La última semana de jolgorio
José Ma. Narváez Ramírez
11 de julio de 2014
Mañana se inicia una semana más de jolgorio deportivo con la pelea del Canelo Álvarez y el domingo el último juego del mundial de futbol entre Alemania y Argentina, cuyos resultados ni nos va ni nos viene, pero “gracias” a la caja idiota y al repiqueteo de algunos medios vendidos a Televisa, nos siguen estupidizando con juegos que deberían ser un entretenimiento y no un apendejamiento mediático.
Mientras nuestro estado se despierta de la modorra política que lo ha mantenido por más de cien años atarugado y hoy se abre a una nueva etapa de cambio en el que se ve involucrado un doctor honesto y valiente al que le toca desempeñarse con talento y capacidad en un escenario donde impera la mendigues y el saqueo impune. Y en donde es imperiosamente necesario, de una buena vez, sacar la casta por un pueblo desmadejado, tirado al olvido y dejado de la mano de Dios engañado por aquellos que tienen la obligación de ayudarlo pero, no a bien morir –como está sucediendo en nuestra tierra- sino a salir adelante en todos los órdenes en donde impere el bien.
Viene otra sarta de engañifas que empieza con una empresa oriental que llega como la anterior: a hacer lo mismo bajo el señuelo de que va a pagar bien a quienes le trabajen, y resultan con salarios de miseria; luego siguen bastos con el cacareado puerto de altura del que todos sabemos que es un sueño guajiro, y cierran el telón el canal centenario, la conclusión de la platicada hasta la saciedad, carretera de los quince minutos, entrampada en las argucias legaloides de los terrenos ejidales en espera de una paga justa y no una compra “ahuevoluntaria”, y el “negociazo” de La Loma que dejó a todos más estupefactos que a los comerciantes de ella que fueron defenestrados y se levantaron módulos y una cafetería para hacer jugosos negocios familiares y “compadreros” (como los que hacen los parientes en Jalisco) y todo bajo el marco de 100 millones de pesos… que no se han aclarado.
Todo esto está obligando a crear un partido nuevo integrado por trabajadores para defender sus intereses, sus hogares, su bienestar y no seguir a expensas de los mismos malandrines de siempre que están traicionando a la patria desde allá arriba, en donde está la cumbre del sistema, hasta estas últimas células que son la MAYORÍA de las presidencias municipales de nuestra entidad, y en las que se han adueñado de ellas las familias politiqueras.
Este es la realidad de las elecciones: Polo –con su equipo de trabajo- tienen que hacer un papel de titanes para combatir la corrupción, y tengan ustedes la seguridad de que no lo harán solos, sino con el apoyo de la gente del pueblo, que ahora ha comprendido que cuenta con un aliado en el gobierno, un hombre que los quiere ayudar con integridad y con un valor a toda prueba.
Control… Señores… Control… Aunque estamos luchando contra una barrera de soberbia y testarudez, hemos de ganar la contienda a pesar de la disparidad de fuerzas, ya que ellos tienen el mal llamado poder y nosotros tenemos la voluntad férrea de nuestros corazones. 311 145-18-81
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