El mejor remedio para calmar a la gente es asustándola más
Sergio Mejía Cano
26 de Enero de 2024
Se dice que para mantener quieta a una población es estar alarmándola constantemente con catástrofes, enfermedades, terremotos, incendios, inundaciones, posibles erupciones de volcanes cercanos y lejanos, derrumbes, etcétera. Todo con el fin de desviar la atención sobre acontecimientos más cercanos como la economía familiar, la falta de empleos, enseñanza-educación deficiente; pero en donde más se resalta hoy en día, son los problemas de inseguridad.
Obviamente que estas cuestiones de balaceras, fosas clandestinas, desaparecidos y hasta abusos de autoridad violando derechos humanos están a la orden del día, por lo que gran parte de los habitantes de muchas ciudades en nuestro país como que ya se están acostumbrando a esta situación que para nada es reconfortante, pues mientras la inseguridad siga en aumento se corren más riesgos.
Lo curioso es que cuando se anuncian posibles catástrofes venideras y aunque se diga que serán en regiones muy remotas y nada cercanas, de todos modos, mucha gente se asusta y más raro aún, es cuando se dice que esas catástrofes se darán en el año 2050 o más allá y que gente ya mayor se preocupa. Claro que hay gente que no se preocupa por ellos mismos, sino por sus descendientes por la posibilidad de que les toque bailar con las más feas en esos años por venir.
Lo que sí es más seguro es que según como pintan las cosas en cuestión de la seguridad, es probable que en estos tiempos nadie esté exento de no sufrir un asalto, una agresión corporal o en sus bienes, ser víctima de una bala perdida o a la mejor en forma directa o porque le tocó estar en el lugar equivocado en el momento equivocado; sin embargo, hay quienes afirman que no hay lugares equivocados ni momentos ídem, sino que ya le tocaba y así estaba escrito su destino. Pero también hay quienes dicen la contraparte de que si bien se dice que al que le toca le toca, pero no hay que ponerse en el tocadero o si en la casa del jabonero todos resbalan, entonces mejor no entrar en esa casa jabonosa.
Terremotos, tsunamis, inundaciones, deslaves, incendios forestales y toda clase de desastres naturales han ocurrido desde que el mundo es mundo; sin embargo, ahora con los avances tecnológicos en información prácticamente se sabe de acontecimientos nefastos en cuento están sucediendo, ya que por medio de las redes sociales en cuestión de segundos o minutos le dan la vuelta al mundo las informaciones de lo que está pasando al otro lado del planeta.
El problema es que aquí en donde entra la entretención alarmando a las poblaciones diciendo que lo que pasó en aquellas antípodas no tardará en llegar a otros lados y lugares más cercanos, por lo que mucha gente se olvida de sus penas personales para estar atenta esperando a qué horas llega un tsunami, aunque viva en un cerro a cientos de kilómetros de la playa más cercana.
Los incendios forestales se han dado desde siempre, y si algunos de ellos son provocados por la mano del hombre, según se ha documentado, también suceden en forma espontánea al prestarse las situaciones necesarias para generar un incendio, así sea a varios kilómetros de distancia de cualquier ser humano.
Las inundaciones también han sido comunes en este planeta; aunque en muchas de ellas sí ha tenido mucho que ver la mano del hombre al desviar cauces de ríos y arroyos, dizque por ganarle terrenos al Mar, tratar de contener corrientes de agua, etcétera.
Lo que sí es un hecho muy palpable es que, en la mayoría, si no es que en todos los deslaves, estos son producidos por la deforestación causada por el ser humano al talar bosques completos en laderas, cerros y montañas que generan el afloje del suelo al no contar con las raíces de los árboles talados que provocan el deslizamiento de la tierra al no contar con ningún tipo de amarre.
Trombas y lluvias torrenciales han estado presentes en este planeta prácticamente desde su inicio, lo mismo que los terremotos y si bien hoy en día se puede detectar la posible trayectoria de un huracán, los sismos muchas de las veces son impredecibles, por lo que cuando suceden agarran desprevenidas a las poblaciones causando por lo mismo grandes tragedias fatales.
Así que lo más probable es que alguien se agarre de estas catástrofes para asustar a las poblaciones, pues basta con que pase algo, para decir que ya viene otra tragedia, tal como ha estado sucediendo hoy en día en que después de la pandemia, se tiene el caldo de cultivo para afirmar que vendrán en lo inmediato otras más iguales o peor.
Sea pues. Vale.
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