La pujanza del capitalismo mexicano
Octavio Camelo Romero
12 de junio de 2014
Y las campañas no han pegado. Pero ¿cómo van a pegar si se respira un ambiente de incredulidad? A cada momento en todos los lados brotan las manifestaciones de la incredulidad popular a las Autoridades, a las Instituciones, a los Partidos Políticos, a los Políticos, a los Diputados, Senadores, policías y hasta el ejército mexicano, ya no se diga al Presidente de México. Es sumamente preocupante que el Pueblo de México pierda su Fe, porque gracias a su creencia, el PRI retuvo la Presidencia de la República por más de 70 años y el PAN 12. No obstante que el PAN siempre se ha vinculado a la Fe católica, en tan sólo 12 años acabó con la credibilidad mexicana que venimos arrastrando desde la conquista.
La gente sin Fe en el Estado Mexicano se arremolina con los falsos redentores para hacerle saber de sus desventuras y para unir sus sentimientos al sentimiento de muchos otros que claman por un Orden Social distinto al que tenemos.
Y este fenómeno de la incredulidad se generaliza en el país y abarca hasta a aquellos personajes que se suponían representantes de la "Esperanza" de los mexicanos. Tal es el caso de Andrés Manuel López Obrador que en Nayarit no ha atraído simpatizantes mucho menos militantes a su partido. Únicamente falta que también se pierda la Fe en la Virgen de Guadalupe y la iglesia católica quede descobijada. Quizás por ello en Nayarit tampoco se cree en el Proceso Electoral y se aprecia un desánimo por los candidatos y por participar en la Jornada Electoral el primer domingo de Julio. Al parecer ese día más del 50% de los electores no acudirán a las Urnas a sufragar su voto. Si esto es así el triunfador será el gobierno de la gente pero en caso contrario el ganón será el PAN. Sin embargo el problema seguiría persistiendo. La mayoría de los mexicanos y de los nayaritas no habrán salido de su incredulidad al sistema político mexicano por cuanto éste los ha engañado en el pasado y los sigue engañando en el presente. Les prometió sacarlos de la pobreza con la salida del PAN de los Pinos y no solamente no se les cumplió, sino con las políticas públicas erráticas de la actual administración presidencial, los pobres se han hecho más pobres y muchos de los que no eran, ahora son pobres. Así como lo hemos dicho en este espacio así está sucediendo. El gobierno provoca una inflación mayor que el incremento salarial, lo cual da como resultado una disminución de la capacidad de compra de las familias y un estrangulamiento al mercado interno o comercio local. Si la política pública fuera exactamente al revés, el mercado interno se robustecería y se reactivaría la economía nacional. Pero los neoliberales que nos gobiernan quieren que el capital extranjero encuentre una mano de obra muriéndose de hambre para trabajar por un mísero salario y tener de donde escoger.
Hoy INEGI y CONEVAL nos han quitado la palabra para anunciarnos que en lo que va del año el precio de los alimentos se incrementó en 5.37% en tanto que el salario subió en 4.01%. Pero además nos dicen que el número de personas que destinan todo su ingreso laboral en la compra de alimentos y que no pueden adquirir la canasta alimentaria básica se elevó en 3.46%. Por si fuera poco se nos informa que las afectaciones por la crisis económica y alimentaria de finales de 2008 siguen sin ser revertidas, esto es, a 6 años de distancia todavía no salimos de ellas. Si se compara el índice con lo reportado al primer trimestre de 2008, esto es, antes de la crisis, la proporción de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral se ha incrementado en 31.83% al primer trimestre de 2014.
Por eso los mexicanos y los nayaritas ya no les creen a las Autoridades, a las Instituciones, a los Partidos Políticos, a los Políticos, a los Diputados, a los Senadores, a las fuerzas del orden y al Presidente de México.
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