De picada por acumulación de errores
Oscar González Bonilla
23 de marzo de 2016
Pese a la proximidad del proceso electoral de Nayarit, el Partido del Trabajo aún no define estrategia y táctica para la competición de 2017.
Mas fija su atención está en el actual desarrollo de elecciones en doce estados del país, pero es casi seguro que en Nayarit, llegado el momento, se buscará alianza con partidos de izquierda, destacó el diputado petista Jaime Cervantes Rivera.
Hoy en día el balance interno es conocer a ciencia cierta los errores cometidos por el Partido del Trabajo en las pasadas elecciones federales, tan infames que casi ocasionan la pérdida del registro por no alcanzar el índice de votación exigido por la ley, agrega el entrevistado.
El legislador local en declaración abierta pregona que los petistas están nada conformes con el resultado electoral del año pasado, pues haber obtenido tan solo el 3 por ciento de la votación general le parece muy raquítico, al tomar en cuenta la existencia de 25 años y los grandes recursos que mediante financiamiento público maneja el Partido del Trabajo.
“Esto quiere decir que el partido no ha hecho bien su trabajo, por tanto severa debe ser la autocrítica para corregir el rumbo, prácticamente que nos lleve a determinar la refundación del partido.
“Quiero decirte que el PT ha encontrado muchas fallas, muchos errores, en el funcionamiento de la dirección nacional, en el nombramiento de los comisionados políticos en las entidades, esos comisionados se han convertido en virreyes: patean a la militancia, desconocen a los organismos de elección surgido de congresos municipales y estatales, pero también grave es que los comisionados hacen de los recursos económicos y del partido un manejo patrimonialista que ofende”, destaca.
Jaime Cervantes prosigue su descarnado discurso al indicar que “en el tema de las alianzas no hemos salido bien librados, porque hemos perdido identidad. Nos jactamos de ser un partido de izquierda, socialista, progresista y luego hacemos alianzas hasta con el PRI, pero además con el PAN reaccionario, ello desdibuja al partido y confunde a nuestros electores”.
Recuerda el legislador nayarita épocas gloriosas del Partido del Trabajo, evoca la construcción de grandes organizaciones de masas en el país, aunque no participaran en elecciones. Pero en 1988, afirma, conglomerados de campesinos, popular, obrero y minero, entre otros, fueron sumados al movimiento que encabezó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en el Frente Democrático Nacional.
“Todo ese trabajo social ha sido abandonado por el Partido del Trabajo”.
Con base en esa fortaleza, el PT le entró a la competencia electoral con el objetivo de lograr regidurías, presidencias municipales y diputaciones que sirviera como ejercicio de disfrute del cargo público para servir a la gente, pero a la vez para potenciar a las organizaciones sociales.
“Pero nos hemos perdido. La gente que llega a ser regidor se olvida del partido, se olvida de la lucha social, el que llega a diputado, igual; el presidente municipal por el estilo. Ello ha tenido un costo: el que arriba al cargo público llega con la idea de quítate tú para ponerme yo. La participación por la vía electoral solo ha servido para que el partido haga hogares felices”.
Jaime Cervantes es consciente que se ha desviado el propósito de luchar porque en el país haya más democracia, más justicia social, la generación de condiciones de organización para que el pueblo luche por cambios de fondo, somos un partido socialista, expresa.
A la suma de despropósitos añade el centralismo de la dirección nacional, con muy poco asistencia a las entidades federativas, prácticamente todo se decide en la Ciudad de México. “Es pues una dirección poco efectiva, poco operativa, pero lo más grave es que se trata de una dirección nacional que mucho se cree de chismes y mitotes, funcionamiento que se debe de corregir”.
Quien fuera dirigente del Partido del Trabajo en Nayarit continuó con la larga lista de desavenencias al indicar que en la actualidad la dirección nacional se encarga de acopiar los recursos económicos que por financiamiento público le corresponden al partido en cada una de las entidades del país.
“En consecuencia los recursos ya no son manejados por los órganos locales, la dirección nacional los tiene intervenidos a través de los comisionados. A los estados sólo destinan lo más necesario, el pago de renta de oficinas y salario al personal, cuando es dinero que debería emplearse en capacitación política a militantes, en la realización de reuniones municipales y estatales, al apoyo de compañeros dedicados al activismo social y solución a problemas de la gente, etcétera”.
Dio a conocer que lo anterior ha ocasionado gran inconformidad entre los integrantes de órganos de dirección estatales, al grado de interponer recursos ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para reclamar que las prerrogativas, que son dinero federal, se queden en las localidades.
“Son muchos los problemas que al interior registra el Partido del Trabajo, sobre los que en la actualidad sus órganos colegiados debaten y seguro es que encontrarán solución”, destaca Jaime Cervantes, quien a pregunta expresa menciona que por disposición estatutaria en el PT no existe la figura de presidente nacional, sino una comisión coordinadora nacional que integran once militantes, misma que es jefaturada por Alberto Anaya Gutiérrez, a quien los medios de comunicación mencionan como presidente, pero en estricto sentido no lo es.
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