Chisgarabís

Iniciamos año pre-electoral, el proselitismo político de quienes aspiran gobernar Nayarit a partir de 2017 se ha precipitado de manera alarmante, nunca visto en la historia de nuestra entidad.

La ambición desmedida de llegar primero a la candidatura del partido, coalición, alianza o independencia no tiene límites. Supera la media docena de quienes en público han manifestado su interés de llegar a gobernar Nayarit.

Y no se han detenido ante nada, promoviéndose de diversas maneras y circunstancias, unos por iniciativa propia, y otros empujados por la oficialidad con apoyo de dinero público en vastedad.

Hay quienes reclaman la intervención de la autoridad electoral para frenar la actividad de promoción de los aspirantes, más sin embargo el presidente del Instituto Nacional Electoral de Nayarit, Celso Valderrama Delgado, ha dicho que nada se puede hacer.

Y es así, porque el funcionario electoral alega que la campaña política oficialmente no ha dado comienzo en Nayarit, sino que existe la probabilidad que el proceso electoral arranque durante octubre del presente año, siempre y cuando el Congreso del Estado legisle sobre la materia.

El árbitro electoral está impedido para actuar, más cuando ninguno de los aspirantes a gobernador en sus actos masivos ha solicitado el voto ciudadano a su favor, pero existe el riesgo de que alguno de los partidos políticos documente pruebas de campañas anticipadas para en su momento presentarla ante tribunal electoral y por ese medio inhabilitar a algunos.

La mirada se centra en el PRI, partido en el que cuando menos cuatro personajes aspiran a la candidatura del tricolor para gobernador. Dos de ellos tienen bastantes posibilidades de llegar a serlo, mientras que los demás son comparsas con pocos merecimientos, tomando en cuenta que el gobernador en funciones no pone candidato, mucho menos gobernador.

Se han elevado los bonos del priista senador y presidente de la CNC Manuel Cota, quien tuvo la fortuna de que fuera acompañado del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, en el acto de aniversario de la promulgación de la ley agraria, realizado el pasado 6 de enero, en Veracruz. Cota cabalga en caballo de hacienda, pero bajo la estricta rienda del mandatario nacional.

El otro priista es José Raúl Mejía González, economista de reconocida capacidad en la materia, pero además con excelente carrera política. Éste camina de la mano del presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien como tal pudiera ganar la mayoría o totalidad de las doce elecciones para gobernador en distintas entidades del país que se realizarán el presente año, entonces estará en condiciones de sostener ante Peña Nieto la petición de que su pupilo sea candidato en Nayarit.

Esto sucede en las esferas políticas del poder, donde se halla el centro de las decisiones, mientras que aquí hay aspirantes que promocionan su triste figura con regalar botellas de tequila. No hay moral.