Crónica de una comparecencia
Miguel González Ibarra
02 de septiembre de 2015
Son las cinco de la tarde. Nos encontramos en el salón “Presidentes” del cabildo tepicense. Están, solamente, dos integrantes de la Comisión de Gobernación del actual colegiado, de siete que son en total y, cuyo Presidente, es el Alcalde Polo Domínguez. Ellos son, el Regidor Arce Montiel y la Síndico. La técnica jurídica del evento, es coordinada por un abogado, joven, sin apartarse, un momento de su computadora portátil.
Estamos Guillermina, mi compañera, y yo. Ella comparece, en su calidad de Presidenta de la Colonia 15 de Mayo. Fue citada para ponerla en el banquillo de los acusados. ¡Qué barbaridad! Poner en el banquillo de los acusados a una mujer de la estatura histórica de Guillermina. Eso se llama no tener idea de nada. En rigor y en Derecho, si existiera Estado de Derecho en este país, quién debería estar en su lugar, debiera ser el Secretario del gobierno municipal, Rodrigo González Barrios, causante de todo, responsable y generador del conflicto en el asentamiento referido.
---“Por mí, agárrense a balazos. Mátense”, así de frío respondía éste, cada que le mencionábamos lo riesgoso y peligroso del escenario y le pedíamos procediera con responsabilidad, construyendo la unidad y conciliando las partes, como es su obligación institucional; en verdad, sin exageraciones, esa fue siempre la divisa, de este mal funcionario. Sigue siendo. No rectifica. No quiere enmendar el error.
Y, repartía y sigue repartiendo dinero a raudales, entre los esquiroles del Comité de Acción Ciudadana, aliándose y sirviendo, por consecuencia, a lo más nefasto y lesivo de la colonia: el priismo rancio que destruyó a la 15 de Mayo, en el transcurso de más de tres lustros; sí, allí mismo, dónde Liberato tiene su búnker.
Guillermina lee bien su alegato. Con muy buena dicción y perfecta claridad en su timbre de voz, muy a pesar de sus 64 años, ya casi llegando a los 65, que no son pocos. A los dos representantes de la Comisión, presentes, Flor y Arce, les vale madre. Se nota a leguas, que ellos van y están allí para ejecutar una consigna. Van a quitar a Guillermina de Presidenta, a como dé lugar y a toda costa y pase lo que pase; aquí, las formas de la democracia, no importan. Ni te veo ni te oigo, al estilo Salinas. Y, todo, porque Guillermina es una piedra en el zapato de Rodrigo, el Secretario, y no le permitió que construyera la Casa de la Cultura en la Colonia 15 de Mayo. La Síndico se comporta allí, como si fuera capo de algún cártel. Ese es su comportamiento. Aquí sale aquello, que se dice, que el poder cambia a las gentes. Su perfil proletario desapareció. El otro, Arce, como vulgar burócrata, no esconde su ignorancia y limitaciones intelectuales, con cara dura y actitud fascista, como si fuera de la corriente perrediana de los chuchos. No pone atención a la lectura de la lideresa. Él va a lo que va. A obedecer. “Lo demás que me importa”, es lo que muestra su muy desagradable imagen.
El Presidente de la Comisión, Polo Domínguez, el Alcalde, no se rebaja a estar allí; él ordena y acata lo que Rodrigo le sugiere; porque detrás de éste, está el jefe, el verdadero, Naranjo, que es el gestor de los millones en México, con Videgaray y Peña Nieto. Y, ahora, menos, cuando alcanzó, este mochiteco, (porque ni de Nayarit es), la Vicecoordinación del Grupo Parlamentario del sol azteca en la Cámara Federal de Diputados. De tarugo, Polo se enfrenta a Naranjo, ahora que tiene más poderío y, ven ambos, muy cerca, la gubernatura de Nayarit, el puesto más alto de esta tierra, que portaría el actual Alcalde. Aunque les decimos: eso, está por verse. La izquierda de aquí, no es la de Jalisco, ni la de Aguascalientes. La izquierda de aquí arrancó en Bellavista con los obreros en lucha en 1905 y la continuó Alejandro en 1972 y 1975 conduciendo un proceso, muy clasista, que estremeció al país. Estamos trabajando para reandar el camino y retomar aquel proceso para sacar a Nayarit del hoyo en que se encuentra.
Cuando Guillermina dice, como parte de su discurso histórico, que ni todo el cabildo tiene la autoridad moral y política para juzgarla, quienes representan en ese momento al gobierno municipal, callan, porque el desafío de la Presidenta, tiene bases muy sólidas; pues, ella, fue parte, honrosamente, del cabildo que presidió el Alcalde socialista en Tepic.
Al cuestionar a Flor y a Arce, luego que éste, afirmó que la solicitud de remoción fue admitida, respecto a las causas que se arguyen, para dar continuidad al procedimiento autoritario y fascista, ninguno de los dos, ni supo, ni pudo contestar.
Más le conviene a Polo rectificar en este asunto de la remoción de Guillermina como Presidenta de la Colonia 15 de Mayo. De otra suerte, si avala este golpe de Estado, quedará grabado en la historia de Tepic y Nayarit, como el Pinochet de estas tierras. ¡Qué vergüenza!
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