere al consumo de determinados productos, pues si varios de los que ya rebasamos cierta edad aún recordamos que por ejemplo la leche todavía nos tocó ver que la repartían a caballo, en donde sobresalían a cada lado del equino las cántaras y los botes medidores; y para quien no esperaban al lechero a caballo, acudían a la lechería cargando su ollita para que ahí les vertieran la cantidad del producto lácteo que pidieran. Y ya posteriormente, la leche se empezó a vender en las tiendas en envases de vidrio, igual que los refrescos, por lo que tenía uno que llevar el envase respectivo para que le dieran uno nuevo con el producto dentro. Sin embargo, después llegaron los envases parafinados conteniendo leche desplazando poco a poco a los de vidrio y ya después se adueñaron del mercado los envases de plástico, y no nada más en la venta de leche, sino de toda clase de líquidos, no nada más comestibles sino limpiadores, desinfectantes, etcétera.

Y esto de los envases desechables es precisamente lo que ha dañado más al medio ambiente, no nada más en Tepic y el estado en sí, sino en todo el país y gran parte del mundo; incluso se ha documentado que los océanos están seriamente contaminados con envases de plástico que ya forman islas que están depredando gravemente la fauna marina. Así que cada vez que llueve y al formarse corrientes de agua, estas arrastran plástico en toda una gran variedad de formas y que precisamente por no hundirse en el agua confunden tanto a las aves marinas así como a las especies acuáticas que suelen asomarse a la superficie para ver qué hay de botana. Así que se entiende que los desechables que no se llevó la gente pero sí el agua y que no quedaron atorados en alguna alcantarilla, estos se fueron al río y por ende a su conexión con otro mayor y de ahí al mar.

Desde luego que sería algo utópico el que se pretenda volver a los envases retornables y que el vidrio sea el material que se utilice en toda clase de productos tanto alimenticios como de toda índole, porque ya la costumbre de los desechables está muy arraigada en la mayoría de la población, si no es que en toda; y más, porque la fabricación de los envases desechables es muy poderosa y que podría poner todas las trabas posibles para que no se cancelara su producción, tal vez aduciendo lo práctico que es el uso de los desechables, pero sin decir nada sobre el daño ambiental que generan en el mundo.

En la ciudad de Guadalajara, en el vecino estado de Jalisco, se ha seguido la costumbre de que al pasar el camión recolector de la basura, la gente saca sus botes y los trabajadores de la limpieza los vierten al camión, por lo que la basura cae a granel dentro del contenedor. Al preguntarle a uno de los recolectores por qué aceptan así la basura, respondió que es lo mismo que si la recibieran en bolsas, ya que al comprimir la basura, las bolsas se rompen y de todos modos queda a granel, que en sí, de nada sirve que vaya embolsada porque se desbaratan las bolsas al apretón.

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